Productos milagro que salvaron a sus compañías de la quiebra en el último momento
Un producto puede salvar de forma rápida y contundente a toda una compañía de la desaparición, pero dar con esa idea millonaria es poco menos que una milagro.
Pocas empresas se han mantenido a lo largo de toda su historia en constante crecimiento, el mercado es muy volátil y tan pronto estás en lo más alto, como te estás hundiendo a marchas forzadas. Empezar de cero es un proceso muy complicado, pero recuperarte cuando ves acercarse el cartel de «bancarrota» es aún más difícil.
Las empresas que se encuentran en apuros y ven caer sus beneficios rápidamente necesitan un cambio de estrategia o un nuevo producto drástico, algo que les haga recuperarse en menos tiempo del que necesitaron para nacer. Son los productos milagros, ideas explosivas que les salvan de las malas decisiones o la fuerte competencia que les ha llevado a esa peligrosa situación.
En estos últimos años es fácil recordar algún que otro producto que de la noche a la mañana estaba por todas partes. Si nos fijamos en la industria tecnológica y los móviles, es difícil olvidar a los indestructibles teléfonos de Nokia que se vendían por todo el mundo. Con ellos Nokia llegó a ocupar el 40% del mercado mundial de móviles.
Otras empresas han encontrado ese producto que, por el momento, les mantiene a flote. No sabemos cuánto tiempo les durará esa buena situación económica, pero lo que sí está claro es el milagro que supuso para ellos dar con los siguientes productos cuando todo el mundo empezaba a olvidarse de ellos.
Productos que libraron sus empresas de la quiebra:
- Nintendo
- Apple
- Gillette
- Marvel
- Lego
- Netflix
- Nintendo
Sony y Microsoft estuvieron a punto de enterrar en el baúl de los recuerdos a Nintendo. La compañía era el alma de los videojuegos en la década de los 80 y 90. Modelos como las Nintendo 64 o la Game Boy hicieron las delicias de varias generaciones. Sin embargo, a mediados de los 90, Sony presentó la PlayStation y todo cambió.
Unos años después Microsoft lanzó la Xbox y Nintendo vio como sus consolas quedaban relegadas a un tercer plano, mientras los jugadores solo tenían ojos para la PlayStation y la Xbox. Nintendo no se rindió, pero su intento no era lo esperado. Presentaron Nintendo Cube, una consola que parecía más un juguete que una herramienta para gamers.
Hasta que la compañía dio en el clavo, apostaron por una idea diferencial pero atractiva para un público muy amplio, tanto para los amantes de los videojuegos como para aquellos que no se habían acercado a una consola en su vida. Nintendo DS, DS Lite y la consola Wii ofrecían entretenimiento para todos y una forma diferente: juegos para llegar a todas partes o actividades para hacer ejercicio con sus mandos con acelerómetros y detección infrarroja.
No consiguieron competir directamente con Xbox y PlayStation, pero revivieron al vender más de 100 millones de consolas por el mundo.
Apple
La historia de Apple también está llena de altibajos y son muchos los productos icónicos que los han catapultado y que han sido imitados por otras empresas, visto su éxito y buen diseño. Los iMac, los iPod, los iPhone…se anunciaban en multitudinarias presentaciones.
En realidad nada de esto habría ocurrido de no haber sido por Microsoft. Los más fans de Apple ya conocerán la historia, pero el resto puede que no recuerde que Steve Jobs fue expulsado de Apple en los años 80, etapa en la que la compañía comenzó a entrar en una espiral decadente.
En 1997 Jobs regresó y la compañía empezó a remontar, después de 12 años de pérdidas financieras. «Si queremos avanzar y ver a Apple saludable y prosperando nuevamente, tenemos que dejar de lado algunas cosas aquí. Tenemos que dejar de lado esta noción de que para que Apple gane, Microsoft tiene que perder» anunció Steve Jobs en la Macworld Expo ’97.
