Quarks y antipartículas: la ciencia detrás de los componentes básicos del universo
Un protón tiene dos quarks up y un quark down. Un neutrón está conformado por un quark up y dos quarks down
Hasta el siglo XX, la comunidad científica creía que los protones y los neutrones, que conforman los átomos, eran las partículas más elementales de la materia, pero estaban equivocados. En la década de los años 60, Murray Gell-Mann le comunicó al mundo la existencia de los quarks: partículas subatómicas elementales que se dividen en sabores.
En el libro “Historia del tiempo”, Stephen Hawking señala que la palabra “quarks” proviene de la novela “Ulises” de James Joyce. En concreto, del pasaje donde se piden “Tres quarks para Muster Mark”, un juego de palabras que podría significar “cuarto” o “jerga”.
Sabores de los quarks
De acuerdo a Hawking la comunidad científica por clasificar de alguna manera los distintos tipos de quarks, los separó por “flavors”, sabores en español. Estos son sus nombres:
Up (Arriba)
Down (Abajo)
Strange (Extraño)
Charmed (Encanto)
Bottom (Fondo)
Top (Cima)
Un protón, por ejemplo, tiene dos quarks up y un quark down. Un neutrón, por su parte, está conformado por un quark up y dos quarks down.
Los sabores de los quarks no producen antipartículas
En el capítulo “Las partículas elementales y la fuerza de la naturaleza” Hawking comenta que los electrones cuentan con un nemesis: el antielectrón, también llamado positrón o antipartícula.
La hipótesis científica de Paul Dirac de 1932, apunta que toda partícula tiene una antipartícula, es decir, todo objeto tiene un anti objeto, cada persona una antipersona, cada mundo un antimundo y el universo entero un antiuniverso.
Hawking explica que si bien cada electrón cuenta con un antielectrón, es casi imposible a nivel atómico que los quarks que conforman al electrón obtengan la energía suficiente para transformarse en un antielectrón.
Sin embargo, prosigue Hawking, aunque es en extremo inviable que surjan los antielectrones, la relación de indeterminación de Heisenberg (a.k.a. principio de incertidumbre) apunta que no se puede predecir el comportamiento de los quarks, por tanto, queda una ventana abierta en el mundo de las posibilidades para la aparición de los positrones.
Aunque casi nulo pero no imposible
Las estimaciones de Hawking indican que tal situación podría acontecer “en un millón de billones de billones de años (un uno seguido de treinta ceros)”.
Querido lector(a) de EL SOL DE TAMPICO, observa el mundo que te rodea, todo cuanto hay está hecho de átomos, esa es su materia prima.
Moviéndose dentro de todos los átomos están los quarks de seis sabores y en teoría, en cualquier momento futuro, podrían sufrir una descarga de energía que provoque la aparición de antipartículas. ¿Estás preparado (a)? Porque es importante que sepas que al entrar en contacto, las antipartículas liquidan a las partículas.
Fuente: elsoldetampico.com.mx