Kmina, las nuevas muletas que acaban con las molestias en manos y muñecas
Apenas han cambiado su diseño en 4.000 años. Hablamos de las muletas, unas herramientas cuyo uso prolongado acaba provocando dolores en manos y muñecas, como puede constatar todo aquel que ha tenido que emplearlas. Con el propósito de acabar casi por completo con esas molestias, llegan las nuevas muletas Kmina, diseñadas para cambiar notablemente la distribución del peso y con una mayor amortiguación.
Después de una exitosa campaña de crowdfunding este pasado mes de octubre a través de la plataforma Kickstarter -mediante la cual se han obtenido los 20.000 euros necesarios para la financiación del proyecto, con el apoyo de casi 300 patrocinadores-, se espera que este nuevo dispositivo llegue al mercado a comienzos de 2017, concretamente en el mes de marzo, con precios en torno a los 100 euros.
Una mejor distribución del peso
¿Por qué las muletas provocan dolor e incluso lesiones en algunos casos? La respuesta es fácil. Al contrario que nuestros antepasados, los seres humanos no somos capaces de andar correctamente apoyándonos en nuestros propios brazos, por lo que, cuando usamos muletas, hacemos que las muñecas y las manos carguen con un peso que no pueden soportar de manera prolongada.
Según lo recogido en su web oficial, las Kmina disipan el dolor causado por las muletas convencionales, gracias en gran medida a que el soporte donde se apoya el antebrazo ya no se encuentra recto, tal y como se puede comprobar en las imágenes facilitadas por los desarrolladores. Así, ahora ese soporte tiene un ángulo de 30 grados, lo que permite repartir el peso de la persona por una zona mucho más amplia que antes. No obstante, las modificaciones que presenta esta innovación no terminan ahí.
Galardonadas con el primer premio accésit en la categoría I+D+i en la edición de este año de los premios Fundación Caser Dependencia y Sociedad, las “primeras muletas del mundo que eliminan el dolor” -como las describen sus creadores- cuentan con un segundo elemento clave, como es el nuevo sistema de amortiguación, que sirve para que podamos soportar mejor la presión.
El diseño es obra del ingeniero vasco Ignacio Mañero quien, como ha declarado en varias ocasiones, tuvo la idea después de sufrir varias lesiones deportivas y, especialmente, después de fijarse por casualidad en el muelle de un cascanueces. Un mecanismo que pensó que podría servir para amortiguar el peso de una persona y, tras percatarse de ello, empezó a investigar al respecto.
Para poder sacar adelante su idea, y tras diseñar varios prototipos iniciales, se asoció con el economista Alejandro Vañó, con el propósito de que le asesorara en las cuestiones puramente empresariales, ya que este profesional cuenta con más de 4 años de experiencia en consultoría de negocio. Al igual que Mañero, tras un accidente también experimentó el dolor que pueden llegar a causar las muletas tradicionales y por ello no dudó en sumarse al proyecto.
Asimismo, ambos emprendedores también necesitaban el apoyo de un profesional sanitario, y por ello involucraron en el proyecto a un traumatólogo de dilatada experiencia como es el doctor Jaime Usabiaga, antiguo jefe de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Universitario de San Sebastián. Él se encargó de asesorarles, apoyando una idea que vio inmediatamente con buenos ojos, ya que ha sido testigo de las diversas lesiones que las muletas pueden llegar a ocasionar en muchos pacientes.
Un cambio radical de diseño
Como destacan en la web del proyecto, las muletas apenas han cambiado en miles de años, experimentando únicamente pequeñas modificaciones, en forma de suelas mejoradas para adaptarse al terreno o empuñaduras más cómodas. Los cambios planteados por Mañero y sus socios van mucho más allá.
Antes de alcanzar el diseño definitivo, el ingeniero experimentó con hasta seis prototipos distintos, que sirvieron para determinar las características más eficientes. Con la ayuda de distintos usuarios de muletas cuyas reacciones fueron estudiadas concienzudamente, el dispositivo se fue mejorando poco a poco, haciendo modificaciones progresivas en sus funciones. Y tras las numerosas pruebas llevadas a cabo con el modelo final, sus creadores han determinado que Kmina disminuye hasta en un 80% el peso que han de soportar las manos de la persona, una enorme reducción que elimina por completo los dolores e impide cualquier posible lesión que pudiera surgir.
Por tanto, no estamos ante una simple modificación para hacer más ligero el producto -algo que ya existe-, sino ante una renovación total de su estructura básica. Así, además del ya citado soporte para el antebrazo que ya no es recto y un innovador sistema de amortiguación, estas nuevas muletas poseen más características que las diferencian notablemente de las habituales.
De esta forma, también se ha incorporado una cinta de sujeción de neopreno que incrementa la seguridad y comodidad. Asimismo, el acolchado y las empuñaduras son totalmente intercambiables, por lo que se pueden personalizar en función de los gustos del usuario, para que este, si así lo desea, haga las muletas más atractivas.
Igualmente se ha recubierto la zona del codo, una parte del cuerpo que ahora se puede inclinar perfectamente sin experimentar ningún dolor, gracias a un hueco trasero en esa zona. Y cuando el usuario necesite liberar una mano para llevar a cabo tareas básicas como usar el teléfono móvil o abrir una puerta, bastará únicamente con que gire la empuñadura.
La cosa no acaba ahí, porque las muletas Kmina son totalmente regulables, por lo que se pueden ajustar a alturas de entre 150 y 190 cm. Y en último lugar, se ha añadido una contera ancha y flexible en la zona inferior, que también sirve para aumentar la comodidad y seguridad, tal y como explican sus creadores en la web oficial.
Los responsables del proyecto esperan poder vender su producto también en el extranjero, y de momento ya han llegado a acuerdos con establecimientos de distintos puntos de España. Así, su invento podrá adquirirse en ciudades como Valencia, San Sebastián -la localidad natal de Mañero- o Madrid, y en los próximos meses esperan poder cerrar más tratos, para que a lo largo del año 2017, su dispositivo se pueda adquirir en cualquier zona del país. Igualmente ya tienen en mente otros proyectos, como mejorar los diseños de los andadores o de las sillas de ruedas.
Sin embargo, como bien reconocen sus responsables, las Kmina poseen un claro inconveniente si quieren convertirse en un estándar. Dicho inconveniente es su elevado precio, estimado en 99 euros, que es bastante más alto que lo que cuestan actualmente unas muletas convencionales. Con ese coste, parece que esta innovación sólo merecerá la pena para aquellas personas que necesiten muletas durante un periodo prolongado. No obstante Mañero y sus compañeros ya están ideando fórmulas con diversos establecimientos, mediante las cuales las muletas se puedan alquilar, y de esa manera no se tenga que abonar el precio completo de las mismas.
Fuente: conslud.es