Si ves a la gente de tu edad mayor que tú, la psicología revela que está relacionado con la ansiedad y el miedo a la muerte
La sensación de verse más joven que quienes tienen la misma edad no es necesariamente una ilusión. Según especialistas, se trata de un fenómeno psicológico con múltiples factores implicados
Una escena cotidiana puede ser la siguiente: conoces a una persona, tiene tu misma edad, y antes de saber esta información, deduces que parece mayor que tú. El motivo emana, quizás, de la vanidad o del autoengaño, ¿no? Pues, según la ciencia, y concretamente la psicología, la raíces de esta percepción van más allá del ego y la estética.
La psicóloga Leticia Martín Enjuto, en declaraciones al medio Cuerpo y Mente, explica que este fenómeno puede estar relacionado con la ansiedad por hacerse mayor, e incluso el miedo inconsciente a la muerte. “La percepción de una edad subjetiva menor puede actuar como una estrategia para mitigar el miedo al envejecimiento”, sostiene. En otras palabras, sentirnos más jóvenes de lo que somos no es ingenuidad, sino una herramienta inconsciente para lidiar con una de las grandes inquietudes humanas: el paso del tiempo… y lo que viene después.
Cuando la juventud se vuelve en actitud
En este contexto aparece también un concepto curioso, la midorexia. Se trata de una especie de negación del envejecimiento, una resistencia psicológica que se traduce en adoptar hábitos, actitudes o estilos de vida más propios de edades anteriores. Aunque pueda parecer una crisis, en realidad puede funcionar como un salvavidas emocional que alimenta la sensación de vitalidad.
Mantenerse activo o activa, cuidar la imagen personal o incluso tener un círculo social más joven son comportamientos comunes en quienes experimentan esta percepción rejuvenecida. Y lejos de ser una negación del tiempo, puede ser una forma inteligente de abrazarlo con otra energía.
En este contexto, el entorno social también actúa como un espejo emocional. “La influencia de las personas y de los grupos que nos rodean puede cambiar la forma en que percibimos nuestra propia edad”, señala Martín Enjuto. “Rodearse de personas enérgicas, positivas y vitales puede hacernos sentir (y vernos) más jóvenes, mientras que un entorno más apático o envejecido puede tener el efecto contrario». Todo ello sin haber celebrado más o menos cumpleaños.
Además, hay otro componente, aunque intangible, juega un papel fundamental en esta percepción. Y es que la sensación de sentirse joven “de alma” está ligada a la curiosidad, la apertura al cambio y la capacidad de adaptarse emocionalmente. Martín Enjuto incluso apunta que el sistema reticular, una estructura cercana al tallo encefálico, la parte que conecta el cerebro con la médula espinal, estaría involucrado en nuestra capacidad para detectar oportunidades que encajan con nuestra forma de ver el mundo.
Así que, la próxima vez que pienses que los de tu edad parecen mayores, no te sientas culpable. Quizás no sea soberbia, sino el reflejo de una percepción social emocionalmente sana. Porque la juventud a no solo se muestra con el DNI, sino con la forma de mirar la vida.
Fuente: as.com