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Faltan 11 países para que entre en vigor el Tratado para la Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares: Xyoli Pérez Campos

La experta fue representante técnica de México ante la Comisión Preparatoria del Tratado para la Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCEN)

La sismología y su importancia para la eliminación de las armas atómicas en el planeta fue el eje temático de la conferencia La sismología en la vigilancia mundial de ensayos nucleares, que impartió la ingeniera geofísica Xyoli Pérez Campos, al participar en el ciclo Universidades por la ciencia, coordinado por el colegiado Jaime Urrutia Fucugauchi.

En la sesión transmitida en vivo el 12 de abril por las plataformas digitales de El Colegio Nacional, la investigadora del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica de la UNAM, recordó que, después de la Segunda Guerra Mundial y la bomba atómica, países poderosos como Estados unidos, la Unión Soviética, el Reino Unido, Francia, China, India, Pakistán y Corea desarrollaron su armamento nuclear, lo cual significó la necesidad de probar el funcionamiento de sus armas.

Lo anterior se realizó primero en océanos con pruebas subterráneas y después en la atmósfera. Sin embargo, en la década de los sesenta se firmaron tratados de prohibición parcial de ensayos en el aire debido a la contaminación radioactiva: “en 1967 se firmó el tratado de Tlatelolco y México fue uno de los impulsores. Inclusive hoy el país es la sede del organismo para la proscripción de las Armas nucleares de América Latina y el Caribe”.

Previo a dicho acuerdo, países como Estados Unidos y la Unión Soviética realizaron entre mil y setecientas pruebas nucleares. De acuerdo con la científica, todas las naciones firmantes del tratado se comprometieron a usar la energía nuclear sólo en beneficio de la humanidad y se prohibieron ensayos superficiales, acuáticos o subterráneos. Además, se diseñó un sistema para poder detectar estas actividades.

Explicó que las subterráneas son fáciles detectar, porque provocan ondas sísmicas que viajan por el interior de la tierra y pueden ser registradas en una red sismológica: “para detectarlas se ha diseñado una red internacional de estaciones sismológicas, y estas se pueden combinar con estaciones de radionúclidos, si en algunos de los casos no estuvo bien contenida, o si hay algo de radioactividad en atmósfera”.

La experta recordó que en 1996 la Asamblea General de la ONU instituyó el Tratado para la Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCEN), que no ha entrado en vigor, porque faltan 11 países en firmarlo y 24 en ratificarlo, entre ellos Corea, India y Estados Unidos.

Como parte de este tratado, se creó el Sistema Internacional de Vigilancia (SIV), una red mundial de sensores concebida para detectar las posibles explosiones nucleares y obtener pruebas de ellas. Esta iniciativa tiene cuatro componentes principales, tres redes basadas en formas de onda, que serían señales sísmicas o señales de infrasonido; una red de estaciones sismológicas compuesta por estaciones primarias y estaciones auxiliares; también una red de estaciones hidroacústicas y de infrasonido; y un componente para la liberación atmosférica que es la estación de radionúclidos y el sistema de gases nobles.

La representante técnica de México ante la Comisión Preparatoria del TPCEN sostuvo que el Sistema Internacional de Vigilancia está compuesto por 337 estaciones, de las cuales 16 son de laboratorios de radionúclidos y 321 de infrasonido, hidroacústicas o sísmicas, y están distribuidas en 89 países: “las estaciones de radionúclidos y gases nobles tienen el propósito de detectar partículas radioactivas y gases liberados en la atmósfera. México tiene el laboratorio número 44 que opera en Baja California y pertenece al conjunto de las 80 estaciones de la red mundial”.

Agregó que las 170 estaciones sísmicas del Sistema Internacional de Vigilancia están repartidas en 76 países: “méxico opera tres estaciones auxiliares que ayudan a identificar y localizar las pruebas nucleares, pero también a cuantificar el tamaño y la naturaleza del evento. Esta red es muy eficiente en detectar explosiones nucleares, pues las ondas sísmicas viajan a través de la Tierra y son registradas rápidamente”.

En palabras de la otrora jefa del Servicio Sismológico Nacional, las investigaciones continúan y las metodologías siguen mejorando el SIV: “en específico, en sismología los estudios están enfocados en el entendimiento e incremento de capacidades de detección. También se busca la localización de eventos sísmicos mundiales, así como el uso de la información sísmica para caracterizar cabalmente estas actividades”.

“El Sistema Internacional de Vigilancia fue diseñado para poder detectar pruebas nucleares en cualquier parte del mundo y de cualquier tipo y la sismología es una herramienta fundamental en la vigilancia del Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares”, enfatizó.

Comentó que, a pesar de los avances, existen retos en detección y caracterización de este tipo de prácticas, porque “las técnicas para detectar movimientos de la tierra mejoran, pero también la forma de ocultar estos eventos”, finalizó.

El ciclo Universidades por la ciencia, coordinado por el colegiado Jaime Urrutia Fucugauchi, también es coordinado por Dionisio Meade, presidente de Fundación UNAM; Araceli Rodríguez, directora ejecutiva de Fundación UNAM; y Araxi Urrutia, investigadora del Instituto de Ecología de la UNAM.

Fuente: El Colegio Nacional