Un radar desvela cómo era Falerii Novi, una antigua ciudad romana enterrada
Trazan por primera vez un mapa completo de una antigua ciudad romana sepultada sin realizar una excavación. Falerii Novi, a 50 km. de Roma, estuvo habitada desde el 241 a.C hasta la Edad Media
En muchos lugares de Italia, cualquier obra tiene posibilidades de toparse con restos arqueológicos de su glorioso pasado que han quedado enterrados con el paso de los siglos. Gran parte del legado de la Antigua Roma nunca será recuperado, bien porque son yacimientos demasiado grandes o porque han quedado atrapados en medio de construcciones e infraestructuras modernas. Sin embargo, gracias a la tecnología de radar, que permanezcan bajo tierra ya no es un obstáculo para estudiar en profundidad esos tesoros arqueológicos. La antigua ciudad de Falerii Novi es un buen ejemplo.
Los arqueólogos ya conocían este antiguo enclave situado a unos 50 kilómetros al norte de Roma porque conservaba sus murallas y no se había construido encima de sus ruinas, pero ahora han podido conocer en profundidad cómo era sin necesidad de hacer ninguna excavación. Un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge y la Universidad de Ghent ha trazado por primera vez el mapa completo de una ciudad romana utilizando exclusivamente un avanzado radar de penetración en el suelo (en inglés, ground penetrating radar o GPR) que les ha mostrado sorprendentes detalles que estaban bajo tierra. Esta tecnología les permite mirar lo que hay a diferentes profundidades, de modo que pueden estudiar la evolución de un asentamiento a lo largo de los siglos.
Así, han localizado un complejo balneario, un mercado, un templo, un tipo de monumento diferente a lo que habían visto hasta ahora y la extensa red de tuberías de agua de esta ciudad que era la mitad de grande que Pompeya, la localidad sepultada por las cenizas y piedras del Vesubio en el año 79 d.C. Falerii Novi tuvo una vida más larga. Los arqueólogos creen que fue ocupada por primera vez hacia el 241 a.C y sobrevivió hasta la Edad Media (hacia el año 700).
«La ciudad fue abandonada en los inicios de la Edad Media, tras el declive del poder romano y la paulatina pérdida de población», explica a este diario Martin Millet, el investigador de la Universidad de Cambridge que lidera este estudio, publicado esta semana en la revista Antiquity. En su periodo de esplendor, añade, «probablemente contaba con unos 3.000 habitantes, pero nuestro análisis podrá clarificar esto en el futuro».
Una típica cilidad romana
Falerii Novi, dice Martin Millet, era una típica ciudad del Imperio Romano, y precisamente ahí radica, desde su punto de vista, su valor: «Es un ejemplo de una ciudad romana bastante ordinaria», señala el arqueólogo, que lleva trabajando en este proyecto desde 2015. Su objetivo, explica, es «ofrecer la mayor cantidad posible de información de Falerii Novi sin realizar ninguna excavación».
Sí han encontrado algunas particularidades. Por ejemplo, el diseño de Falerii Novi estaba menos estandarizado que muchas otras ciudades bien estudiadas, como Pompeya. El templo, el edificio del mercado y el complejo de baños descubierto presentan una arquitectura más compleja de lo que se esperaría en una ciudad pequeña como ésta.
En un distrito del sur, justo dentro de los muros de la ciudad, el radar mostró un gran edificio rectangular conectado a una serie de tuberías de agua que conducen al acueducto. Sorprendentemente, estas tuberías se pueden rastrear a través de gran parte de Falerii Novi. El equipo cree que esta estructura era una piscina o piscina al aire libre, que forma parte de un importante complejo de baños públicos.
Más les sorprendió identificar cerca de la puerta norte de la ciudad un par de grandes estructuras enfrentadas dentro de un porticus duplex (un pasadizo cubierto con una fila central de columnas). No conocen ningún paralelismo directo, pero su hipótesis es que formaban parte de un impresionante monumento público.
Tras ser abandonada, las ruinas de Falerii Novi fueron poco a poco cubriéndose de vegetación y distinto material hasta que quedó enterrada en los siglos siguientes. Ahora, con el GPR, están estudiando los cambios que experimentó la ciudad sepultada; por ejemplo, han encontrado pruebas de que se robaron piedras.
El radar GPR
Por lo que respecta a la tecnología de radar GPR, Millet señala que se usa en arqueología desde hace más de 20 años: «La diferencia fundamental es la intensidad de los muestreos, con lecturas cada 6,5 centímetros a lo largo de la ciudad que ofrecen imágenes con una resolución increíblemente alta de lo que está enterrado. Esto es posible utilizando múltiples antenas, topografía de alta precisión y computación inteligente».
El equipo se instala en un vehículo terrestre, similar a un quad, que ha ido barriendo las 30,5 hectáreas que ocupaba este antiguo enclave romano. «La antena de radar envía una señal de radio pulsada al suelo y escucha los ecos. Los ecos son proporcionales a la profundidad, por lo que el software puede mapear lo que hay a diferentes profundidades a través del suelo», explica Millet, que anteriormente había usado esta tecnología para mapear la colonia romana Interamna Lirenas, en el centro de Italia, y a menor escala, Aldborough, en North Yorkshire, Inglaterra.
Tal y como señalan los autores, «esta tecnología podría revolucionar nuestro conocimiento sobre antiguos asentamientos». Millet cree que con ayuda del GRP podrían abarcar antiguas ciudades de mayor tamaño, como Mileto, en Turquía, Nicópolis en Grecia o Cirene, en Libia porque «aún nos queda mucho por aprender sobre la vida urbana de los romanos».
Fuente: elmundo.es