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Intel ha enseñado a oler sustancias químicas peligrosas a la inteligencia artificial

Enseñar a la inteligencia artificial ha realizar complejos cálculos matemáticos es complicado, pero lo es mucho más el enseñar a estos sistemas inteligentes a reconocer distintos olores. Intel está trabajando con la Universidad de Cornell para conseguir este hito tecnológico.

El esfuerzo de esta investigación no busca lanzar al mundo miles de robots que se dediquen a oler las flores, sino que podría ayudar a detectar sustancias químicas peligrosas. La detección por olfato de armas, explosivos o drogas, podría confiarse a las máquinas en vez de poner en riesgo la vida de agentes de seguridad y sus perros policía.

Intel y la Universidad de Cornell ha asegurado en un estudio publicado en revista Nature Machine, que su chip neuromórfico es capaz de aprender y reconocer el aroma de, por lo menos, 10 productos químicos peligrosos.

En el informe indican que el nivel de precisión conseguido por el chip es extraordinario. Los investigadores aseguran que el resto de soluciones de aprendizaje automático necesitan hasta 3.000 muestras más que este chip para entrenarse y conseguir el mismo resultado de reconocimiento.

El chip se conoce como Loihi y desde hace tiempo la compañía trabaja en él para imitar el cerebro humano. Este chip agrupa más de 2 mil millones de transistores y 130,000 neuronas artificiales. Un total de 64 chips basados en los prototipos Loihi equivalen al cálculo realizado por 8 millones de neuronas humanas.

Intel asegura que su creación es 1000 veces más rápido y 10,000 veces más eficiente en el procesamiento de información que los procesadores convencionales. Es más, los investigadores describen el chip utilizando los datos de más de 72 sensores químicos.

Como decíamos al principio, este trabajo nos llevaría a una sociedad en la que las máquinas pudieran servir de apoyo para detectar, armas, narcóticos e, incluso, enfermedades y así lo explica Nabil Imam, científico investigador de Intel: «Este trabajo es un excelente ejemplo de investigación contemporánea en la encrucijada de la neurociencia y la inteligencia artificial y demuestra el potencial de Loihi para proporcionar capacidades de detección importantes que podrían beneficiar a diversas industrias»

No obstante, Intel no es la única compañía que trabaja para recrear de forma artificial el cerebro humano y dotar a los robots de olfato. El equipo de Google Brain también persigue este objetivo, han creado un conjunto de datos de casi 5.000 moléculas identificadas por perfumistas, quienes etiquetaron las moléculas con descripciones que van desde “mantecoso” a “tropical” o “maleza”.

Fuente: computerhoy.com