Mexicana crea nariz electrónica que ayuda a detectar la diabetes
La investigadora mexicana Berenice Domínguez Cruz creó una nariz electrónica que busca imitar el funcionamiento del sistema olfativo de una persona donde, al igual que en la nariz humana, participan varios sensores que reaccionan a moléculas específicas y generan señales que se transforman en información en el cerebro.
Los sensores están elaborados a base de polímeros, y una vez que las sustancias se impregnan a ellos la información es enviada a una unidad de interpretación, donde se miden su concentración.
El olfato electrónico se encuentra en fase de desarrollo de materiales y de instrumentación electrónica, el objetivo es probarlo en poblaciones sanas y diabéticas para estudiar el comportamiento del aliento de los grupos y, por ende, determinar los niveles que nos indiquen cuándo se considera que una persona es diabética y cuando está sana.
La ventaja principal de este dispositivo es que se trataría de un sistema de monitoreo no invasivo, por lo que el paciente podría prescindir de los métodos que requieren la extracción de una muestra de sangre. El dispositivo está pensado para venderse a bajo costo.
Esta línea de investigación se inició en el Grupo de Polímeros Cimav y posteriormente dio lugar a un proyecto grupal de Cátedras del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), dentro del cual labora la investigadora.
Hasta el momento, el proyecto cuenta con el desarrollo de prototipos de los sensores que estarán instalados dentro de la nariz electrónica.
Vivir con diabetes en México es todo un reto. Para Carolina Martínez, utilizar este dispositivo sería de gran utilidad debido a que desde hace una década padece de esa enfermedad y sus venas son tan delgadas que cada vez que necesita monitorear su glucosa tiene que acudir a un especialista, situación que, en ocasiones, le impide mantener control de esta enfermedad crónica.
“Me enteré que tenía diabetes un día que me sentía muy mareada y no podía mantenerme en pie. Fui al médico y al tomarme la presión y la glucosa, todo salió alto”, dijo.
Los miembros de la familia de Carolina tienen sobrepeso, triglicéridos y colesterol alto y niveles de glucosa elevados, por lo que seis de sus siete hermanos son diabéticos.
“Mi familia es diabética, empezando por mis padres, quienes la tienen desde hace 20 años, y nosotros la heredamos. La forma en que nos hemos alimentado (a base de pan y tortillas) nos hizo llegar a este camino”, dijo.
Desde que era pequeña, la madre de Carolina premiaba sus buenas acciones con dulces o con galletas, su vida siempre giró en torno a la mala alimentación y, con el paso del tiempo, este sistema la llevó a la obesidad y, posteriormente, a la diabetes.
Desde 2000, la diabetes es la primera causa de muerte en México y, en la actualidad, 10 de cada 100 niños la padecen.
Fuente: Xinhua