Luce y sabe como limonada, pero es sólo agua. Investigadores en Singapur aseguran haber inventado una «limonada virtual» a base de electrodos capaces de imitar el sabor de la bebida; pero no sólo eso, la idea es que también se pueda compartir a través de internet.
Los científicos realizaron el trabajo en el centro NUS-Keio CUTE, de la Universidad Nacional de Singapur, en colaboración con la Universidad Keio de Japón, y su principal meta, en principio, era lograr imitar el sabor ácido de la limonada.
Pero al ir más allá también quieren lograr hacer una «transferencia de sabores». Para lograr esto, ambos usuarios deben contar con un vaso equipado con un sistema especial. Un sensor sumergido en un vaso de limonada real (o alguna otra bebida) recoge información sobre la acidez, color y PH, la cual es transmitida posteriormente a través de Bluetooth hasta unas láminas metálicas en el borde del segundo vaso, el cual deberá estar lleno de agua simple.
De acuerdo con el video presentado por el grupo de científicos, la información se comparte con ayuda de una aplicación especialmente desarrollada para el sistema. Cuando la persona coloca el vaso en sus labios y toca el borde con la lengua, los electrodos actúan simulando el sabor de la limonada, mientras que una serie de LED se enciende para igualar el color de la original.
«Nuestro principal motivo es que actualmente las interacciones digitales no permiten que compartamos bebidas o alimentos, algo tan común en nuestra vida diaria», explicó Nimesha Ranasinghe, encargado del equipo investigador.
De acuerdo con Ranasinghe, esta nueva tecnología también es capaz de recrear sabores ácidos y salados, lo que además podría ayudar a personas bajo dietas estrictas que limitan la ingesta de sal y calorías.
«Incluso podemos ayudar a las personas que desean controlar su consumo de calorías», añadió el científico. «Si a una persona se le antoja una limonada, puede optar por una versión virtual con la que tendrá la misma experiencia pero sin las calorías».
Sin embargo, el diseño aún requiere algunas mejoras, según explica Genevieve Low, una estudiante que se ofreció como voluntaria en las pruebas.
«Creo que el asunto está en que la lengua llegue a tocar la superficie del vaso, porque nadie se animaría a beber agua y al mismo tiempo tocar los electrodos», dijo la joven.
Por otro lado, Wang Pan, otro estudiante voluntario, estaba sorprendido por el sabor de la limonada electrónica.
«Primero pensé que el electrodo sabría mal, pero en realidad sabe bastante real para mí, suave y dulce. Es menos amargo que la verdadera limonada».
Fuente: infobaea.com