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El sarampión es un ejemplo del impacto de la disminución de una cobertura de vacunas: Celia Mercedes Alpuche

Por su parte, el doctor en Medicina, José Ignacio Santos, recordó que el Programa Ampliado de Inmunización (PAI) cumplió 50 años en 2024 y con él se evitaron hasta ahora 154 millones de muertes

“Todas las personas que tengan cuarenta años o menos lo que han visto son vacunas, no la circulación natural del virus del sarampión. Entonces, han visto inmunidad”, sostuvo la especialista en infectología Celia Mercedes Alpuche, al participar en la conferencia “La vacunación en México: Programas recientes y coberturas en los últimos años”, que formó parte del ciclo El maravilloso mundo de los virus, coordinado por Susana López Charretón, miembro de El Colegio Nacional.

La directora del Centro de Investigación sobre Enfermedades Infecciosas del Instituto Nacional de Salud Pública señaló que un análisis realizado recientemente mostró que las coberturas de vacunación estaban por debajo del 95% inicial esperado. “El sarampión es un ejemplo del impacto en brotes de la disminución de una cobertura de vacunación. Esta enfermedad es altamente contagiosa, porque un caso puede contagiar entre 12 y 18 individuos de una población susceptible, lo que requiere que la población esté vacunada en más del 95% con dos dosis, para evitar que se disemine el contagio”.

De acuerdo con la especialista en infectología pediátrica, la vacuna tiene un 95% de eficacia, y “aún si se vacunara el 100% de la población, a través del tiempo se acumula el 5% que no se convierte, lo que genera un riesgo y más si hay una disminución de cobertura de vacunación por las circunstancias que sean. Desde hace 40 años el virus no circula de manera autóctona en México, hay personal de salud que nunca ha visto un caso de sarampión y que no lo conoce, por eso es importante mantener la conciencia y reforzar la vigilancia epidemiológica”.

Detalló que, en México, este 2025, dos casos llegaron casi al mismo tiempo, uno a Oaxaca, se trataba de una niña que venía con su familia (antivacunas), de viajar por Asia y Estados Unidos, y contagió a tres personas más del entorno. “Un brote que se controló gracias a la cobertura de vacunación de la comunidad”. El segundo fue en Chihuahua, el caso fue importado de Canadá y Estados Unidos, pero llegó a una comunidad no vacunada, porque culturalmente no cree en las inoculaciones, lo que permitió su diseminación en la población susceptible.

“Ahora el problema está en América del Norte, Canadá, Estados Unidos y México. En el caso de México, conseguimos la eliminación de sarampión, independientemente del brote grande con el que contamos ahora, han sido brotes por importación, pero no existe transmisión por infección natural”, subrayó.

La especialista comentó que la situación actual es importante, porque “tenemos 2 mil 434 casos confirmados hasta el 22 de junio, en 18 estados, predominantemente Chihuahua y Sonora. Los principales grupos afectados son de 20 a 39 años y los infantes. Y En 2022, identificamos a estas poblaciones de 12 a 23 meses y de 20 a 39 años como las más bajas en el esquema de vacunación.

El origen del Programa de Vacunación Universal (PVU)

Mercedes Alpuche recordó que, en 1973, nació oficialmente para toda la población, en México, el Programa Nacional de Inmunizaciones que contaba con cuatro vacunas que prevenían siete enfermedades. La primera campaña nacional de vacunación se hizo con cuatro inyecciones esenciales más el toxoide tetánico. Lo anterior, sucedió un año antes de que surgiera el Programa Extendido de Inmunizaciones de la Organización Mundial de la Salud. Fue en 1978 que se hizo obligatoria la Cartilla Nacional de Vacunación.

La especialista en infectología subrayó que ocurrieron tres eventos que motivaron la creación de un programa totalmente institucional sobre vacunación universal, el primero, fue entre 1989 y1990, cuando ocurrió una epidemia de sarampión en el país que registró cerca de 70 mil casos y casi 7 mil muertes; el segundo, fue en 1991, cuando la Encuesta Nacional de Cobertura de Vacunación mostró que sólo 46 de cada cien niños mexicanos de uno a cuatro años tenían completos su esquema básico de ocho dosis; y el tercero, se dio en 1991, al celebrarse la Cumbre Mundial en favor de la Infancia.

