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El legado de Pasteur fue afirmar el papel de la ciencia en el mundo: Adolfo Martínez Palomo

En palabras de Adolfo Martínez Palomo, Pasteur afirmó: Señores y señoras, son los microbios los que tendrán la última palabra; la pandemia lo ha confirmado

Francia declaró el 2022 como el año de Louis Pasteur, uno de los científicos más importantes del siglo XIX, recordó Adolfo Martínez Palomo, miembro de El Colegio Nacional, al coordinar y participar en la mesa Homenaje a Louis Pasteur. 200 años de nacimiento, que se realizó de manera presencial el 6 de diciembre en el Aula Mayor del recinto y se transmitió en vivo por sus plataformas digitales.

En la sesión, que también contó con la coordinación y participación del colegiado Antonio Lazcano Araujo, Martínez Palomo sostuvo que el legado de Pasteur fue afirmar el papel de la ciencia en el mundo, en particular, en la educación y la enseñanza, “la voluntad de hacer del conocimiento el componente esencial de la educación de todos los ciudadanos”.

Louis Pasteur nació el 27 de diciembre de 1822, en la Ciudad de Dole, Francia, fue hijo de un modesto curtidor de cueros y antiguo suboficial del ejército de Napoleón Primero. Químico, físico y biólogo, sus investigaciones en el campo de la microbiología permitieron descubrir que las enfermedades infecciosas eran causadas por seres invisibles a la vista humana. Hoy en día, Francia cuenta con más de 360 escuelas que llevan su nombre, lo que lo hace el segundo personaje más célebre de ese país.

El médico mexicano expuso que el científico francés revolucionó la bacteriología, la inmunología y el campo de las enfermedades infecciosas, además de encontrar, por primera vez, una vacuna para prevenir los efectos letales de la rabia. Sin embargo, en palabras de Pasteur, fue víctima de la calumnia, la estupidez y la envidia.

“Una de las acusaciones que realizó Gason y un medio anglosajón contra Pasteur, fue sobre esta vacuna. Dice Gason: antes de sus primeros éxitos, Pasteur ya había aplicado su vacuna en dos pacientes sin haber informado de los resultados. Fue el tema que lo llevó a la cumbre de la fama, y también el que lo puso en la cima de la crítica”, puntualizó el colegiado. Agregó que “ahora que estamos celebrando los 200 años de su nacimiento, Pasteur es todavía motivo de encono, sobre todo, en Inglaterra y Estados Unidos, en aceptar el valor de la vacunación antirrábica y honrar a Pasteur”.

De acuerdo con Martínez Palomo, “la fama de Pasteur como uno de los mejores héroes de la ciencia debe seguir incólume. Ahora podemos afirmar con conocimiento de causa, nuestra profunda admiración por la grandeza inmortal de su obra. Su ejemplo seguirá siendo guía y estímulo de la idea de conquistar las enfermedades infecciosas. Pasteur afirmó: Señores y señoras, son los microbios los que tendrán la última palabra, y la pandemia lo ha confirmado”.

Por su parte, el colegiado Antonio Lazcano recordó que Luis Pasteur tuvo varias aportaciones, entre ellas, el descubrimiento de la simetría molecular, la vacunación, la fermentación microbiana, la anaerobiosis (afecto Pasteur), la pasteurización, la teoría microbiana de la enfermedad y la inexistencia de la generación espontánea.

“A partir de Lamarck, la idea de que la vida, ese árbol biológico espléndido de la diversidad biológica, es el resultado de la generación espontánea arraiga profundamente. Pero la generación espontánea y desde luego la teoría de la evolución se convierten en un tema de debate no sólo científico, sino también político”, enfatizó el biólogo molecular.

De acuerdo con Lazcano, Pasteur pertenece a una época que define e institucionaliza las disciplinas científicas. Igual que Claude Bernard, supera la falsa distinción entre las mal llamadas “ciencias básicas y ciencias aplicadas”. La vacunación como parte de la institucionalización de políticos de salud pública. “Hace de la ciencia un elemento de definición de la identidad cultural de una nación”.

El colegiado expresó que la creación del Instituto Pasteur, promovida por suscripción popular, abre una alternativa de independencia intelectual para instituciones académicas, monárquicas, creyentes y conservadoras, “no tuvo empacho en contratar y promover a investigadores con otras actitudes políticas”.

“El mejor homenaje que podemos hacerle a Louis Pasteur es que cuando vayamos al supermercado o a la tienda y veamos un cartón de leche, no hay que olvidar que está pasteurizada, lo que impide que los niños y los adultos nos enfermemos, lo que nos permite una nutrición sana gracias al empeño de este hombre por pasteurizar los alimentos. Sin Louis Pasteur, ninguno de nosotros estaría aquí”, finalizó.

Fuente: El Colegio Nacional