Investigadores de Estados Unidos crean el primer gel metálico del mundo: el hallazgo abre la puerta a baterías más seguras

Un grupo de investigadores de la Universidad de Texas A&M logró desarrollar el primer gel metálico del mundo, un material híbrido que combina la fluidez de un líquido con la estructura sólida de un esqueleto metálico.

Este avance, que surgió casi por accidente, podría transformar por completo el diseño de las baterías de metal líquido, haciéndolas más seguras y versátiles.

Un descubrimiento inesperado

El hallazgo se produjo durante un experimento con cobre y tántalo. Al calentar la mezcla a temperaturas cercanas a los 1.000 °C, el cobre se volvió líquido, mientras que el tántalo mantuvo su forma sólida, creando una estructura porosa capaz de atrapar el metal líquido.

Así nació el gel metálico: un material que no es completamente sólido ni líquido, pero que conserva propiedades de ambos estados.

Limitaciones de las baterías de metal líquido actuales

Las baterías de metal líquido destacan por su alta capacidad energética y su capacidad de funcionar a altas temperaturas. Sin embargo, presentan un problema clave: la inestabilidad física.

El metal líquido puede desplazarse dentro de la celda, provocando cortocircuitos o pérdida de eficiencia. Por esta razón, hasta ahora se han utilizado casi exclusivamente en instalaciones fijas, como plantas de almacenamiento de energía.

El aporte del gel metálico

El nuevo material resuelve esa limitación al inmovilizar el metal líquido sin perder conductividad. Esto abre la puerta a baterías móviles capaces de alimentar desde maquinaria pesada hasta vehículos eléctricos de gran tamaño, incluso en entornos hostiles como barcos, fábricas o zonas con temperaturas extremas.

En pruebas de laboratorio, los investigadores también experimentaron con combinaciones como calcio líquido con hierro sólido y bismuto líquido con hierro, inmersos en sal fundida. Los sistemas mantuvieron su estructura interna estable durante la generación de electricidad, confirmando que no se trata de una curiosidad científica, sino de una base sólida para baterías de nueva generación.

Próximos pasos y desafíos

Aunque el cobre y el tántalo demostraron el principio, no son materiales ideales para aplicaciones comerciales por su costo y disponibilidad. El reto ahora es encontrar combinaciones más accesibles y sostenibles que permitan escalar la tecnología.

La industria energética ya muestra interés en esta innovación, especialmente en sectores como:

  • Almacenamiento térmico.
  • Generación renovable intermitente (solar y eólica).
  • Movilidad eléctrica industrial.

Impacto ambiental y social

El desarrollo de geles metálicos podría tener beneficios más allá de la eficiencia energética:

  • Reducción del impacto ambiental: baterías más fáciles de reciclar y duraderas que las de litio.
  • Energía distribuida en zonas remotas: electrificación de comunidades rurales sin acceso estable a la red.
  • Estabilización de energías renovables: almacenamiento del excedente solar o eólico para una gestión más eficiente.
  • Autonomía energética industrial: uso del calor residual en acerías o plantas químicas para recargar baterías metálicas.

Una nueva categoría de materiales híbridos

El descubrimiento del gel metálico marca el inicio de una nueva categoría de materiales híbridos, con aplicaciones que van más allá de las baterías.

Si se logra avanzar en el desarrollo de materiales más económicos y sostenibles, esta innovación podría desempeñar un papel clave en la transición energética global.

Fuente: noticiasambientales.com

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