Innovador colombiano convierte plástico reciclado y fibra vegetal en mobiliario ecológico
Latinoamérica es la región con más deforestación del mundo. Según la FAO, la pérdida de bosque en la región entre 2000 y 2005 fue de 4,7 millones de hectáreas, lo que representa el 65% de la pérdida global. Por otro lado, cada persona residente en un núcleo urbano genera 1,2 kilos de residuos sólidos al día, según datos del Banco Mundial. En Colombia, país líder en la fabricación de café, su producción de desperdicios incluye 500.000 toneladas anuales de residuos de cascarillas de café, según cálculos de Juan Nicolás Suárez. El joven ha vinculado todos estos problemas en una única solución. Se trata de su empresa, DISECLAR, dedicada a la fabricación de mobiliario ecológico a partir de plástico reciclado y fibra vegetal procedente del café. Gracias a su iniciativa, Suárez se ha convertido en uno de los ganadores de Innovadores menores de 35 Latinoamérica 2017 de MIT Technology Review en español.
Su innovación se basa en la creación de un nuevo material que combina plásticos reciclados con cascarillas de café, ideal para la fabricación de acabados arquitectónicos así como de mobiliario. Gracias a él, el emprendedor busca mitigar los problemas medioambientales que afectan de forma alarmante no solo a Colombia sino a todo el continente latinoamericano. Su material, en proceso de patente, imita a la madera, es resistente al agua y a las radiaciones solares, lo que evita la tala de árboles. Estos atributos hacen que sus productos (sillas, pérgolas, etcétera) sean respetuosos con el medio ambiente.
En su anterior empleo para una multinacional dedicada a la fabricación de cerveza, Suárez trató de implementar un plan de reciclaje de botellas. Su propuesta buscaba fabricar las sillas de plástico promocionales a partir del reciclaje de las propias botellas de cerveza. Sin embargo, su propuesta nunca se llegó a implementar. Esta desilusionante experiencia le llevó a transformar sus ideales en un proyecto, naciendo de este modo DISECLAR.
Suárez cuenta: “Siempre he tenido una preocupación por la deforestación que sufrimos en nuestra región. El Amazonas es el pulmón del mundo y está siendo talado día a día”. Gracias a esa inquietud, el joven asegura que ya ha conseguido reciclar más de 300.000 kilos de plástico a través de los productos de su empresa. Y calcula que así ha evitado la emisión de más 36.000 toneladas de CO2. Por otra parte, cabe señalar que el proyecto logra salvar la vida de más de 5.000 árboles al año. El joven continúa: “Cada año estamos cortando un país pero no lo estamos reforestando; esto afecta gravemente a nuestro equilibrio ecológico”.
Entre sus objetivos a corto plazo destaca el de consolidar su planta de producción y empezar a distribuir la materia prima a distintas distribuidoras. Como objetivos más ambiciosos, busca exportar la idea a nivel internacional. El joven asegura que ya está en conversaciones con distribuidoras en el mercado mexicano, y posteriormente intentarán penetrar el mercado estadounidense.
Para el director científico de Solvay (Francia), Patrick Maestro, se trata de un “muy buen proyecto”. Además del gran potencial de desarrollo del proyecto, este miembro del jurado de Innovadores menores de 35 Latinoamérica 2017 destaca que “las propiedades del material presentan grandes oportunidades para su uso e implementación”.
Fuente: technologyreview.es