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Tiene 92 años y corre como una joven de 20: sus células desconciertan a la ciencia

La asombrosa historia de Emma Mazzenga, la nonagenaria más veloz del mundo

Emma María Mazzenga tiene 92 años pero corre como una joven de 20. No es un decir: lo afirma la ciencia.

Esta profesora de ciencias jubilada de Padua, Italia, rompió cuatro veces su propio récord mundial en su categoría. No solo es la mejor nonagenaria en ese deporte, sino que es una de las pocas del planeta que compite. En el último mundial -contó al Washington Post— solo eran ella y un estadounidense.

Con 1,55 metros sobre sus pies, empezó a correr a los 19 años en la universidad donde estudiaba ciencias biológicas. Pocos años después, entre la enfermedad de su madre, su casamiento y el nacimiento de sus dos hijos, se vio obligada a dejar una práctica que volvería a retomar recién a los 53.

Cómo son sus entrenamientos

En verano, Emma tiene entrenamientos de una hora en el Estadio Colbachini, en Padua, o en la orilla del río. Va allí dos o tres veces por semana, mientras que el resto de sus días libres los usa para caminar. Nunca pasa 24 horas seguidas en su casa.

Primero calienta al trote y luego hace tramos cortos de pique. Eso sí: aconseja que cada quien debe conocer sus límites. Todos deben preguntarle a un médico si pueden correr o no.

“El deporte fue mi salvación. No me gusta ir tirando, esperando a que anochezca. Necesito acción”, expresó Mazzenga en la entrevista con el Post.

Un caso de estudio

En 2024, Emma hizo 200 metros al aire libre para mujeres mayores de 90 en 51,47 segundos. Un mes después bajó la marca un segundo.

Su triunfo en las competencias de atletismo llamó la atención de investigadores de todo el mundo. Científicos en Italia y Estados Unidos se contactaron con ella para estudiar su cuerpo. Analizaron -y todavía siguen haciéndolo- sus músculos, los nervios y mitocondrias para comprender su energía celular y entender por qué puede correr del modo en que lo hace.

Las primeras conclusiones arrojaron que Mazzenga tendría la capacidad respiratoria de una persona de 50 años y la función mitocondrial de sus músculos como la de una persona sana de 20.

En la Universidad de Pavía, los investigadores le extrajeron un trozo de músculo y lo enviaron a analizar a la Universidad de Marquette. El estudio concluyó que sus fibras musculares de contracción rápida — asociadas con la velocidad— se asemejan a las de una persona sana de 70 años, algo no tan excepcional. Pero que en cambio, sus fibras musculares de contracción lenta asociadas con la resistencia, su flujo sanguíneo y las vías nerviosas hacia sus músculos parecían los de una persona de 20.

También demostró que su suministro de oxígeno a sus músculos es “particularmente eficaz”.

Uno de los médicos que estudió su caso sugiere que “ya sea por genética, por su estilo de vida, o por una combinación de ambos, logra mantener la comunicación entre el cerebro, los nervios y el músculo a un nivel mucho más saludable que el que solemos observar en una persona de 90 años”.

Marta Colosio, investigadora postdoctoral de la Universidad Marquette y primera autora del estudio de caso, dijo que no halló a una persona de 90 años que pueda compararse con ella .“Está envejeciendo. Pero puede hacer cosas que a los 91 años la gente no puede hacer”.

Los estudios sobre el singularísimo estado físico de la anciana más veloz del globo todavía no finalizaron y puede que en los próximos meses haya nuevas conclusiones.

Fuente: clarin.com

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