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Satélites espía de la Guerra Fría revelan cientos de fuertes romanos

Cientos de fuertes del Imperio Romano aparecen en antiguas imágenes de satélite espía que mostraban regiones de Siria, Irak y territorios cercanos del «Creciente fértil» de Oriente Próximo.

Estos satélites se utilizaron alguna vez para reconocimiento en plena Guerra Fría en las décadas de 1960 y 1970, pero sus datos ahora están desclasificados. Algunas de sus imágenes archivadas ahora permiten nuevos hallazgos arqueológicos en zonas de la Tierra que a menudo son difíciles de visitar para los investigadores.

Los 396 fuertes recién descubiertos, vistos directamente desde el espacio, confirman y amplían un estudio aéreo de la región realizado en los años 20; este estudio había registrado 116 fuertes en la frontera oriental del Imperio Romano. Los arqueólogos siguen estando de acuerdo con la conclusión básica de ese estudio de casi un siglo de antigüedad, que es que Roma estaba fortificando su frontera, y el nuevo estudio aporta una nueva perspectiva.

«Estos fuertes son similares en forma a muchos fuertes romanos de otras partes de Europa y el norte de África. Hay muchos más fuertes en nuestro estudio que en otros lugares, pero esto puede deberse a que están mejor conservados y son más fáciles de reconocer», dijo a Space.com el autor principal Jesse Casana. «Sin embargo, también podría haber sido un producto real de la construcción intensiva de fuertes, especialmente durante los siglos II y III d.C.»

Los nuevos resultados pueden confirmar las sospechas de algunos estudiosos anteriores, que argumentaban que los 116 fuertes del estudio de hace 100 años estaban demasiado separados para formar una línea de defensa conectiva. En cambio, los campamentos en las actuales Siria e Irak posiblemente se utilizaron para proteger las caravanas que transportaban bienes valiosos hacia y desde las provincias de Roma, al tiempo que permitían comunicaciones e intercambios interculturales.

«Debido a que estas imágenes preservan una perspectiva estéreo de alta resolución sobre un paisaje que ha sido severamente impactado por los cambios modernos en el uso de la tierra, incluida la expansión urbana, la intensificación agrícola y la construcción de embalses, constituyen un recurso único para la investigación arqueológica», dicen los autores del estudio en su trabajo, publicado el 26 de octubre en la revista Antiquity.

Fuente: europapress.es