Investigadores de la universidad Cornell (EEUU) han convertido una prenda de lana merina blanca en el material textil más oscuro jamás creado. Esta innovación está inspirada en las plumas del ave del paraíso magnífica, un pájaro de Nueva Guinea con un plumaje extraordinariamente oscuro. Su sencilla fabricación, incluso a escala industrial, promete abrir la puerta a la producción de ropa capaz de mantener el cuerpo a temperaturas óptimas modificando cómo captura y retiene el calor del Sol.
La ropa de temperatura regulable es una las aplicaciones más interesantes de este nuevo tejido. También podría ser la base de prendas de camuflaje, que no dejen huella térmica y servir para mejorar los sistemas solares térmicos. Esto, según el equipo, significa que paneles, colectores y dispositivos energéticos podrían capturar más energía, una gran ayuda en un momento en el que cada vatio que podamos conseguir es importante.
Cómo funciona
Los investigadores han estudiado los elementos que hacen que las plumas del ave del paraíso magnífica se vean tan negras que parecen huecos vacíos en el aire. La clave está en la melanina, el pigmento natural que da color a la piel y hace que muchas criaturas produzcan superficies ultranegras.
El equipo ha probado a teñir la lana merina con polidopamina, un pigmento sintético similar a la melanina natural. Este tinte penetra hasta lo más profundo de la fibra, garantizando que el negro no se borra aunque la prenda se doble o estire. Luego, la lana teñida pasa a una cámara de plasma, donde se elimina una minúscula porción de material superficial. El resultado son unas nanofibras en la superficie de las fibras, una suerte de minúsculos pelos que atrapan la luz.
“La polidopamina es una melanina sintética y la melanina es lo que tienen estas criaturas”, apunta Larissa Shepherd, directora del proyecto. «El ave del paraíso magnífica tiene unas estructuras jerárquicas muy interesantes, las barbas, junto con la melanina. Así que quisimos combinar esos aspectos en un tejido».
“La luz básicamente rebota entre las fibrillas, en lugar de salir reflejada, eso es lo que crea el efecto ultranegro”, explican los investigadores. La reflectancia media de este textil es de solo 0,13%, muy por debajo de lo que se considera color ultranegro que está definido como aquel que refleja menos del 0,5 % de la luz que incide sobre él. Además, la nueva tecnología le permite mantener su negrura, aunque se vea desde ángulos de hasta 120 grados. No genera ni brillo, ni gris, ni medias tintas, solo negro negrísimo en cualquier dirección.
El método, además, es replicable en fibras como algodón y seda, y utiliza materiales y maquinaria estándar en laboratorios textiles. Los investigadores creen que la tecnología podría reproducirse a escala industrial sin grandes dolores de cabeza.
Negros que transforman la energía y la moda
La estudiante de diseño de moda de Cornell, Zoe Alvarez, creó un vestido negro inspirado en el mismo pájaro de Nueva Guinea, donde el nuevo tejido ultranegro sirvió como pieza central junto a un azul iridiscente. Según los expertos, la negrura extrema del material resiste cualquier ajuste de brillo, contraste o saturación digital como si fuera un agujero negro textil.
Los investigadores han solicitado la patente y esperan crear una empresa para comercializar la tecnología. Su objetivo va más allá de las prendas inteligentes y el camuflaje térmico. También sirve para crear nuevas cámaras, telescopios, paneles solares y sensores ópticos. Todos aquellos dispositivos donde la “ausencia” de luz es, paradójicamente, la clave para ver y captar más.
“Desde el punto de vista del diseño es emocionante, porque gran parte del ultranegro existente no es realmente tan ponible como el nuestro. Además, permanece ultranegro incluso desde ángulos más amplios”, afirmó Shepherd.
Fuente: msn.com


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