CienciaDestacada

Un nuevo estudio revela que los perros podrían ser clave para detectar la fiebre del Valle en humanos

La coccidioidomicosis o fiebre del Valle es causada por un hongo que prolifera en suelos húmedos y se propaga por el aire durante las sequías, es más común en Estados Unidos

Es de todos conocido que hay perros que tienen que una capacidad extraordinaria para aprender a realizar ciertas tareas como pastorear ganado, acompañar a personas con enfermedades, servir de guías a personas ciegas, pero también se ha demostrado cómo los perros pueden encontrar personas en medio de un terremoto o encontrar personas perdidas con su olor.

En las últimas décadas también se ha adiestrado a ciertos perros para detectar drogas en las maletas, o cargamentos que pasan por las fronteras, por lo que algunos científicos se preguntaron si serían capaces de oler enfermedades y así fue. Ahora hay algunos perros que pueden oler varios tipos de cáncer, como el melanoma, el de mama y gastrointestinales.

Otras enfermedades infecciosas en humanos que los perros han aprendido a detectar son la malaria, la enfermedad de Parkinson. También pueden detectar otras enfermedades infecciosas en otros animales, como la caquexia crónica, que afecta al cerebro de los ciervos y puede ser mortal.

Pues bien, con este contexto, ahora hablaremos sobre la fiebre del valle, qué es y porqué es importante que los perros se unan a la detección. La coccidioidomicosis, es causada por un hongo que prolifera en suelos húmedos y se propaga por el aire durante las sequías, que por cierto se van prolongado más debido al cambio climático.

Las esporas de este hongo se inhalan fácilmente, lo que provoca la infección. Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de California muestra que los perros, que también son susceptibles a la enfermedad, pueden ayudarnos a comprender su propagación. La fiebre del valle es común en animales, especialmente en perros que excavan en la tierra.

El estudio, publicado en la Revista de Enfermedades Infecciosas, examinó casi a 835 mil pruebas de anticuerpos en sangre de perros que se habían sometido a la prueba de detección de la infección en todo el país entre 2012 y 2022. Casi el 40 por ciento de ellos dieron positivo, la mayoría era portador.

Fiebre del valle, común en Estados Unidos

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades reciben entre 10 mil y 20 mil reportes de casos humanos cada año, pero el número real de casos podría ser al menos 33 veces mayor, es decir, hay un subregistro ya que muchos estados no exigen la notificación de casos humanos.

Los CDC consideran que la fiebre del valle es endémica en áreas de seis estados; Arizona, California, Nevada, Nuevo México, Texas y Utah. El estudio detectó casos de fiebre del valle en perros en esos estados, pero también en Oregón, Washington, Idaho, Montana, Wyoming y Colorado.

En la revista científica de la Universidad de Oxford investigadores publicaron los hallazgos de su investigación al analizar a casi 835 mil perros entre 2012 y 2022 de todos los laboratorios conocidos de diagnóstico en la unión americana y fue comparada con los datos de vigilancia en humanos.

Los perros también desarrollan neumonía y pueden tener un mayor riesgo de exposición debido a su proximidad física al suelo y al comportamiento de excavación, que es un factor de riesgo para la enfermedad.

La positividad fue de casi el 40 por ciento. Lo grave de este hongo en los humanos es que la replicación del hongo dentro de los pulmones provoca neumonía después de 1 a 3 semanas. El hongo también puede diseminarse al cerebro, la piel y los huesos. A partir de septiembre de 2023, la coccidioidomicosis era reportable en 26 estados de Estados Unidos.

Se estima que la incidencia y distribución de la coccidioidomicosis humana se expandirá con el cambio climático, el crecimiento de la población y la perturbación del suelo debido a la construcción y la agricultura. La actividad de roedores del desierto también influye en la distribución de hongos en el suelo.

Los perros son altamente susceptibles a la coccidioidomicosis y podrían arrojar luz sobre las tendencias de incidencia temporal, la emergencia espacial del riesgo de enfermedad y la carga de enfermedad donde la enfermedad humana no es reportable.

Fuente: meteored.mx

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *