Tres hermanos se hacen un ‘selfi’ justo en el momento en el que les cae un rayo
La caída de un rayo puede ser muy peligrosa. Afortunadamente, ellos vivieron para contarlo y, además, tienen pruebas gráficas de lo ocurrido
Tres hermanos de un pueblo cercano a Londres experimentaron esta semana la caída de un rayo cuando estaban dando un paseo en bicicleta. El impacto les causó mucho dolor, aturdimiento y algunas lesiones, pero afortunadamente están bien.
Será una gran historia para contar, desde luego, sobre todo porque tienen documentos gráficos que lo atestiguan. Y es que, justo en el momento en el que el rayo impactó sobre ellos, se encontraban realizándose un selfi.
Como resultado, la cámara captó el intenso fogonazo que se cernía sobre ellos, sin que tuvieran tiempo de reaccionar. Pero no lo vieron inmediatamente después, pues en ese momento se encontraban en el suelo, mareados, doloridos y con fuertes zumbidos en los oídos. Lo verían más tarde, en el hospital, donde recibieron un trato magnífico. Tanto, que los tres hermanos se han apresurado a agradecerlo, tanto en redes sociales como en entrevistas a medios de comunicación.
La caída de un rayo inmortalizada en un ‘selfi’
Isobel, Rachel y Andrew Jobson salieron de casa en bicicleta para visitar a su tía. No les importó la intensa lluvia que ya comenzaba a cernirse sobre ellos.
Sin embargo, a medio camino decidieron parar, pues Rachel necesitaba ir al baño. Se detuvieron cerca de una cafetería, para que ella pudiera ir al servicio y, mientras, los otros dos decidieron resguardarse bajo un árbol. Cuando Rachel salió vio a sus dos hermanos allí y todos pensaron que sería bonito realizar algunas fotos. La idea, según contaron en una entrevista para la BBC, era hacer dos selfies. Uno sonriendo, bajo el árbol, y otro con caras de tristeza por la lluvia. Pero no pasaron del primero, pues la caída de un rayo les borró rápidamente la sonrisa de las caras.
Lo siguiente que recuerdan es estar doloridos en el suelo, con un intenso zumbido en sus oídos. Los clientes de la cafetería corrieron en su ayuda y les llevaron al cercano Hospital de St. George. Allí fueron tratados de las quemaduras y dados de alta en solo unas horas. La peor parte se la llevaron las dos hermanas, pues Andrew solo estaba un poco mareado, pero en general ninguno estaba grave. Tuvieron mucha suerte, teniendo en cuenta lo peligrosa que puede llegar a ser la caída de un rayo.
Formas arborescentes en los brazos
Las dos hermanas, pero sobre todo Isobel, tenían un curioso patrón similar a hojas de plantas en el brazo.
Esto es algo conocido como figuras de Lichtenberg. Se llama así en honor a su descubridor, un físico que en 1777 descubrió que cuando el polvo del aire se asentaba en placas cargadas eléctricamente se dibujaban figuras parecidas a helechos. Con el tiempo se comprobó que estos dibujos aparecen siempre que una corriente eléctrica de alto voltaje pasa a través de una superficie. Y, claro, los rayos son corrientes eléctricas de alto voltaje. Y nuestra piel una superficie.
Además, la descarga puede causar pequeñas roturas en los capilares sanguíneos, generando esas ramificaciones rojizas; que, por lo general, desaparecen por sí solas en unos días. El resultado, conocido médicamente como eritema arborescente, no es algo común a todas las personas que sufren la caída de un rayo, pero sí que se han detectado numerosos casos, algunos de ellos especialmente intensos.
¿Por qué sufrieron este accidente?
En realidad, los tres hermanos cometieron un terrible fallo, que causó la caída del rayo: resguardarse bajo un árbol.
Cuando se produce una descarga eléctrica desde las nubes hasta la tierra, los rayos buscan el camino más fácil, que les oponga menos resistencia. Esto convierte a los árboles en magníficos objetivos. Por un lado, porque son altos. Por otro, porque la humedad de su interior conduce muy bien la electricidad.
Es por este motivo que jamás deberíamos resguardarnos de una tormenta eléctrica debajo de uno de ellos. Para estos hermanos, lo más seguro habría sido quedarse en la cafetería en la que Rachel fue al baño.
De hecho, las recomendaciones generales son intentar buscar sitios cerrados y, si no es posible, mantenernos alejados de árboles, colinas o cualquier otra estructura de gran altura y, si es posible, colocarnos hechos un ovillo, con las manos sobre las orejas y el mínimo contacto con el suelo.
Así quizás habrían evitado la caída del rayo. Es cierto que en su caso se unió el hecho de que Isobel tenía en el brazo una placa de titanio por un accidente de bicicleta sufrido el año anterior. Quizás sea precisamente ese el motivo por el que ella tuvo las marcas más intensas. Y la razón por la que la descarga eléctrica cayó sobre ellos. No se trataba solo del árbol.
Sea como sea, pueden estar muy agradecidos por poder contarlo. Buena parte de las víctimas de la caída de un rayo no pudieron hacerlo.
Fuente: hipertextual.com