Microsoft inyectó 150 millones de dólares en las cuentas de Apple por un contrato de cinco años y se crearía una versión actualizada para Mac de Microsoft Office. Microsoft tenía sus propios motivos, sin Apple en el mercado, se le podía acusar de monopolio.
Como resultado de esa inversión en 1998 nació el iMac, su nuevo producto milagroso. Un ordenador totalmente diferente a lo que se había visto hasta entonces, con un diseño único obra de Jonathan Ive, el hombre tras el diseño característico de muchos de los productos de Apple. El iMac vendió casi 800.000 unidades en sus primeros cinco meses. Por primera vez desde 1995, Apple volvió a la rentabilidad.
Y sí, el iMac salió de una reunión en la que Jobs dijo su famosa frase: «¿Saben qué le pasa a esta empresa? Los productos son una mierda, no hay sexo en ellos». Después llegarían el iBook, el iPod, iTunes y el primer iPhone.
Gillette
En el caso de Gillette, su milagro fue más la estrategia que el simple producto y desde su creación, han servido de inspiración para muchas otras empresas que han llevado a cabo la técnica del producto atado. King Camp Gillette luchó durante casi diez años hasta ver logrado su sueño. La idea de vender la primera afeitadora segura, práctica y de hojilla desechable no fue suficiente, había que crearla y promocionarla.
Hasta ese momento la única forma para afeitarse era con una navaja de afeitar, muy peligrosas. Por eso quiso llamar a su invento, la «afeitadora de seguridad», no era un nombre muy pegadizo. También tuvo que soportar las burlas de los trabajadores de las fábricas de acero, la tecnología del siglo XIX no estaba preparada para crear las cuchillas delgadas que Gillette quería.
Tras luchas mucho, creó su empresa y su producto, pero sólo vendió 51 maquinillas y 168 hojas de afeitar. A punto del cierre y ya sin el apoyo de inversores, Gillette perseveró una vez más, ahora con la ayuda de William Nickerton, un ingeniero del Técnico de Massachussets. Consiguieron mejorar el diseño y dar con una buena campaña de promoción.
El 2 de diciembre de 1901 se le otorgó a Gillette la patente y tres años después la empresa vendió 250.000 maquinillas de afeitar, aunque lo importante no eran las maquinillas, sino las hojas descartables. Ofrecían las maquinillas por debajo de su coste de fabricación para atraer a los consumidores y después subían el precio de las hojas desechables con las que realmente ganaban dinero.
Así se ha creado toda una industria, en la que se venden impresoras muy baratas, para después cobrar con un precio excesivo los repuestos de tinta para ese modelo en concreto. Y así con una gran variedad de productos.
Marvel
La compañía Marvel que conocemos ahora y que comparte forma parte ahora del Universo Disney dista mucho de lo que fue hace décadas, pero su esencia y sus personajes se mantienen. Ellos han sido ese productos milagroso que ha sacado a flote a la empresa en más de una ocasión, aunque en distintos formatos.
Si nos remontamos entre los años 60 y 80, todo aquel que tuviera un poco de interés por los cómics conocía Marvel y sus personajes. Aquí en España llegaban a sus fans a través de la Editorial Bruguera, emporio del cómic patrio e internacional. Personajes como los 4 Fantásticos o Capitán América fueron de los primeros en formar sus filas de superhéroes en los años 60. Algunas décadas después llegarón Spiderman y XMen, todos en algún momento ayudaron a la compañía a vender millones de títulos tras algunos de sus momentos más bajos como en los años 50 tras la Segunda Guerra Mundial, cuando Marvel casi cerró sus puertas debido a la bancarrota.
A partir de los años 80 Marvel empieza a mostrar interés por otro sector cultural lejos del papel en el que llevaba décadas trabajando. En 1981 Marvel adquirió el estudio de animación: DePatie-Freleng Enterprises que había creado a los famosos Looney Tunes, pero no sería hasta los años 90 cuando la compañía conseguiría revitalizar todo su potencial, sus héroes llevados a la gran pantalla.
