Reconstruyen el rostro de una mujer que vivió en la Edad de Piedra gracias a sus restos óseos
Junto a los restos de la mujer se encontraban también los de un niño de unos 7 años
El aspecto de una mujer de la Edad de Piedra que vivió hace 4.000 años ha sido reconstruido gracias al escaneo de un cráneo hallado hace casi un siglo. Oscar Nilsson es el artista forense sueco que ha pasado 350 horas creando el modelo real que se exhibe en el museo Västernorrlands de Suecia, según informa el portal Science Alert.
Una escultura de tamaño natural de esta mujer, que aparece apoyada en su bastón y mirando hacia delante mientras un joven echa a correr, se exhibe desde el pasado febrero en dicho museo sueco. Los restos óseos en los que se basa la reconstrucción fueron hallados en la aldea de Lagmansören, en 1923, durante la reconstrucción de una carretera. Junto a los restos de la mujer se encontraban también los de un niño de unos 7 años.
«Con nuestra mirada, tendemos a pensar que se trata de una madre y un hijo», dice Oscar Nilsson, sin embargo, «podrían serlo. O podrían ser hermanos. Podrían ser parientes, o simplemente ser amigos de la tribu. No lo sabemos, porque el ADN no estaba tan bien preservado para establecer esta relación». «Ella está mirando con ojos de madre, tanto con amor como con un poco de disciplina», cuenta Nilsson sobre su decisión final a la hora de recrear el momento.
Tanto la mujer como el niño fueron enterrados en una cista, un monumento megalítico funerario individual, de pequeñas dimensiones, hecho con piedras largas y planas en forma de ataúd. Ella tendría entre 20 y 30 años en el momento del fallecimiento, y mediría en torno a 150 centímetros de alto.
Sus restos no mostraban signos de desnutrición, lesiones o enfermedades, aunque Nilsson no descarta que muriese de una enfermedad que no dejase marcas en sus restos. «Parece haber tenido una buena vida».
Además de tomar la decisión de hacerla posar mirando al joven con aspecto maternal, Nilsson también tuvo que tomar otras importantes decisiones en la recreación. Tuvo que tener en cuenta el sexo, la edad, el peso y el origen étnico, pero no pudo conseguir información sobre rasgos como el cabello o el color de ojos porque la muestra de ADN estaba demasiado dañada.
En ese caso, tuvo que hacer algunas suposiciones basadas en hechos científicos. En la segunda de las tres grandes oleadas de migración que alcanzaron Escandinavia hace miles de años encontró los rasgos que le permitirían hacer su trabajo, ya que esta ola tuvo lugar hace entre 5.000 y 4.000 años, época en la que vivió esta mujer, y estuvo protagonizada por granjeros de piel pálida, cabello oscuro y ojos marrones.
En cuanto a su ocupación, «no podemos decir con certeza si estaba viviendo una vida nómada, si estaba viviendo la vida de los primeros agricultores; es imposible decirlo», señala Nilsson. «Pero hemos optado por hacer la interpretación más segura, que es que ella era ambas porque, por supuesto, hubo un período de transición de muchos cientos de años cuando abandonaron la antigua forma de vida».
Para la ropa, finalmente, se contó con el trabajo de Helena Gjaerum, una arqueóloga independiente, que estudió el clima, el paisaje, la vegetación y la vida animal del Neolítico en Lagmansören. Basándose en sus descubrimientos, diseñó la ropa con piel de ciervo y alce y los zapatos con piel de reno, castor y zorro.
Fuente: 20minutos.es