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Ötzi, el hombre de los hielos: ¿por qué una persona que vivió hace 5 mil años tenía ‘los pulmones de un fumador’?

En 1991, unos excursionistas descubrieron un cadáver congelado. Las investigaciones señalarían que era de un hombre que hoy es una “estrella mediática”

Ötzi era un hombre de unos 46 años, de tamaño bajo y ojos azules, que murió bajo el puñal y los flechazos de algún rival. Tenía ojos marrones y cabello castaño oscuro, portaba un arco con sus flechas en un carcaj y se defendió hasta el final.

Pero su muerte ocurrió hace más de 5 mil años.

Era un hombre de la Edad de Cobre. El cadáver se descubrió en 1991, en la frontera entre Austria e Italia, a 3.210 sobre el valle de Ötztal (de ahí su nombre, Ötzi) en los Alpes.

Unos excursionistas hallaron los restos de Ötzi, que hoy es una auténtica “estrella mediática”, la momia más famosa de Europa.

Lo más curioso, más allá de las condiciones en las que fue encontrado, es que sus pulmones parecían los de un fumador. ¿Cómo, si en aquel momento no se conocía el tabaco en Europa?

¿Qué misterios ocultaba Ötzi?

Las investigaciones sobre Ötzi, el hombre de hielo

En la actualidad, los restos del hombre se encuentran en el Museo de Arqueología del Tirol del Sur, en Bolzano, Italia. Están refrigerados a -29 °C.

Cuatro o cinco veces al año, como explica National Geographic, el cuerpo es rociado con agua esterilizada, para crear un exoesqueleto helado protector.

“Ötzi es, en mi opinión, el cuerpo humano mejor investigado que el mundo entero haya visto”, señaló Oliver Peschel, el patólogo forense a cargo de su conservación.

El hombre tenía sangre tipo O, era intolerante a la lactosa y, por una rara anomalía genética, no se formó su duodécimo par de costillas. Además sufría de caries, parásitos intestinales, enfermedad de Lyme y dolor de rodillas, caderas, hombros y espalda.

Tatuajes como medio de calmar el dolor

Ötzi estaba tatuado, específicamente donde sus huesos y articulaciones mostraban desgaste, por lo que se piensa que esta forma de arte era usada como acupuntura, para calmar sus dolores.

De acuerdo con los investigadores, además se había roto varias costillas y la nariz durante su vida, y pudo padecer de episodios de estrés físico, quizás por la desnutrición.

Lo más curioso es que sus pulmones eran como los de un fumador de nuestra era. ¿Por qué? Quizás es que se acercaba mucho a las fogatas, inhalando el humo constantemente.

Además de contar con una mochila con estructura de madera y un carcaj de piel de venado de 20 flechas, poseía una daga de pedernal y un hacha de cobre.

El hielo ayudó a preservar el cuerpo, con un proceso de momificación natural. Y desde entonces, protegido por una pared de vidrio, en una cámara de congelación, puede ser visitado por los turistas y curiosos en el Museo de Arqueología del Tirol.

Fuente: fayerwayer.com