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Reproducen cinco tintas medievales con recetas de los siglos XV y XVI

El hecho de que archivos históricos, bibliotecas, museos, talleres de escritura y monasterios conserven hoy en día manuscritos medievales no es cuestión de que haya habido personas que se preocuparan de guardarlos, pasando de generación en generación, o de ocultarlos para evitar su destrucción. El material usado para escribir y dibujar sobre papel fue fundamental para que se puedan leer, traducir e interpretar las escrituras que han llegado hasta hoy.

Llegar a conocer la reacción química de los componentes que hicieron posible poder escribir sobre papel y que esta escritura perdurara cientos de años ha sido el objetivo que durante meses ha centrado el trabajo del grupo de investigación de Historia Medieval ‘Meridies’ de la Universidad de Córdoba, en colaboración con químicos de la Universidad Nova de Lisboa.

Este equipo, liderado por el catedrático de Historia Medieval de la UCO, Ricardo Córdoba, ha llevado a cabo la reproducción de cinco tintas medievales utilizando para su elaboración todos y cada uno de los ingredientes y métodos empleados en los siglos XV y XVI.

¿Cómo lo han logrado? Analizando recetas manuscritas sobre producción de tintas tras un arduo trabajo de búsqueda por diferentes puntos del mundo como la Cancillería episcopal de Braga en Portugal, donde se custodia una receta de 1464, la Biblioteca de la Facultad de Medicina de Montpellier, con otra fechada entre 1469 y 1480, o el Archivo Histórico Provincial de Córdoba, datada en 1474. Cinco documentos inéditos que han permitido la reproducción de cinco tintas.

Métodos exactos

Cáscaras de la fruta de la granada, agallas con la que los vegetales se defienden de los parásitos que los invaden, caparrosa, agua, goma arábiga fabricada con recetas de piel de animales, son algunos de los ingredientes que componían estas tintas y que los investigadores han mezclado en cantidades, proporciones, temperaturas y métodos exactos a los indicados en las recetas medievales, y con los que ha sido posible reproducir tintas exactas a las usadas hace seis siglos.

Los resultados de esta colaboración entre historiadores y químicos, publicada recientemente en la revista Heritage Science, ha sido una traducción de los textos y procedimientos expresados en las recetas medievales, una fabricación manual siguiendo paso a paso las indicaciones en ellas contenidas, y el análisis de la reacción química de estas combinaciones de materiales, con el objetivo puesto en encontrar las claves para la conservación del patrimonio escrito.

Mediante la reproducción exacta y el análisis de tintas usadas en la Edad Media, los investigadores pueden determinar cuáles son los mejores tratamientos a los que deben someterse los documentos históricos para recuperar y mejorar su estado actual y, sobre todo, lograr su perduración en el tiempo.

Fuente: SINC