Al menos 25 empresas ya están dedicándose a desarrollar coches voladores
Una vez pasado cierto umbral cronológico, todos empezamos a pensar que las aeroautopistas surcadas de coches voladores como el Delorean de Back to the Future 2 sería una de tantas tecnologías que quedan bien en pantalla pero sencillamente no pueden trasladarse al mundo real.
Sin embargo, si no al menos tal y como se muestra en el filme, sí en cierto modo, puede que en breve nuestros cielos estén llenos de coches voladores.
Mil millones
A medidados de 2019, ya se estaban invirtiendo más de 1.000 millones de dólares en un mínimo de 25 empresas de coches voladores, como Zee Aero, Opener y Kitty Hawk.
Una docena de vehículos ya estaban entonces realizando vuelos de prueba, tal y como explica Peter H. Diamandis y Steven Kotler en su libro El futuro va más rápido de lo que crees:
Tienen todo tipo de formas y tamaños, desde motocicletas colocadas sobre ventiladores extragrandes hasta drones cuadricópteros del tamaño de una persona, pasando por aviones en miatura similares a una cápsula espacial.
Uno de los proyectos más interesantes es el de Uner air. Si un helicóptero tiene un coste por kilómetro de 5,55 dólares, Uber Air quiere reducirlo a 3,56 dólares. Pero el objetivo a largo plazo es alcanzar un precio de 27 centavos por kilómetro, es decir, más barato que conducir un coche terrestre. Su interés se centra en los llamado eVTOL, los vehículos eléctricos de despegue y aterrizaje vertical.
Para que un eVTOL pueda entrar en el programa de coches voladores debe ser capaz de transportar un piloto y a cuatro pasajeros a una velocidad de 240 km/h durante tres horas de servicio ininterrumpido. Uber ya tiene cinco proveedores que se han comprometido a entregar vehículos eVTOL que cumplan estos requisitos.
La aeronave más eficiente comercialmente viable es el Celera 500L. Por el momento se encuentra en fase de prototipo, pero ya ha llevado a cabo más de 30 vuelos de prueba con éxito. Tal vez, si somos un poco optimistas, Back to the Future 2 podría estar a la vuelta de la esquina.
Fuente: xatakaciencia.com