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¿Por qué la Luna parece más grande al anochecer? La respuesta está en nuestro cerebro

Aunque no se trata de un fenómeno físico o atmosférico, cuando la Luna llena aparece en el horizonte capta la atención de las personas que la observan desde la Tierra… y desde el espacio

Si habitualmente observas el cielo nocturno, seguramente habrás notado el fenómeno: al anochecer, cuando se asoma por el horizonte, la Luna se ve grande, pero, a medida que pasan las horas y el astro se ve más arriba en el cielo, disminuye su tamaño… o al menos eso parece.

En realidad, el satélite terrestre se ve igual a medida que pasan las horas. Según la NASA, no se trata más que de una ilusión que nace en el cerebro y puedes advertirlo con algunos trucos sencillos, sin instrumentos técnicos.

¿Qué es la ilusión lunar?

Aunque nuestros ojos lo perciban diferente, la Luna tiene el mismo ancho cerca del horizonte y cuando está alta en el cielo, afirma la agencia espacial estadounidense.

Esa sensación se conoce como “ilusión lunar” y tiene que ver con la forma en que nuestro cerebro procesa la información visual. No obstante, reconoce el organismo espacial, “aún no existe una explicación científica satisfactoria de por qué la vemos exactamente”.

“En general, las explicaciones propuestas tienen que ver con un par de elementos clave de cómo apreciamos visualmente el mundo: cómo percibe nuestro cerebro el tamaño de los objetos que están más cerca o más lejos, y a qué distancia esperamos que estén los objetos cuando están cerca del horizonte”, explica la NASA. Los especialistas considera que los objetos en primer plano de la vista lunar también pueden influir.

Cabe destacar que los astronautas en órbita también contemplan esta ilusión, a pesar de no tener objetos en primer plano que actúen como indicadores de distancia.

Ilusión lunar: así es como puedes comprobar que la Luna no cambia de tamaño en el cielo

Por muy interesante que sea fijarse en las diferencias de tamaño de la Luna debido a la ilusión visual que surge en el cerebro humano, es importante no confundir este acontecimiento con la aparición de una superluna, que sí trata de un fenómeno que se produce cuando la órbita del satélite está más cerca de la Tierra.

La ilusión de la Luna no es un efecto de la atmósfera ni de ningún otro factor físico, subraya la NASA, y puede verse a simple vista.

Existen varias maneras de demostrar que el satélite tiene el mismo tamaño cuando aparece por el horizonte que cuando está en lo alto del cielo. Una manera sencilla, por ejemplo, es extender el dedo índice y ubicarlo junto al objeto celeste. De este modo, puedes utilizar la uña como medidor comparativo del tamaño de la Luna en el cielo, y realizar esta prueba a diferentes horas de la noche.

Tomar una foto del astro en dos momentos diferentes manteniendo la configuración de la cámara (y del zoom) es otra manera de corroborarlo. El resultado de las imágenes, como es de esperar, será el mismo.

También se puede realizar esta comprobación de una tercera forma. Consiste en buscar un tubo de papel, como los que contienen toallas de papel, cerrar un ojo y mirar a través del tubo: notarás que la Luna se ve normal. Inmediatamente, cierra ese ojo y abre el otro. Notarás que el astro vuelve a parecer enorme.

A pesar de que no existe una explicación convincente y completa de por qué se produce esta ilusión, el fenómeno capta la atención de los observadores cada noche de Luna llena. La NASA sugiere que “hasta que alguien descifre qué es exactamente lo que hace nuestro cerebro, probablemente lo mejor sea disfrutar de la ilusión de la Luna y de las vistas cambiantes, atmosféricas y a veces inquietantes que crea”.

Fuente: nationalgeographicla.com