Cambio climático e investigación científica. Tareas para la Planeación Ambiental y la Conservación
Dr. Alejandro López Cortes
Coordinador del PLAYCO
Durante la Reunion Anual de la AAAS 2022: Comunicar y mitigar los impactos del cambio climático se reconoció que:
“Según los científicos del clima, el cambio climático está haciendo que las olas de calor sean más frecuentes e intensas. Sin embargo, hay formas de comunicar esos impactos a los formuladores de políticas, los medios de comunicación y las comunidades de primera línea más afectadas por el cambio climático y de reducir los impactos, a menudo inequitativos, del calor extremo”.
«Incluso los pequeños cambios en la temperatura promedio pueden tener impactos dramáticos en la salud humana y la economía», dijo Brie Lindsey, directora de servicios científicos del Consejo de Ciencia y Tecnología de California y moderadora de la sesión sobre resiliencia al calor”.
Análisis provenientes del Panorama de los Recursos Globales 2024, hacen impostergable reconocer los efectos causados por el cambio climático, por lo que es indispensable aprovechar que la sociedad está escuchando para comunicar la imperiosa necesidad de actuar decididamente ante esta crisis.
Por ello, desde el campo de la investigación científica que se desarrolla en el PLAYCO, se reconoce la dimensión social y la pertinencia de enfocarse y trabajar para dar alternativas y respuestas a la crisis planetaria. Se ha investigado sobre el efecto del cambio climático bajo el enfoque de Una Salud, el cual reconoce una asociación con el incremento de las enfermedades infecciosas, el agravamiento de los síntomas por exposición a contaminantes, la disminución en la producción de alimento, y disponibilidad del agua son tan solo algunos ejemplos del impacto del cambio climático. También, se ha contribuido al conocimiento del problema de los desastres asociados a fenómenos hidrometerológicos y climáticos en México. Al respecto, se han evaluado los impactos económicos causados por las inundaciones (ocasionadas por lluvias intensas producidas por ciclones tropicales, paso de frentes fríos, tormentas convectivas, tsunamis y oleaje de tormentas) las cuales han sido de los eventos más destructivos en México y se posicionan en el segundo lugar de los desastres asociados a fenómenos naturales que causan el mayor número de muertes en el país. Se estima que una tercera parte de todas las declaratorias de desastre realizadas en México entre 1980-1999 estuvieron relacionadas con las inundaciones. Entre 2000 y 2010, más del 80% de las pérdidas económicas por desastres asociados a fenómenos naturales en México fueron causadas por lluvias torrenciales de invierno y verano posicionando, hasta entonces, al 2010 como el año más costoso en la historia del país con una cifra récord de 92,372.4 millones de pesos en pérdidas (unos 7,463 millones de dólares americanos). En contraste con las excesivas inundaciones en el sureste del país en el 2010, la sequía del 2011-2012 en los estados del norte fue catalogada como excepcional incrementando las posibilidades de ocurrencia de incendios forestales en el país. En la actualidad se utilizan equipos modernos y sofisticados para controlarlos, pero la batalla está lejos de ser ganada, principalmente debido a la incertidumbre en la variabilidad del clima y de los pronósticos meteorológicos y el desconocimiento del papel que juegan los incendios en el funcionamiento de los ecosistemas. En cuanto a las heladas, aunque el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) muestra que en varias regiones del planeta se ha observado un incremento del periodo libre de heladas, éstas siguen causando estragos en México, principalmente en la agricultura debido a la alta variabilidad climática interanual y al posible aumento de eventos extremos debido al calentamiento global.
Otra actividad realizada por las y los investigadores ha consistido en estudiar los manglares de la península de Baja California, en particular la conservación a través de la reforestación de manglares de la Bahía de La Paz, B.C.S., como otra medida de mitigación de los efectos causados por aumento del nivel del mar y huracanes. Con la ayuda de herramientas de percepción remota y análisis químicos de sedimentos se ha estudiado el almacenamiento de carbono orgánico en los humedales costeros, incluyendo manglares y marismas de regiones áridas para contar con una mayor comprensión de su valor ecosistémico en la mitigación de cambio climático. Dichos ecosistemas, protejen la línea de costa y son fundamentales por ser sitios de alimentación, refugio y reproducción de muchas especies de peces e invertebrados contribuyendo al equilibrio ecológico. Son de gran relevancia por mitigar el impacto del oleaje y reducir la erosión de las playas durante tormentas y huracanes, ya que funcionan como barreras físicas que protejen a las poblaciones humanas de los vientos que alcanzan grandes velocidades y de los volumenes de agua asociados. Todo esto redunda en una disminución de la vulnerabilidad y los daños catastróficos de las poblaciones ante inundaciones.
Fuente: elsoldemexico.com.mx