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El joven mexicano que desarrolla inteligencia artificial en Japón

Christian Peñaloza es un mexicano que le ha dado a miles de personas en el mundo algo que parecía imposible gracias a la aplicación de la inteligencia artificial.

Este investigador y académico ha trabajado por varios años en el desarrollo de robots que, a través de la inteligencia artificial, le han brindado a personas con alguna discapacidad, una nueva oportunidad para mejorar su calidad de vida. A través de un sistema de control mental inteligente, Peñaloza le otorga independencia al paciente y reduce los costos de sus cuidados intensivos.

La adolescencia de Christian Peñaloza transcurrió entre Tijuana, donde estaba su casa, y San Diego, el lugar en el que estudiaba. El doctor en Neurociencia Cognitiva recuerda que se formaba desde las seis de la mañana en la fila de la Garita de San Ysidrio para poder llegar con tiempo a la preparatoria en Estados Unidos. Era habitual que le revisaran la mochila como parte de la rutina de inspección migratoria.

Cuando tenía mucho frío, Christian Peñaloza recordaba las palabras de su hermana mayor: “Tijuana es una oportunidad de empezar de cero, tenemos que echarle muchas ganas a la escuela”.

Si bien Christian Peñaloza reconoce en una entrevista para El Universal que no era buen estudiante, decidió esforzarse más y las materias en las que más destacaba eran matemáticas, física y química. El problema era que no sabía inglés. Sin embargo, no se rindió ya que para su padre “era un sueño que alguno de sus hijos estudiara en Estados Unidos. Mi abuelo fue campesino en Tultepec, Estado de México, y después fue un indocumentado en Estados Unidos”. Desafortunadamente, el examen de inglés para ingresar a la preparatoria no lo pasó. El director de su preparatoria le dio una segunda oportunidad y pudo estudiar en San Diego.

Un robot para ayudar a los seres humanos

Christian Peñaloza recuerda con cariño a un robot que le regalaron cuando tenía quince años. Fue cuando decidió crear un robot para ayudar a las personas. Su primer intento fue durante sus estudios de Ingeniería en Computación en la Universidad Estatal de San Diego. Después tuvo que elegir entre dos opciones: trabajar para una compañía de ingeniería en Canadá o hacer una internado en una empresa en Japón, donde no sabía si se quedaría y tendría un trabajo estable.

Decidió irse al país nipón, al cual había aplicado antes para una beca de maestría y se la negaron. Ingresó a la Maestría en Ciencias de la Ingeniería. Sin embargo, no pudo pagársela con sus ahorros por lo que entró a trabajar en un restaurante donde lavaba los trastes. Uno de sus maestros, al verlo quedarse dormido a media clase, le ofreció ser su asistente de investigación para el Doctorado en Neurociencia Cognitiva en la Universidad de Osaka.

Entonces, Christian Peñaloza pudo realizar su sueño de crear un robot que ayudara a los demás, lo cual logró a pesar de su juventud superando el reto de aprender un idioma y cultura nuevos.

Ayudar a las personas

Mientras Christian Peñaloza estaba estudiando el doctorado, se interesó cada vez más en la relación de la neurociencia y la robótica. El principal proyecto que ha impulsado es la mejora de los aparatos que permiten a las personas con parálisis motrices ganar autonomía. Al ser investigador en neurociencia cognitiva aplicada a la robótica, Peñaloza se ha enfocado en hacer que aparatos como sillas de ruedas y brazos robóticos reconozcan las órdenes de la persona que los está usando. ¿Cómo? A través de la inteligencia artificial.

Al pensar en las limitaciones que sufren estas personas, él propuso una solución: un sistema de control mental inteligente, el cual fue desarrollado en tres años. En una entrevista para Tec Review, el investigador lo explica de la siguiente manera: “Ese tipo de tecnología ayuda a personas que no se pueden mover, para que nosotros podamos mirar sus ondas cerebrales y traducir estas ondas a comandos para controlar, ya sea una prótesis robótica, una silla robótica o eléctrica, incluso algo tan sencillo como poder prender y apagar las luces de la habitación”.

El también investigador del Instituto de Investigación en Telecomunicaciones Avanzadas (Advanced Telecommunications Research Institute ) está consciente de que el costo de estas enfermedades es bastante alto, por lo que la tecnología en la que está trabajando “le da más independencia al paciente, reduce los costos de cuidados intensivos, hace más conveniente y mejora su estilo de vida”.

Christian Peñaloza fue elegido por esta labor para formar parte de la lista de “Innovadores Menores de 35 México 2016” por el MIT Technology Review. El jurado de este evento consideró su propuesta “particularmente atractiva para las personas con discapacidades motoras severas ya que mejoraría su calidad de vida y permite reducir el coste de los cuidados intensivos”.

Entre los reconocimientos que ha merecido Peñaloza se encuentra la Beca Monbukagakusho, que le otorgó el gobierno japonés en 2012 y el Premio a la Excelencia en Investigación en el Exterior de la Asociación de Fabricación y Tecnología de Japón en 2013. También forma parte de la facultad del Laboratorio Ishiguro de Inteligencia Robótica de la Universidad de Osaka en Japón, donde sigue trabajando la interacción humano-robot y la interfaz cerebro-computadora y colaborando habitualmente con artículos sobre robótica para revistas especializadas.

En su cuenta oficial de Twitter (@chpesa), comparte su postura respecto a las inmensas posibilidades que ofrecen los avances tecnológicos: “El valor actual de un negocio de tecnología es equivalente a la suma del dinero que hará en el futuro”.

También es un miembro activo de Quora, una red social de preguntas y respuestas, donde proporciona información valiosa como “¿Cuál es el mejor video motivacional para las futuras ingenieras y científicas?”

¿Qué sigue para Christian Peñaloza? El investigador busca fondos de inversión para continuar con sus proyectos. El también presidente del capítulo de Japón de la Red de Talentos Mexicanos en el Exterior. tiene una empresa en Tijuana, Mirai Innovation, que busca apoyar los talentos mexicanos en la ingeniería desarrollando tecnologías emergentes. Esta compañía, cien por ciento mexicano, busca impulsar los proyectos de otros talentos como él.

Fuente: altonivel.com.mx