El cangrejo violinista inspira un ojo artificial anfibio
Científicos liderados por el MIT han desarrollado un nuevo sistema de visión artificial que reproduce de cerca la visión del cangrejo violinista y es operativo tanto al aire libre como bajo el agua.
Esta especie semiterrestre, conocida cariñosamente como el cangrejo que llama, ya que parece estar haciendo señas con sus enormes garras, tiene una capacidad de imagen anfibia y un campo de visión extremadamente amplio, ya que todos los sistemas actuales se limitan a hemisféricos.
El nuevo ojo artificial, que se asemeja a una pequeña bola negra esférica, en gran parte indescriptible, da sentido a lo que recibe a través de una mezcla de materiales que procesan y entienden la luz. Los científicos combinaron una matriz de microlentes planas con un perfil de índice de refracción graduado y una matriz de fotodiodos flexibles con patrones en forma de peine, todo envuelto en la estructura esférica 3D. Esta configuración significaba que los rayos de luz de múltiples fuentes siempre convergerían en el mismo punto del sensor de imagen, independientemente del índice de refracción de su entorno.
Un artículo sobre este sistema aparece en la edición de julio de la revista Nature Electronics.
Tanto las capacidades de generación de imágenes anfibias como panorámicas se probaron en experimentos en el aire y en el agua mediante la generación de imágenes de cinco objetos con diferentes distancias y direcciones, y el sistema proporcionó una calidad de imagen constante y un campo de visión de casi 360 grados en entornos terrestres y acuáticos. Podía ver tanto bajo el agua como en tierra, donde los sistemas anteriores se limitaban a un solo dominio.
“Esta es una pieza espectacular de ingeniería óptica e imágenes no planas, que combina aspectos de diseño bioinspirado y electrónica flexible avanzada para lograr capacidades únicas que no están disponibles en las cámaras convencionales”, dice en un comunicado John A. Rogers, profesor de Ciencia e Ingeniería de Materiales, Ingeniería Biomédica y Cirugía Neurológica de la Universidad Northwestern, que no participó en el trabajo. “Los usos potenciales van desde la vigilancia de la población hasta el monitoreo ambiental”.
Fuente: europapresss.es