Un antiguo estudio de ADN arroja luz sobre los sacrificios mayas en Chichén Itzá de México
Un antiguo análisis de ADN de 64 víctimas de sacrificios infantiles en Chichén Itzá revela que todos eran niños, incluidos pares de gemelos, lo que refleja un profundo significado cultural y mitológico. El estudio también explora el impacto genético de las epidemias de la era colonial en las poblaciones indígenas.
Chichén Itzá, ubicada en la península de Yucatán en México, fue una de las ciudades más importantes de la civilización maya. Hoy en día es uno de los sitios arqueológicos más estudiados de Mesoamérica, principalmente debido a los sacrificios humanos que allí se realizaron durante siglos. A pesar de su importancia en la cultura maya, estos rituales siguen siendo algo misteriosos. Sin embargo, los avances recientes en el análisis del ADN antiguo han arrojado nueva luz sobre estas prácticas, revelando detalles fascinantes sobre las víctimas de los sacrificios y su legado genético más amplio.
Un estudio reciente publicado en la revista Nature implicó analizar ADN antiguo de los restos de 64 individuos sacrificados en Chichén Itzá entre el 600 y el 1100 d.C. Los hallazgos fueron sorprendentes: todas las víctimas eran niños pequeños, y entre ellos había dos pares de gemelos. Este descubrimiento desafía suposiciones previas sobre la naturaleza y la selección de las víctimas de los sacrificios en la cultura maya.
La investigación fue un esfuerzo de colaboración que involucró a científicos de los Institutos Max Planck de Antropología Evolutiva y Geoantropología de Alemania, la Escuela Nacional de Antropología e Historia de México, el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México y las universidades de Yucatán y Harvard. El estudio no sólo proporciona información sobre la demografía de las víctimas de los sacrificios, sino que también explora el impacto genético de las epidemias en las poblaciones indígenas.
El análisis reveló que los niños, de entre 3 y 6 años, probablemente fueron seleccionados de la misma comunidad o de comunidades estrechamente relacionadas. Muchos eran parientes de primer o segundo grado con dietas similares, lo que sugiere que fueron criados en el mismo entorno antes de ser elegidos para el sacrificio. Esto indica un proceso altamente selectivo arraigado en un significado cultural y posiblemente mitológico.
Importancia cultural y mitológica
Chichén Itzá, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es famoso por sus maravillas arquitectónicas, como el Templo de Kukulcán (El Castillo) y numerosos juegos de pelota donde los mayas practicaban un deporte ritual. El Cenote Sagrado, un sumidero natural, fue considerado una puerta de entrada al inframundo por los mayas. Es aquí donde se descubrieron los restos de cientos de víctimas de sacrificios, principalmente mujeres jóvenes y niños.
En 1967, una cámara de agua subterránea, o chultún, cerca del cenote reveló los restos de más de cien niños sacrificados entre el 600 y el 1100 d.C. El reciente análisis de ADN mostró que estos niños probablemente fueron sacrificados como homenaje a los Héroes Gemelos de la mitología maya, como lo sugiere la presencia de gemelos idénticos entre las víctimas.
Rodrigo Barquera, investigador del Max Planck y coautor del estudio, explicó que el descubrimiento de gemelos entre las víctimas del sacrificio proporcionó una nueva perspectiva. “Esto no fue sólo una ofrenda; fue un homenaje particular a los Héroes Gemelos de la mitología maya”, afirmó Barquera. Los Héroes Gemelos, figuras prominentes del libro sagrado Popol Vuh, fueron sacrificados por los dioses después de perder un juego de pelota, simbolizando la dualidad y el renacimiento.
El análisis también sugirió que el proceso de sacrificio de estos niños difería del de otras víctimas, ya que sus huesos no mostraban signos de métodos de sacrificio típicos como la extracción del corazón o la decapitación. Esta distinción resalta la naturaleza única del ritual, potencialmente vinculada al significado mitológico de los gemelos.
Impacto genético de las epidemias
El estudio también profundizó en las consecuencias genéticas de las epidemias de la época colonial en las poblaciones indígenas. La conquista española y la posterior introducción de enfermedades europeas tuvieron un impacto devastador en los pueblos nativos de América. La investigación comparó los genomas de individuos de Chichén Itzá con los de la comunidad maya contemporánea de Tixcacaltuyub.
El análisis reveló una continuidad genética significativa en la región, lo que indica que muchos rasgos genéticos han persistido a pesar de la dramática disminución de la población debido a las guerras, hambrunas y epidemias en el siglo XVI. Un hallazgo particularmente notable fue la presencia de adaptaciones genéticas relacionadas con la dieta, el estilo de vida y la resistencia a enfermedades infecciosas, específicamente Salmonella enterica.
Salmonella enterica no estaba presente en América antes de la llegada de los europeos. Las adaptaciones genéticas observadas sugieren que las poblaciones indígenas resistieron a este patógeno, lo que provocó graves epidemias, como la de Cocoliztli en 1545. Esta adaptación ha permanecido en la estructura genética de las poblaciones locales hasta el día de hoy.
Los hallazgos de Chichén Itzá contribuyen a una comprensión más amplia de las culturas precolombinas en América Latina. La civilización maya, conocida por sus avanzados conocimientos matemáticos, astronómicos y arquitectónicos, también practicaba complejos rituales religiosos, incluidos sacrificios humanos. Estas prácticas, aunque a menudo se ven hoy a través de una lente de horror, eran parte integral de sus sistemas de creencias y estructuras sociales.
Los estudios genéticos también destacan la resiliencia de las poblaciones indígenas en América Latina. A pesar de siglos de colonización, explotación y enfermedades, estas comunidades han conservado aspectos importantes de su herencia genética. Esta resiliencia es un testimonio de la fortaleza y adaptabilidad duraderas de los pueblos indígenas de la región.
Además, la colaboración entre instituciones internacionales y locales en esta investigación subraya la importancia de las asociaciones globales para descubrir y preservar la rica historia de América Latina. Estos estudios mejoran nuestra comprensión de las civilizaciones antiguas y promueven el reconocimiento y el respeto de las culturas indígenas actuales.
Una nueva comprensión de los sacrificios mayas
El antiguo análisis de ADN de las víctimas de los sacrificios en Chichén Itzá ha proporcionado información sin precedentes sobre la historia cultural y genética de la civilización maya. El descubrimiento de que las víctimas eran niños pequeños, incluidos gemelos idénticos, ofrece nuevas perspectivas sobre el significado ceremonial y mitológico de estos sacrificios. Además, la exploración de las adaptaciones genéticas realizada por el estudio destaca los impactos a largo plazo de las epidemias de la era colonial en las poblaciones indígenas.
A medida que los investigadores continúan descubriendo los secretos de Chichén Itzá, estos hallazgos no sólo enriquecen nuestro conocimiento de la cultura maya sino que también subrayan la resiliencia y el legado duradero de los pueblos indígenas de América Latina. Los esfuerzos colaborativos de científicos de diversos países y disciplinas demuestran el poder de la investigación interdisciplinaria para revelar las complejidades de las civilizaciones antiguas y su influencia duradera en las sociedades contemporáneas.
Fuente: latinamericanpost.com