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Crean un modelo informático que predice decisiones humanas

Investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Zurich, de la Universidad de Zurich y de la Universidad de Columbia, en Nueva York, han desarrollado un modelo informático capaz de penetrar en la mente y de predecir ciertas decisiones humanas, como por ejemplo qué alimentos compraremos en un supermercado.

El modelo informático se basa en la estructura de valoración subjetiva que posee el cerebro. En esa estructura, el cerebro almacena, por ejemplo, las preferencias de todos los alimentos según la experiencia y los recuerdos anteriores.

El sistema de valoración interno del cerebro depende del contexto. Por ejemplo, al ir de compras, nuestro cerebro se alinea de manera eficiente con el supermercado en el que estamos comprando. El sistema también es flexible, lo que significa que almacena nuevas experiencias.

Gracias a este sistema cerebral, podemos entrar y salir del supermercado con la compra hecha sin necesidad de pasarnos horas mirando productos. El sistema de valoración interna del cerebro se pone en marcha para que decidamos sin mucha deliberación qué productos nos llevamos a casa.

Modelización informática

Los investigadores han representado en un mapa estos procesos cerebrales y los han modelizado informáticamente. La modelización informática es una simulación que reproduce el comportamiento de un sistema mediante un modelo abstracto (informático o computacional).

En este caso, el modelo reproduce los mecanismos cerebrales que nos llevan a comprar naranjas en vez de cualquier otra fruta. “Con este modelo, prácticamente podemos ver dentro de la mente humana y predecir el comportamiento de decisión”, explica el autor principal, Rafael Polanía, en un comunicado. Los resultados se publican en la revista Nature Neuroscience.

El modelo accede a las preferencias de consumo almacenadas en el cerebro a través de su estructura de valoración subjetiva. En pocas palabras, si estoy comprando naranjas en una determinada tienda (contexto), lo hago porque ya he tenido una experiencia positiva al comprar naranjas en esta tienda. En la plataforma de valoración interna de mi cerebro, otorgo a las naranjas 95 puntos de cada 100. Me gusta menos el pomelo porque es demasiado ácido: obtiene solo 10 puntos.

Estas valoraciones individuales se suman a una distribución general de preferencias que se puede explicar y evaluar matemáticamente. Aquí es precisamente donde entra el modelo: basado en dicha distribución de las valoraciones y principios de eficiencia, puede hacer predicciones precisas sobre qué alimentos escogerá el sujeto que compra.

Primer modelo completo

Hasta la fecha, los neurocientíficos y los economistas se han esforzado en desarrollar modelos matemáticos que cartografíen completamente los procesos de toma de decisiones.

“El nuevo modelo predice con precisión qué alimentos elegirá el sujeto de la prueba en la gran mayoría de los casos”, añade Polanía, “y también con qué frecuencia cambiará de opinión”.

Los investigadores probaron y calibraron el modelo utilizando valoraciones de un grupo de sujetos de prueba. A estos hombres y mujeres se les pidió que evaluaran 60 productos diarios de un supermercado suizo. Para cada producto, se les preguntó cuánto querían comer al final del experimento. Después de la primera fase de calificación, el proceso se repitió inmediatamente para tener en cuenta la variabilidad de las señales cerebrales para producir dichas calificaciones.

En el segundo experimento, a los sujetos de prueba se les presentaron dos productos al mismo tiempo y se les pidió que eligieran uno. El modelo informático, que ya había sido alimentado con los datos del primer experimento, fue capaz de predecir sus decisiones.

“Podemos aplicar este modelo a todas las decisiones basadas en valoraciones subjetivas”, dice Polanía. Por ejemplo, los expertos en marketing podrían usarlo para predecir mejor qué productos resonarán en el público. Los economistas podrían usarlo para calcular los precios con mayor precisión.

El modelo también podría usarse para comprender ciertos aspectos de la salud de las personas. “Estas decisiones también se basan en valoraciones subjetivas, como la salud que una persona cree que tiene un determinado producto”, explica Polanía.

Actualmente, los investigadores están trabajando en la integración de este criterio en el modelo. El objetivo es descubrir cómo las personas toman decisiones sobre su dieta, lo que a su vez tiene implicaciones para la obesidad o trastornos de la alimentación como la anorexia.

Fuente: tendencias21.net