En enero de 1991, se creó el Consejo Nacional de Vacunación, órgano que tomó las decisiones de política pública en la materia, y con el que surgió el Programa de Vacunación Universal (PVU) de México, que buscaba erradicar la polio y eliminar la difteria, el sarampión, el tétanos neonatal y el control de tosferina y formas graves de tuberculosis. “México ha cumplido en muchas cosas, a través de este programa, como lo han hecho otros países. Sin embargo, el mundo no ha podido erradicar la polio, la ha eliminado en su gran mayoría, pero México la erradicó”.

El PVU está basado en dos estrategias que son vigentes, una es ofertar permanentemente todas las vacunas durante todo el año a la población que la requiera, y la otra es tomar acciones intensivas y específicas como las semanas nacionales de vacunación o responder a brotes de enfermedades prevenibles por vacunación.

“En la actualidad, el 80% del Programa de Vacunación Universal se considera pasivo, es decir, damos la oferta y le damos la opción a la gente de venir a buscar la vacuna a donde están los puestos de vacunación, y el 20% son brigadas”. De tener un esquema reducido de cuatro vacunas contra siete enfermedades ahora se tienen 15 inmunógenos. “Pero no sólo es eso, es la complejidad que implican características como el incremento de la población de México y la vacunación para todas las edades”.

“No solamente es tener las vacunas, comprar las vacunas, sino que esa inoculación tiene que llegar con la calidad necesaria a la persona que lo requiere en el momento que lo necesita. La vacunación es una de las estrategias más costo efectivas que más vidas han salvado en el mundo”.

Con relación a los retos del PVU, la especialista consideró que la información debe ser buena y valiosa para orientar y evaluar los programas; contrarrestar las noticias falsas; y el desarrollo científico de nuevas vacunas. “Lo que queremos es mantener las coberturas de vacunación elevadas, porque eso tiene un impacto en la disminución de mortalidad por enfermedades prevenibles por inoculación. Necesitamos información epidemiológica confiable, tenemos que crecer y reforzar los programas”.

Puntualizó que se requiere una evaluación a corto plazo cuantificable de todos los obstáculos que impactan en el éxito del Programa de Vacunación Universal con el que se cuente cada estado del país, para lo que es importante desarrollar una estrategia planeada, calendarizada y financiada para solventar los requerimientos mínimos para su buen funcionamiento. “La vacunación no sólo es para niños es para todas las edades, está dirigida al individuo, pero su beneficio colectivo es para toda la población, el Consejo Nacional de Vacunación necesita mantener su independencia para evitar conflictos de intereses”.

A 50 años del Programa Ampliado de Inmunización

Por su parte, el Doctor en Medicina, José Ignacio Santos, de la Facultad de Medicina de la UNAM, comentó que el Programa Ampliado de Inmunización (PAI) cumplió 50 años en 2024. Con esta iniciativa se evitaron 154 millones de muertes y ha ganado vidas saludables, 66 años de plena salud por término medio. En este tiempo, la vacunación contra sarampión evitó aproximadamente 93.7 millones de muertes y contra tosferina 13.2 millones.

Además, en México, se eliminó la polio en 1990, la rubeola en 2009, el sarampión en 1996 y el tétanos neonatal en 2024. “En noviembre de 2024, recuperamos nuestra condición como país libre de sarampión endémico, puede haber importaciones, pero mientras no perdure esa importación más de un año se logra la calificación”.

Expuso que el brote actual de sarampión, en la región, inició en Canadá, en la semana 47 de 2024. Por lo que es importante revisar las tendencias de vacunación en los últimos años en las Américas. “La primera dosis de sarampión viruela para el 2023, se tuvo un 76% a nivel regional de cobertura lo que refleja una asignatura pendiente. Y la segunda dosis, tuvo un 68% a nivel regional. Eso debe preocuparnos”.

Debido a lo anterior, “es necesario lograr y mantener una alta cobertura de vacunación de la serie primaria contra sarampión y tosferina, así como de las dosis de refuerzo posteriores. Insisto en esas dos entidades, porque es el problema que enfrentamos en este momento, además de tener conteo preciso de la aplicación de inoculaciones en cada estado, porque hay errores en la medición”, concluyó el experto.

Fuente: El Colegio Nacional

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