Burbujas de gas y polvo, responsables de formas sorprendentes en el espacio: William Henney

Subrayó que la presión de la burbuja hace que se compriman los glóbulos, puedan inducir el colapso gravitacional y la formación de las nuevas estrellas

“Nuestra Vía Láctea está llena de enormes burbujas de gas y polvo. Se forman por la energía de las estrellas más grandes: su luz ultravioleta ioniza y calienta el gas, lo hace brillar y expandirse, mientras que sus vientos y explosiones de supernova mueven el material y crean cavidades, filamentos y formas sorprendentes en el espacio”, explicó el astrofísico William Henney, en la conferencia “La galaxia espumosa: burbujas esculpidas por estrellas”.

En la sesión, que formó parte del ciclo Noticias del cosmos, coordinado por Susana Lizano y Luis Felipe Rodríguez Jorge, miembros de El Colegio Nacional, Henney recordó que los telescopios son aquellas herramientas que permiten ver estas burbujas, particularmente los instrumentos como el Hubble, GAIA y el James Webb. “Para entender que podemos ver en un telescopio, tenemos que saber que la luz visible, que representamos a través de un arcoíris, es sólo una pequeña parte del espectro electromagnético que va desde los rayos X, que son las ondas más energéticas, hasta el radio, que es el menos energético”.

Señaló que el telescopio Hubble es uno de los observatorios más exitosos de la historia. Lanzado en 1990, aún sigue en funcionamiento, fue diseñado conjuntamente por la NASA y la Agencia Espacial Europea, y ha proporcionado datos para más de 22 mil artículos científicos, además, ha dado imágenes famosas como los pilares de la creación. Posteriormente, el sucesor en el espectro infrarrojo fue el James Webb, que nació para ir más allá del Hubble, ampliar su alcance y afinar sus logros. Finalmente llegó GAIA, que generó una fotografía muy precisa de la vía láctea.

“Gracias a GAIA tenemos una idea de cómo se forman las estrellas, como es la forma de la vía láctea. Sabemos que es de forma de un disco aplanado en rotación, y nuestro Sol se encuentra a la mitad de la distancia entre el centro de la galaxia y hacia el exterior. Tiene un diámetro como de cien mil años luz, tiene brazos espirales bien definidos, y nosotros estamos dentro de uno de esos brazos”.

En palabras del investigador del Instituto de Radioastronomía y Astrofísica de la UNAM, el Sol rota alrededor de la galaxia, se mueve rápido a 230 kilómetros por segundo, sin embargo, cada 200 millones de años, le da una vuelta completa alrededor al centro de la Vía Láctea. Entonces, en el tiempo de 4 mil millones de años, que es el tiempo de nacimiento del Sol, sólo le ha dado 20 vueltas a la galaxia.

“Si queremos ver las burbujas, tenemos que ver la emisión del gas y eso necesita que se vean longitudes de onda muy especiales que son características de la emisión de gas ionizado. La mayoría de las burbujas que se ven, están concentradas en el plano galáctico. Están asociadas con las regiones de polvo muy denso, sin embargo, el polvo está bloqueando su luz. Para poder verla con claridad, debemos verla, a través de un telescopio de luz infrarroja”.

Al responder a la pregunta ¿Cuál es la causa de las burbujas?, el científico afirmó que las estrellas más masivas son las responsables de esas burbujas. “Las estrellas tienen varias masas y tamaños, el Sol es una estrella enana tipo G de tamaño y de color amarillo. Las estrellas que tienen diez veces más la masa del Sol, son las que empiezan a ionizar su ambiente y estos son los responsables que provocan las burbujas”.

“Las burbujas más pequeñas pueden ser resultado de las estrellas tipo B, que tienen cinco veces la masa del Sol, mientras que las estrellas tipo O, que son más extremas de 25 o incluso más de cien masas del Sol, pueden generar burbujas más grandes. La mayor parte de la vida de estas estrellas son muy luminosas, sus vientos son muy poderosos y es lo que produce estas burbujas”.

De acuerdo con William Henney, existen tres mecanismos principales para hacer burbujas espaciales, la variación, los vientos y la explosión. “A lo largo de su vida, las estas estrellas tipo O y tipo B emiten grandes variaciones de rayos ultravioleta, que ionizan y calientan el gas alrededor de la estrella haciendo que la burbuja se expanda. Al final de la vida de las estrellas, después de uno a 10 millones de años, estas estrellas explotan y generan una onda de choque más potente que produce estas burbujas”.

La relación entre las burbujas y las nubes moleculares

El investigador sostuvo que las nubes moleculares, sitio donde se forman las estrellas, se encuentran referencialmente en la orilla de las burbujas locales. Esto hace pensar que la burbuja, tal vez, fue responsable para desencadenar la formación de estrellas. “La presión de la burbuja hace que se compriman los glóbulos y pueden inducir el colapso gravitacional y la formación de las nuevas estrellas. Cerca del sol hay estrellas masivas que tienen sus propias burbujas”.

Agregó que, es gracias a los telescopios infrarrojos, que se puede dar seguimiento a la formación de nuevas estrellas y conocer fenómenos como estas burbujas, así como la interacción del gas con la formación estelar. “Tal es el caso de Pismis 24, la imagen más reciente que salió del James Webb, se trata de un cúmulo estelar masivo que es el ejemplo perfecto de cómo la variación y los vientos trabajan juntos para darle forma a las burbujas cósmicas”.

Fuente: El Colegio Nacional

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