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Lidera mexicana desarrollo internacional para reconstrucción de vagina

El Laboratorio de Ingeniería en Tejidos del Hospital Infantil de México Federico Gómez (Himfg) desarrolló una técnica de cultivo que permite aislar y reproducir células que en combinación de biomateriales logra la conformación de una vagina.

Con este avance se tratará de manera efectiva a las niñas que nacen con el Síndrome de Rokintansky, caracterizado por la ausencia de vagina y en algunos casos, también de útero.

La jefa de dicho laboratorio, Atlántida Raya Rivera, llevó a cabo el trabajo de investigación llamado “Órganos vaginales autólogos de ingeniería tisular en pacientes: un estudio de cohorte piloto”, con el cual se hizo acreedora al Premio Aarón Sáenz 2017 en el área biomédica.

Raya Rivera explicó que este protocolo se realizó de manera conjunta con científicos del Instituto de Medicina Regenerativa de la Universidad de Wake Forest, en Carolina del Norte, Estados Unidos, encabezados por el doctor Anthony Atala, quien formó parte de los asesores para sus estudios de doctorado.

La especialista detalló que de la medicina regenerativa se deriva ese tipo de ingeniería, que consiste en inducir la formación de células del mismo paciente para crear un nuevo tejido.

Es así como después de años de trabajo el equipo de científicos que dirige la doctora Raya Rivera logró desarrollar la técnica de cultivo para la formación de vaginas con un resultado extraordinario al lograr un órgano con la vascularización y la sensibilidad necesaria.

La experta mencionó que antes de elaborar esta técnica, a las pacientes se les formaba la vagina con un segmento del intestino. Sin embargo, esto provocaba riesgos como padecer cáncer.

La investigadora señaló que a pesar de que el Síndrome de Rokintansky no es una enfermedad común (se calcula que un caso por cada 5 mil nacimientos), pero al ser el Hospital Infantil de México institución de referencia nacional concentra todos los casos que se registran en el país.

Indicó que las pacientes son tratadas durante la adolescencia o después de la mayoría de edad, debido a que al nacer sus genitales tienen aspecto normal. Los problemas empiezan con su desarrollo físico al presentar ausencia de menstruación o problemas al iniciar su vida sexual.

Una vez realizado el diagnóstico de inmediato se puede hacer la reproducción de células a partir de una biopsia de la vulva que, al combinarse con biomateriales, se mantiene en cultivo de cuatro a seis semanas en el laboratorio hasta poderse implantar.

Los primeros cinco días son cruciales para saber si se presenta algún problema, de no ser así, la paciente lleva un seguimiento por seis meses para ver que el que órgano funciona bien.

Fuente: milenio.com