Un equipo de científicos de Massachusetts ha desarrollado un innovador método para transformar el dióxido de carbono (CO2), uno de los principales gases responsables del calentamiento global, en un combustible en polvo inofensivo. Este polvo, conocido como formiato de sodio, podría convertirse en electricidad limpia y almacenarse de manera segura durante décadas.
Descubrimiento en el MIT: De Gas a Polvo
Este descubrimiento es el resultado de casi un siglo de investigaciones para convertir el CO2 en un combustible limpio y económico. El equipo de investigación del Instituto Tecnológico de Massachusetts logró este avance exponiendo el CO2 a catalizadores y luego a un proceso de electrólisis, obteniendo así el formiato de sodio.
Este avance acerca a la realidad un sueño ambicioso: utilizar el CO2 capturado como materia prima para crear un combustible limpio que reemplace a las baterías convencionales y almacene electricidad durante meses o incluso años. Esto podría ser crucial para cubrir las necesidades energéticas de las redes eléctricas nacionales en su transición de los combustibles fósiles a energías intermitentes como la solar y eólica.
Un esquema innovador de almacenamiento y generación de energía
El proceso se ilustra mediante un esquema donde se muestra una casa alimentada por una célula de combustible de formiato directo, con el combustible almacenado en un tanque subterráneo. En el centro, se ve la célula que utiliza el formiato para generar electricidad, y en la parte inferior derecha, el electrolizador que convierte el bicarbonato en formiato.
El reto de la conversión de CO2
Históricamente, convertir el CO2 en un combustible útil ha sido un gran desafío, considerándose al CO2 como una molécula «notoriamente inerte». Sin embargo, el equipo del MIT, liderado por Ju Li, logró un avance significativo en noviembre de 2022 tras colaborar con Dawei Xi, estudiante de doctorado de la Universidad de Harvard.
De la Teoría a la Práctica
Juntos, identificaron y superaron los problemas de acidez que desequilibraban el proceso, logrando una forma altamente eficiente de convertir el CO2 capturado. El polvo resultante se asemeja a un producto comercial utilizado para derretir hielo en carreteras y aeropuertos, probando ser seguro y sin corrosión incluso después de 2.000 horas de almacenamiento.
Aplicaciones Prácticas y Futuro Comercial
El equipo de Li ha diseñado también una célula de combustible del tamaño de un refrigerador que utiliza una versión líquida del polvo almacenado, capaz de generar electricidad para hogares sin emitir nada a la atmósfera. Li ya ha iniciado conversaciones con empresas interesadas en comercializar este proceso. Además, se estudia cómo las industrias pesadas podrían utilizarlo para reducir sus emisiones de CO2.
A pesar del éxito, el proceso de llevar esta solución del laboratorio al mercado comercial no es sencillo y requerirá de espacio y financiación. El equipo del MIT publicó un estudio en la revista Cell Reports Physical Science detallando su proceso eficiente para convertir el CO2 en combustible.
Li considera que este combustible derivado del CO2 podría ser más prometedor que el hidrógeno y el metanol para la generación de energía, debido a sus características no tóxicas y su capacidad de almacenamiento a largo plazo.
Fuente: ecoinventos.com