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SpaceX lanzará satélites menos brillantes por el bien de los astrónomos

SpaceX no es muy popular entre los astrónomos en este momento. Los primeros 60 satélites de su planificada constelación Starlink, lanzados en mayo, acabaron siendo claramente visibles en el cielo, al igual que los 60 siguientes lanzados en noviembre. Algunos científicos alarmados han advertido de que la repentina afluencia de miles de nuevas luces brillantes en el cielo estropeará nuestra visión de las estrellas para siempre.

Estos problemas pillaron de sorpresa a SpaceX. «Nadie consideró esto», afirmó el presidente y director de operaciones de SpaceX, Gwynne Shotwell, en una rueda de prensa recientemente. «No habíamos pensado en eso. La comunidad de astrónomos tampoco lo pensó.»

En respuesta a la creciente presión, SpaceX ha asegurado que probará un revestimiento experimental para intentar que sus satélites Starlink sean menos reflectantes. Según Shotwell, el revestimiento se colocará en la parte inferior de uno de los 60 nuevos satélites que se lanzarán en órbita a finales de este mes.

La compañía quiere ponerlo a prueba antes de aplicarlo a más satélites en el futuro, ya que las propiedades antirreflectantes podrían provocar cambios térmicos que afecten negativamente al rendimiento. Shotwell cree que la solución será modificada mediante «prueba y error» para que funcione de manera segura y adecuada.

De hecho, nadie sabe aún si el revestimiento marcará una gran diferencia. «Vale la pena intentarlo», opina el astrónomo del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian (EE. UU.) Jonathan McDowell. «Pero me temo que será compensado por el hecho de mover la constelación a una órbita más baja. Ya veremos. Aprecio los esfuerzos realizados por SpaceX».

McDowell cree que la medida debería reducir el brillo de los satélites en una magnitud de 3 para hacerlos invisibles a simple vista. «Eso preservaría el cielo nocturno para el público en general», destaca.

Pero aún no se sabe si esto realmente ayudará a los astrónomos profesionales. Por ejemplo, se supone que el Gran Telescopio para Rastreos Sinópticos (LSST por sus siglas en inglés), actualmente en construcción en Chile, ayudará a los astrónomos a detectar signos de materia oscura y energía oscura. Está diseñado para buscar señales especialmente débiles, lo que significa que incluso si un satélite no es brillante, su mera presencia podría crear distorsiones en las imágenes.

SpaceX planea lanzar hasta 42.000 satélites Starlink a la órbita. El científico jefe del LSST, Anthony Tyson, afirmó a The New York Times que sus cálculos muestran que esta cantidad de satélites básicamente obstruiría el 20 % de las observaciones del telescopio.

«La astronomía óptica tendrá un gran problema, especialmente al tratar de tomar imágenes de los objetos más leves y lejanos», asegura McDowell. «Habrá algunos proyectos que ya no serán factibles y otros que llevarán mucho más tiempo y, por lo tanto, serán más caros». Al investigador le preocupa especialmente la disminución de la capacidad de detectar asteroides potencialmente peligrosos antes de que se acerquen a la Tierra.

Una solución más efectiva sería colocar los satélites en órbitas más altas, que es lo que está haciendo el rival de Starlink OneWeb con su constelación de satélites. Esto requiere transmisores más potentes, lo que conlleva costes más altos, pero es la única solución que reduciría significativamente la posibilidad de interferencias. La falta de regulaciones sobre este tema significa que SpaceX puede hacer lo que quiera para remediarlo, ya sea poco o mucho.

Fuente: technologyreview.es