Parece una bola de tierra, pero es en realidad un animal: lleva momificado de forma natural más de 30.000 años
Así es el increíble estado de conservación de una ardilla terrestre del ártico tras 30.000 años de conservación bajo el hielo
Como bien sabrás, bajo el hielo de los polos se encuentran restos de animales. Esto es así debido a que, hace millones de años, pudo no haber una capa profundo de hielo en los lugares. Ahora, con el deshielo que está produciéndose nuevamente, están apareciendo debido a la buena conservación que ha tenido lugar durante todo este tiempo. Entre las muchas sorpresas que se ha llevado la comunidad científica a lo largo de los últimos años, cabe destacar la presencia de un animal encontrado en el año 2018.
Se trata de una ardilla de tierra ártica, la cual ha permanecido bajo tierra congelada hasta 30.000 años. De hecho, gracias al hielo fue objeto de un proceso de momificación natural, lo que le ha permitido mantener un estado de conservación diferencial. Nos encontramos, sin duda alguna, ante un animal que ha sido objeto, desde su descubrimiento, de múltiples análisis para comprobar su composición. De esta manera, se ha podido investigar sobre su posible causa de muerte y, por supuesto, comprender cómo ha afectado el transcurso del tiempo a su conservación.
Veamos, por tanto, cuáles son las claves para entender por qué nos encontramos ante un ejemplo prácticamente único, dónde será exhibido próximamente para que cualquier persona pueda visitarlo y, por supuesto, hasta qué punto nos encontramos ante otros muchos ejemplos que serán descubiertos en los próximos años a medida que el calentamiento global hace mella en los polos.
Así es una ardilla hecha bola tras un proceso de momificación natural por congelación
Nada más y nada menos que 30.000 años se cree que ha estado este animal bajo la superficie terrestre. El proceso de congelación es lo que le ha permitido mantener intacto su cuerpo y no ser objeto de la natural putrefacción. El descubrimiento en cuestión tuvo lugar en la población de Hester Creek, cerca de Dawson City, Yukón, en el área norte de Canadá. Desde entonces, se han llevado a cabo toda una serie de estudios y experimentos especialmente delicados, ya que el objetivo ha sido siempre el mismo: mantener intacto su estado de conservación.
El objetivo a corto plazo es su futura exposición en el Centro de Interpretación de Yukon Beringia, en Whitehorse. Se espera que pueda ser exhibida en algún momento del propio año 2023. Aun así, ¿qué es lo que diferencia a este ejemplar de cualquier otro? Tal y como se puede observar en la imagen que comanda la noticia, nos encontramos ante una opción muy interesante desde el punto de vista de la paleontología. La ardilla terrestre del ártico que se muestra en dicha fotografía mantiene toda su estructura completa y, adicionalmente, está en posición defensiva.
Esta posición, de hecho, podría haber contribuido a mejorar el estado de conservación. Curiosamente, al someterse este fósil a un análisis de una radiografía, se pudo comprobar cómo se podía diferenciar la gran mayoría de huesos, algo que no suele ocurrir frecuentemente debido al paso del tiempo. Al parecer, la pérdida de calcio provoca que no se puedan distinguir mucho los huesos en el caso de muerte de un vertebrado tras el paso del tiempo. Esto no ocurrió en este caso, lo que enfatiza el increíble estado de conservación del animal.
Ciertamente, se ha podido conocer, de forma aproximada, la edad del animal. Del mismo modo, nos encontramos ante una criatura que, debido a la posición en la que fue encontrada, podría haber iniciado un proceso de hibernación del que nunca despertaría. Sea como fuere, lo cierto es que nos encontramos ante un ejemplo que demuestra cómo podría ser posible encontrar otras muchas criaturas presentes en los polos en un futuro.
Fuente: mundodeportivo.com