Ladrillos que crecen solos: La tecnología viva que podría construir casas en Marte
La propuesta surge del trabajo de la Dra. Congrui Grace Jin y su equipo, que han diseñado una comunidad microbiana inspirada en líquenes naturales. Su innovación permite utilizar el regolito marciano —la capa superficial de polvo y roca del planeta rojo— para fabricar estructuras sólidas sin intervención humana.
Estos líquenes sintéticos están formados por hongos resistentes y cianobacterias fotosintéticas que, al interactuar, transforman el entorno en bioconstrucción. Mientras las cianobacterias generan oxígeno y nutrientes a partir de CO? y nitrógeno, los hongos mineralizan y consolidan el regolito, secretando biopolímeros que actúan como cemento natural.
A diferencia de otras propuestas que usan bacterias, hongos o geopolímeros, este sistema es completamente autónomo. No necesita mantenimiento ni alimentación externa constante, algo crucial en un planeta donde cada recurso y cada acción humana son extremadamente limitados.
De líquido a ladrillo: una estructura que se imprime sola
El sistema se basa en cuatro elementos simples: regolito, aire, luz solar y un medio inorgánico líquido. Eso basta para activar el ecosistema simbiótico que, al igual que un líquen terrestre, crece y endurece con el tiempo. Pero el equipo de Jin no se detiene ahí: están desarrollando una tinta biológica capaz de imprimirse directamente en 3D.
Esto permitiría moldear muros, techos e incluso mobiliario con precisión milimétrica, sin importar la forma ni el tamaño. La técnica, conocida como escritura directa, facilitaría la producción in situ de módulos habitables adaptados a las condiciones marcianas.
Fuente: lapatilla.com