Con esta nueva técnica, es posible colocar circuitos imprimibles en cualquier superficie, sea tela, pero también plástico o incluso alimentos.
La electrónica sigue evolucionando y ya estamos viendo avances en el tema de la impresión de circuitos electrónicos, unos componentes que ya los podemos ver incluso en cualquier superficie, placa o incluso en prendas de ropa, y que podrían dar un paso al frente con esta nueva técnica.
Y es que si bien actualmente la mayoría de estos circuitos electrónicos en el mercado se están imprimiendo sobre bases sólidas, lo cierto es que el futuro apunta a elementos flexibles, y para ello estos componentes deben adaptarse a este tipo de placa que pueda estar presente en nuestra ropa.
Esto ha llevado a que los investigadores cuenten con más interés en los circuitos de metal líquido, y para ello están poniendo en liza fabricar circuitos e imprimirlos con una impresora 3D o de inyección de tinta modificada, unos métodos que hasta ahora habían sido bastante caros.
Así que para hacer que este proceso de fabricación sea más rápido y barato, investigadores han desarrollado un método para crear circuitos de metal líquido haciendo uso de una impresora de láser de escritorio capaz de colocar la electrónica en muchos tipos de superficies, y no solo telas.
Lo han conseguido investigadores de la Universidad de Tianjin que han desarrollado una técnica para colocar circuitos imprimibles en cualquier tela, pero también plástico o incluso en frutas.
Así lo consiguieron
Para hacerlo, imprimieron un diseño conectado en papel térmico termotransferible con una impresora láser ordinaria.
Después esta impresora depositó un tóner a base de carbono que se transfirió a un panel de vidrio calentándolo. Estos patrones de tóner hicieron rugosa la superficie pudiendo crear un espacio hidrofóbico de aire entre el carbón y el metal líquido.
Así lograron que el circuito imprimible lo pudieran pegar directamente a la superficie lisa, como una botella de refresco de plástico, un ukelele y hasta tazas de té.
Si acaso la superficie era demasiado irregular, como la piel rugosa de una naranja, este dispositivo se colocaba primero sobre una pieza de plástico flexible y luego sobre la superficie más rugosa.
Tras el experimento, demostraron que todos los componentes electrónicos funcionaron a la perfección desde la visualización de imágenes hasta el etiquetado RFID, la detección de temperatura y el sonido.
Si prospera esta técnica y se hace accesible en mayor medida, podría permitir que los circuitos electrónicos pudieran adaptarse a cualquier tipo de superficie.
Fuente: computerhoy.com