Por qué los dinosaurios les gustan a los niños según la Psicología
La conexión entre los pequeños y estos seres extintos va más allá de los juegos. Según un experto de la UNAM, este fenómeno podría tener raíces profundas en su formación intelectual
Los juguetes de dinosaurios han cautivado la imaginación de millones de personas durante generaciones. A través de ellos, tanto niños como adultos pueden adentrarse en un viaje educativo hacia el pasado prehistórico, explorando un mundo lleno de criaturas fascinantes. Mientras juegan, los infantes descubren las características únicas de cada especie, lo que fomenta el aprendizaje sobre la diversidad biológica y la evolución de la vida en la Tierra.
La variedad de ejemplares disponibles es impresionante, con figuras que van desde los más pequeños y detallados hasta modelos de gran tamaño que imitan con realismo a estos gigantes del pasado. Cada figura, ya sea del temido Tiranosaurio Rex o del majestuoso Triceratops, ofrece una oportunidad para que los niños imaginen historias, escenarios y aventuras, convirtiéndose en una herramienta tanto educativa como recreativa. Además, para los coleccionistas, estos juguetes también representan una manera de conservar piezas históricas.
Según el psicólogo Fernando Mata Rosas, el interés por los dinosaurios tiene una base psicológica. En una etapa de desarrollo cognitivo en la que buscan comprender el mundo y afianzar su sentido de control, los dinosaurios representan una forma simbólica de manejar el poder y la fuerza de estas criaturas.
La psicología detrás del gusto por los dinosaurios
A medida que los niños crecen, su capacidad para entender el mundo se expande. A los tres años, comienzan a comprender que existen tanto un mundo real como uno de fantasía, aunque a menudo estos mundos se entrelazan. Como señala el académico Fernando Mata Rosas para la revista UNAM Global “el niño trabaja en todo momento para tratar de entender cómo es que funciona este mundo”.
Entre los tres y los siete años, los niños ya tienen un conocimiento básico de las realidades del mundo, como los animales, las personas y los objetos cotidianos. Sin embargo, la fantasía sigue siendo una parte esencial de su desarrollo cognitivo. Es en esta etapa cuando los niños se sienten especialmente atraídos por cuentos tradicionales llenos de magia, como los relatos de hadas, duendes y seres fantásticos, que les permiten explorar el mundo más allá de lo tangible.
Sin embargo, la comprensión de conceptos como la temporalidad histórica, como la idea de que los dinosaurios vivieron hace millones de años, se escapa de su alcance. Mata Rosas señala que “es difícil que entiendan que los dinosaurios poblaron la Tierra hace 65 millones de años, sobre todo cuando ven películas o documentales donde los muestran tan reales como a los leones, tigres y chimpancés”.
Para los niños, películas como Jurassic Park (1993) o Dinosaurio (2000) de Disney pueden reforzar la idea de que estos animales aún existen, aunque no los vean en zoológicos. Esta confusión se profundiza al ver fósiles de dinosaurios en museos o leer libros y ver documentales que los representan de una manera tan realista que parece que pudieran vivir en el presente.
El interés por los dinosaurios, como por otros seres fantásticos, no es solo una fascinación por lo desconocido, sino una herramienta para estimular el pensamiento simbólico y la imaginación. Según Mata Rosas, “los dinosaurios se convierten en un medio para ejercitar la imaginación, que en realidad es una estimulación al pensamiento simbólico por tratar de entender la realidad”.
En esta etapa de desarrollo, los niños aprenden a manipular la realidad y la fantasía, utilizando juguetes, dibujos, juegos y representaciones para explorar su comprensión del mundo. Este ejercicio no solo fomenta la creatividad, sino también el aprendizaje y la memorización.
Dinosaurios, fantasía y el rol parental
El apoyo de los padres a estos intereses es fundamental en este proceso. El psicólogo observa que “los padres suelen apoyar de forma natural los intereses de sus hijos, así sea el fútbol y los dinosaurios en los niños o las princesas y ponys en las niñas”. Los tutores no solo ayudan a sus hijos a ejercitar sus capacidades cognitivas, sino que también les brindan un sentido de orgullo por los logros de sus pequeños.
Además, es común que mamá y papá se sientan sorprendidos y satisfechos al ver a su hijo pequeño aprender tanto sobre un tema como los dinosaurios, sintiendo que su hijo sabe más que ellos mismos. Aunque históricamente ha existido una mayor inclinación hacia los dinosaurios en los niños, Mata Rosas destaca que “el género femenino cada vez más se interesa no solo en princesas o animales, sino en otros temas como el fútbol o la mitología, como los unicornios o pegasos”.
Así, los dinosaurios siguen siendo un gusto atemporal, capaz de cautivar a nuevas generaciones de niños. La combinación de su tamaño imponente, su ferocidad y su vinculación con la fantasía sigue siendo una parte integral de la exploración y el desarrollo de la imaginación infantil.
Como concluye Mata Rosas, “los dinosaurios tienen condiciones suficientes para fascinar a niños de muchas generaciones y seguramente seguirán con las nuevas generaciones”. Esta fascinación no solo educa, sino que también inspira a los niños a soñar, a imaginar y a entender el mundo a través del poder de la fantasía.
Fuente: infobae.com