Microbios, luz y CO2, la fórmula que United quiere para propulsar sus aviones
Algunas ‘start-ups’ ya habían intentado antes producir combustible con bacterias modificadas genéticamente. ¿Podrá Cemvita Factory tener éxito en eso?
Una start-up que utiliza microbios, luz y CO2 modificados genéticamente para crear una alternativa a los derivados del petróleo ha llamado la atención de United Airlines, una de las aerolíneas más grandes del mundo.
La aviación representa alrededor del 3% de las emisiones mundiales de CO2, que llegó a casi 1 gigatonelada en 2019. Esa cifra está creciendo y hay pocas soluciones a la vista. Otros modos de transporte al menos tienen alternativas, como las baterías (o, en algunos casos, el hidrógeno) para los coches, pero los aviones son una tecnología especialmente difícil de reinventar.
Un combustible barato producido por bacterias podría reducir las emisiones de la aviación y ayudar a minimizar los efectos del cambio climático. Los combustibles microbianos se habían intentado antes sin éxito comercial, pero los avances en la ingeniería genética y una financiación climática más generosa podrían hacer que las nuevas empresas tengan un resultado diferente.
United está financiando Cemvita Factory, que desarrolla la producción microbiana de combustibles para aviones. Es una de las varias incursiones de la aerolínea en los combustibles alternativos. «No vemos, por ahora, que haya otra alternativa energética al combustible líquido», afirma Andrew Chang, director de la sección de capital riesgo de la aerolínea, United Airlines Ventures.
El enfoque principal de Cemvita se basa en los microbios fotosintéticos llamados cianobacterias que utilizan la luz y el CO2 para crecer. A través de la ingeniería genética, la empresa crea microorganismos que producen las sustancias químicas deseadas, en este caso, componentes del combustible para aviones.
Se están ultimando los preparativos según los cuales Cemvita utilizará los fondos de United Airlines para desarrollar y comercializar su tecnología a escala de laboratorio, explica el director comercial de Cemvita, Roger Harris. La start-up también trabaja en el uso de sus microbios para producir etileno, un componente básico de algunos plásticos.
El combustible de Cemvita podría acercarse a ser neutral en carbono, ya que los microbios que lo producen consumen CO2, según señala el director ejecutivo de Cemvita, Moji Karimi. El combustible aún produciría emisiones al quemarse, pero serían compensadas en parte por el carbono que se habría capturado para producirlo.
En cuanto a la luz que requieren los microbios, Cemvita probablemente usará la luz artificial dentro de los reactores, indica Harris. A pesar de que la luz solar es gratuita, depender del Sol impondría limitaciones sobre cómo y dónde la empresa podría construir sus plantas de producción.
Cemvita no es la primera empresa en intentar fabricar combustibles con microbios modificados genéticamente. Las compañías como LS9, fundada en 2005, y Joule Unlimited, creada en 2007, capturaron grandes inversiones y entusiasmo en el auge de los biocombustibles. Al final, la mayoría de estos esfuerzos se paralizaron o se alejaron de los combustibles. LS9 se vendió en 2014 y Joule cerró en 2017.
Las compañías de combustible microbiano se enfrentan a un mundo diferente hoy en día, resalta el cofundador de Joule Unlimited y LS9 y socio general de Flagship Pioneering, David Berry. Las herramientas para la ingeniería genética han mejorado drásticamente, según Berry. Los investigadores pueden encontrar y probar genes mucho más rápido, y las técnicas para incorporarlos al material genético de los microbios se han vuelto más precisas.
Por otro lado, persisten los desafíos comerciales. Joule al final tuvo problemas para reunir suficientes fondos para construir grandes instalaciones de demostración cuando cayeron los precios del petróleo, recuerda Berry. Los inversores de hoy pueden estar más dispuestos a financiar proyectos a largo plazo, pero las crisis en el momento equivocado aún podrían significar problemas.
Hay un largo camino por delante para los combustibles de Cemvita, plagado de restos de otras start-ups de biocombustibles. Incluso ocupar una pequeña parte del mercado de combustibles para aviones requerirá una gran cantidad de fondos y tiempo. Pero con el respaldo de United, esta empresa de biotecnología espera poder despegar.
Fuente: technologyreview.es