Un fósil de hace más de 500 millones de años revela cómo surgió la simetría en las estrellas de mar

Personal investigador del CSIC halla en Marruecos un fósil clave en la evolución de los equinodermos que aporta nuevas pistas sobre el eje corporal en estrellas de mar y erizos

Un equipo internacional coliderado por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC) ha descubierto en Marruecos un fósil, bautizado como Atlascystis acantha, clave para comprender la evolución de los equinodermos, es decir, el grupo de invertebrados que incluye a las estrellas de mar, erizos y pepinos de mar. La nueva especie arroja luz sobre uno de los mayores enigmas de la evolución animal: cómo los equinodermos pasaron de tener un cuerpo bilateral a la característica simetría de cinco radios que los distingue en la actualidad.

El estudio, publicado en la revista Current Biology y reseñado por Nature, presenta a Atlascystis acantha como el equinodermo más antiguo conocido con simetría bilateral y el primero documentado en diferentes etapas de desarrollo. Este fósil, procedente de depósitos del Cámbrico inferior en el Anti-Atlas marroquí, data de hace unos 510 millones de años, un periodo clave en la diversificación temprana de la vida animal.

El fósil muestra una forma bilateral, muy distinta a la simetría radial que caracteriza a los equinodermos actuales. La simetría bilateral, que compartimos los seres humanos y la mayoría de animales, hace referencia a un esquema básico con un eje corporal que divide el cuerpo en dos lados. De hecho, los propios equinodermos presentan esta composición en su época larvaria; sin embargo, a media que se metamorfosean y se asientan en el fondo marino, desarrollan una simetría pentarradial, una especie de cabeza sin tronco que les caracteriza en la etapa adulta. Según el estudio, Atlascystis acantha parece moverse entre ambas simetrías, pues mantuvo la bilateral durante su etapa adulta al mismo tiempo que sus estructuras anatómicas anticipaban la evolución hacia el cuerpo con cinco radios.

Este descubrimiento, basado en ejemplares fósiles encontrados por el IGME-CSIC, permite reconstruir cómo evolucionaron las estructuras corporales de estos animales marinos. Los ejemplares estudiados fueron visualizados mediante radiación de Sincrotrón (luz electromagnética extremadamente intensa producida por electrones que se mueven a velocidades cercanas a la luz), lo que permitió reconstruirlos en tres dimensiones sin necesidad de prepararlos mecánicamente y, por tanto, sin que la manipulación física pudiera alterar su estado original.

Los equinodermos bilaterales y sus descendientes radiales

A pesar de su forma bilateral, Atlascystis acantha presenta ambulacros, estructuras tubulares con ventosas propias de los equinodermos actuales que intervienen en funciones esenciales como la alimentación y el movimiento. Dichas estructuras hacen que este fósil represente una pieza clave en el rompecabezas evolutivo, al mostrar la morfología más primitiva de los primeros equinodermos. A lo largo de su evolución, este grupo de animales sufrió un cambio radical en la simetría de su cuerpo, pasando de ser bilaterales a radiales.

Los ambulacros son el vínculo anatómico que conecta los fósiles antiguos con los equinodermos actuales a través de la duplicación. Es decir, los equinodermos más antiguos presentan dos ambulacros. Posteriormente, estos animales experimentaron una reducción de los mismos, pasando a tener uno solo, y después experimentaron una duplicación que condujo primero a tres, y luego a cinco. Este proceso evolutivo define cómo las estrellas de mar presentan cinco brazos en la actualidad.

El hallazgo de Atlascystis acantha no solo completa una pieza fundamental en el rompecabezas evolutivo de los equinodermos, sino que también ilustra el papel crucial del registro fósil en la comprensión de cómo se construyeron los grandes planos corporales de los animales.

Fuente: csic.es

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