En los 2000 Marvel volvió a escapar de la bancarrota una vez más, catapultado por todas sus sagas de entretenimiento: Spiderman, Los 4 Fantásticos, Los X-Men, Los Vengadores, Ghost Rider, Hulk, Iron Man… La conexión entre varios de estos universos y sagas, al igual que pasaba en los comics, ha creado todo un universo que Disney no podía dejar pasar. El 31 de agosto del 2009, Disney compró por 4.000 millones de dólares la editorial Marvel, y sus más de 5.000 personajes. La magia estaba ahí siempre solo había que probar con más más formatos.
Lego
Una situación similar ha vivido la empresa de juguetería Lego, su negocio siempre fue la solución aunque necesitaban darle un nuevo aire para no desaparecer. Sus construcciones son imprescindibles cada Navidad en las estanterías de las jugueterías y apasionan tanto a niños como mayores con cada nueva creación, incluso tienen su propio parque temático.
Esta compañía de juguetes danesa fue fundada en 1932 por Ole Kirk Kristiansen y para los que no conozcan sus orígenes, el término Lego procede de la frase en danés “leg godt” ( juega bien). Con los años pasó de ser un humilde taller de carpintería a una de las empresas de juguetes más conocidas del mundo, pero no fue hasta los años 60 cuando comenzaron a vender modelos de construcción, principalmente para montar vehículos. En 1968 vendieron más de dieciocho millones de juegos Lego.
Décadas después, los juguetes tradicionales están abocados a desaparecer a menos que se reinventen. Marcas como Hornby, también con una gran historia a sus espaldas, se consideran ya objetos de coleccionista, más que juguetes actuales. También Mattel está siempre en problemas, tratando de actualizar su activo más importante Barbie, pero solo Lego ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos.
Antes de que la compañía desapareciera para siempre en 2003, contrató a un nuevo CEO, Joergen Vig Knudstorp el cual fue capaz de dar con la clave: mantener sus piezas, pero darles una nueva vida con la cultura actual. Versiones del castillo de Hogwarts de Harry Potter, maquetas del Halcón Milenario de Star Wars o cualquier otro diseño con cada nuevo estreno cinematográfico, todo les ha acabado llevando a crear La Lego Película con todos estos personajes.
Netflix
A Netflix le costó un tiempo convencer de lo que ellos sabían que era el futuro del entretenimiento, pero lo acabó consiguiendo. Antes de ser la plataforma de streaming más conocida en el mundo, su andadura comenzó en 1997, bajo el nombre de Net Flix y se dedicaban al alquiler de DVDs on line.
Sus clientes pagaban una cuota mensual, además de los gastos por envío y podías pedir los DVDs que quisieras y cuando quisieras para que los enviaran a casa. Estos DVDs después se debían devolver, algo así como un videoclub a domicilio. Sin embargo, con la caída de gigantes como Blockbuster quedó claro que el negocio debía buscar otro camino.
Sus creadores sabían que debían apostar por el streaming y en 2008 ofertaron esta opción a sus clientes como un extra al alquiler de DVDs. A los pocos años fueron dejando de lado los DVDs para centrarse en la oferta online, aunque mantuvieron el alquiler de los DVDs como un servicio aparte. La idea no cuajó tan rápido como ellos pensaban y perdieron 800.000 abonados en un solo trimestre.
La idea era buena, pero hasta que no dieron el salto definitivo abandonando los DVDs para siempre en 2012 y presentando su propio contenido, su plataforma no cuajó. La estrategia terminó por funcionar y sus producciones los convirtieron en algo único que todo el mundo quería tener en casa.
Títulos como House of Cards, Orange is the New Black, Narcos o Stranger Things han convertido a la plataforma en lo que es ahora. Incluso se atreven a comprar salas de cine para rivalizar con la pantalla grande en las entregas de premios.
Fuente: computerhoy.com