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Un nuevo cohete chino fuera de control amenaza a la Tierra

Se estrellará en algún lugar de nuestro planeta este 4 de noviembre: aún no es posible determinar la zona aproximada del impacto

China permitirá una vez más que un cohete fuera de control caiga del cielo, concretamente este 4 de noviembre: no es la primera vez que una etapa del cohete Long March 5B puede caer sobre un área poblada. La estructura, de 21 toneladas métricas, ha comenzado un reingreso descontrolado y potencialmente peligroso a la atmósfera de la Tierra.

Otra etapa del cohete chino Long March 5B ha sido enviada de regreso a la Tierra sin aviso previo ni control coordinado, como ya sucedió en otras ocasiones. Se espera que esta estructura caiga en algún lugar del planeta sobre las 23:17 UTC de este viernes 4 de noviembre, o sea sobre los primeros minutos del sábado 5 de noviembre en España. Además de existir un margen de error de aproximadamente 10 horas para el impacto, todavía no es posible determinar la región del planeta en la cual se estrellará.

Una potencia espacial global

El Long March 5B despegó del Centro de Lanzamiento Espacial Wenchang, en Hainan, el lunes 31 de octubre: su objetivo fue entregar el tercer y último módulo, denominado Mengtian, a la estación espacial Tiangong de China. Esto convierte a la nación asiática en el único país que actualmente opera su propia estación orbital de forma completamente independiente.

En los últimos años, el progreso de China en el espacio es más que evidente, convirtiéndose en una verdadera potencia espacial global: los planes de la agencia espacial china hacia el futuro, por ejemplo en Marte y la Luna, no tienen nada que envidiarles a los que plantea la NASA.

Irresponsabilidades que se repiten

Sin embargo, la mayoría de las etapas de los cohetes se descartan y derriban con motores reencendidos, una condición que les facilita alejarse de las áreas pobladas. Al mismo tiempo, se sigue un protocolo que permite controlar su reingreso a la atmósfera terrestre, evitando un descenso inesperado y una colisión que ponga en riesgo vidas humanas o propiedades, entre otras posibles consecuencias.

Tanto con esta etapa del cohete Long March 5B como en otros casos, China ha decidido no informar a la comunidad internacional de especialistas ni llevar adelante un descarte controlado de la estructura, que en este caso alcanza un peso de 21 toneladas métricas y un tamaño similar al de un edificio de 10 pisos.

En julio pasado, el lanzamiento del módulo anterior de la estación espacial de China generó críticas a nivel internacional, por la falta de transparencia con respecto al reingreso a la Tierra de la etapa descartada del cohete Long March 5B.

Según un artículo publicado en Interesting Engineering, en esa ocasión la NASA recordó que todas las naciones que realizan actividades espaciales deben seguir las mejores prácticas establecidas y hacer su parte para compartir este tipo de información por adelantado, generando la posibilidad de realizar predicciones confiables del riesgo potencial de impacto de escombros.

Seguimiento minuto a minuto

El Centro de Estudios Orbitales y de Desechos de Reentrada (CORDS, según las siglas en inglés), de Aerospace Corporation, informó en una nota de prensa que sus científicos realizarán un seguimiento del cohete que entrará a la atmósfera terrestre este 4 de noviembre, tratando de obtener la mayor precisión posible sobre el lugar de la caída, con actualizaciones permanentes hasta el momento de la colisión.

Los especialistas del CORDS recordaron que reingresos similares descontrolados de cohetes chinos tuvieron lugar en 2020, 2021 y, más recientemente, en julio de 2022: dos de ellos resultaron en un gran aterrizaje de escombros cerca de áreas pobladas. En 2020, partes de un cohete Long March 5B cayeron sobre un pueblo de Costa de Marfil, en África.

Aproximadamente más del 88 por ciento de la población mundial vive bajo la huella potencial de escombros del reingreso de naves espaciales. Factores como la forma descontrolada de descenso del núcleo del cohete y su tamaño, que como en este caso es demasiado grande para quemarse por completo en la atmósfera terrestre, presentan riesgos lo suficientemente elevados como para desarrollar acciones preventivas e intentar cambiar estas prácticas en el futuro.

Fuente: Tendencias21