Nuevo método más rápido y seguro de almacenar dióxido de carbono en el fondo del mar
La urgencia en evitar el avance del calentamiento global, provocado por la acumulación de dióxido de carbono en la atmósfera, e impedir que se produzcan consecuencias desastrosas, ha llevado a la comunidad científica a plantearse métodos no solo de evitar producir más dióxido de carbono, o bien de transformarlo en otras sustancias útiles, sino también métodos, más expeditivos, cuyo único objetivo es capturar activamente dióxido de carbono y dejarlo inmovilizado por tiempo indefinido, sin emplearlo para nada.
Por desgracia, los métodos propuestos de esta última clase, algunos ya en uso en algunas ubicaciones geográficas, tienen limitaciones y riesgos, esencialmente en lo que se refiere al almacenamiento a largo plazo del dióxido de carbono.
Ahora, un equipo integrado, entre otros, por Vaibhav Bahadur y Awan Bhati, de la Universidad de Texas en Austin, Estados Unidos, ha ideado un nuevo método de almacenar dióxido de carbono capturado de la atmósfera. Este nuevo método hace el trabajo mucho más deprisa de lo que lo hacen los métodos comunes de hoy en día y no necesita los peligrosos acelerantes químicos que los otros métodos requieren.
El nuevo método permite la formación ultraveloz de hidratos de dióxido de carbono. Estos materiales, similares al hielo, pueden enterrar el dióxido de carbono en el fondo del mar, impidiendo que se libere a la atmósfera.
En la actualidad, el método más común de almacenamiento de carbono consiste en inyectarlo en depósitos subterráneos. Esta técnica tiene la doble ventaja de inmovilizar el dióxido de carbono y aumentar la producción de petróleo.
Sin embargo, esta técnica se enfrenta a importantes problemas, como la fuga de dióxido de carbono a la atmósfera, su migración a sitios subterráneos indebidos, con el riesgo de contaminación de aguas subterráneas para uso humano, y los riesgos sísmicos asociados al propio acto de inyectar CO2 en el subsuelo. Además, muchas partes del mundo carecen de zonas subterráneas con las características geológicas adecuadas para la inyección de CO2.
Los hidratos de dióxido de carbono representan un «plan B» para el almacenamiento de carbono a gran escala, pero, tal como argumenta Bahadur, podrían convertirse en el «plan A» si se solventan algunos de los principales problemas. Hasta ahora, el proceso de formación de estos hidratos que atrapan carbono ha sido lento y ha requerido mucha energía, lo que lo frena como medio de almacenamiento de carbono a gran escala.
En este nuevo estudio, los investigadores consiguieron multiplicar por seis la velocidad de formación de hidratos en comparación con lo conseguido mediante los métodos anteriores. Esta rapidez, junto con el hecho de que el nuevo método no requiere los productos químicos peligrosos que sí necesitan otros métodos, facilita el uso de estos hidratos para el almacenamiento masivo de carbono.
El magnesio representa la «salsa secreta» de esta investigación, ya que actúa como catalizador que elimina la necesidad de sustancias químicas peligrosas.
Además, la nueva técnica funciona bien con agua de mar, lo que facilita su aplicación al no depender de complejos procesos de desalinización para crear agua dulce.
Encerrar dióxido de carbono en hidratos y depositar bloques de estos en el fondo del mar es una opción atractiva de inmovilización y almacenamiento a largo plazo de dióxido de carbono, gracias a que numerosas zonas del fondo marino ofrecen condiciones termodinámicas estables, lo cual reduce muchísimo las posibilidades de que tales hidratos se descompongan y liberen su dióxido de carbono, tal como destaca Bahadur.
Bahadur, Bhati y sus colegas exponen los detalles técnicos de su nuevo método en la revista académica ACS Sustainable Chemistry & Engineering, bajo el título “Ultrafast Formation of Carbon Dioxide Hydrate Foam for Carbon Sequestration”.
Fuente: noticiasdelaciencia.com