Los autores del estudio aseguran que los planetas se vuelven más «raros» conforme la estrella a la que orbitan envejece. Algo que evoca a lo que podría suceder con la Tierra
La comunidad científica del Reino Unido ha puesto el foco en el espacio profundo para analizar uno de los escenarios más extremos del futuro del planeta Tierra. Un estudio elaborado por investigadores de la Universidad de Warwick y University College London, basado en observaciones del satélite TESS y publicado en la revista científica Monthly Notices of the Astronomical Society, describe cómo las estrellas envejecidas acaban destruyendo los planetas que orbitan cerca de ellas.
El trabajo examina sistemas planetarios asociados a estrellas similares al Sol en distintas etapas de su vida. Los astrónomos compararon estrellas que todavía se encuentran en la secuencia principal con otras que ya han iniciado su fase de declive, observando una diferencia clara en la presencia de planetas cercanos conforme la estrella evoluciona y modifica su estructura interna.
Según explica Edward Bryant, investigador principal del estudio, la desaparición progresiva de estos mundos no se debe a un problema en su formación inicial. “Vemos que los planetas se vuelven más raros a medida que la estrella envejece”, señaló el científico, subrayando que los datos apuntan a procesos destructivos ligados al envejecimiento estelar.
Estrellas que devoran sus planetas
Cuando una estrella como el Sol agota el hidrógeno de su núcleo, comienza una transformación radical. Su tamaño puede multiplicarse más de cien veces y dar lugar a una gigante roja. En esa etapa, los planetas situados en órbitas cercanas quedan expuestos a fuerzas extremas que pueden arrastrarlos hacia la estrella o desintegrarlos lentamente.
El análisis de los datos permitió identificar unas 457.000 estrellas que ya han superado la secuencia principal. Entre todas ellas, los investigadores solo localizaron 130 planetas o candidatos con órbitas cortas, una proporción mucho menor que en estrellas jóvenes y coherente con los modelos teóricos de decaimiento orbital.
Estas fuerzas de marea no solo provocan la absorción directa de los planetas. También pueden eliminar sus atmósferas o fragmentarlos antes de que desaparezcan por completo. Para los autores, este proceso gradual explica por qué los sistemas planetarios cambian de forma tan drástica cuando la estrella entra en su etapa final.
Una ventana al futuro del sistema solar
Detectar estos planetas resulta cada vez más complejo a medida que la estrella crece. “Si el planeta tiene el mismo tamaño, pero la estrella es mayor, el tránsito produce una señal más débil”, explicó Bryant, lo que dificulta su identificación mediante el método de tránsito utilizado por TESS.
Aun así, las estrellas analizadas tienen una masa similar a la del Sol, un factor clave para extrapolar los resultados. Según los investigadores, una estrella con esa masa seguirá un ciclo vital comparable, lo que permite anticipar que dentro de unos 5.000 millones de años la Tierra podría enfrentarse a un destino similar al de los planetas observados en estos sistemas lejanos.
Fuente: elconfidencial.com


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