Científicos han calculado que la velocidad del pensamiento humano es de 10 bits por segundo. Esto es 100 millones de veces más lento que la velocidad de procesamiento de los sistemas sensoriales de nuestro cuerpo
Investigadores del California Institute of Technology (Caltech) aseguran que nuestro cerebro procesa la información sobre el mundo a una velocidad sorprendentemente lenta. Según explican en un nuevo estudio, solo somos capaces de procesar una pequeñísima fracción de los datos que recibimos de nuestros sentidos. Una limitación que puede deberse a la manera en la que ha evolucionado nuestro cerebro y que es preocupante de cara al futuro tecnológico que nos espera en los próximos años.
Para medir la velocidad de nuestro cerebro, los investigadores han utilizado la unidad básica de información que manejan los ordenadores: el bit. Un bit puede ser un 1 o un 0, y se usan cadenas de ellos para codificar información.
El equipo ha traducido los bits de los ordenadores a términos humanos y ha dado valores de procesamiento de la información a actividades como leer, escribir, la comprensión auditiva o la velocidad al resolver un cubo de Rubik.
Mientras que nuestros sentidos pueden captar información a un ritmo de un billón de bits por segundo, nuestro pensamiento consciente la procesa a solo unos 10 bits por segundo, unos 100 millones de veces más lento que nuestros procesos sensoriales, dicen los investigadores.
10 bits por segundo
Una velocidad de 10 bits por segundo es ridícula, sobre todo si la comparamos con los actuales sistemas artificiales de transmisión de datos, como la del wifi, que alcanza los cientos de millones de bits. «Es una cifra extremadamente baja», afirma Markus Meister, investigador de Caltech y uno de los autores del estudio publicado recientemente en la revista Neuron. “Cada instante extraemos solo 10 bits del billón que captan nuestros sentidos y utilizamos esos 10 para percibir el mundo que nos rodea y tomar decisiones».
El equipo ha calculado que un solo cono fotorreceptor del nuestro ojo puede transmitir información a unos 270 bits/segundo, lo que equivale a 1.600 millones de bits/segundo por ojo. Además, el nervio óptico puede comprimir la información a unos 100 millones de bits por segundo para pasarla a nuestro cerebro. Esta velocidad es muy superior a la de nuestro pensamiento (pueden ver cómo el cerebro forma pensamientos en el vídeo sobre estas líneas), sobre todo si tenemos en cuenta la enorme cantidad de información que recibimos al mismo tiempo de nuestros otros sentidos.
Por qué pensamos tan lento
La razón de esta lentitud en nuestro proceso cognitivo puede deberse a la evolución del cerebro. Las investigaciones sugieren que las primeras criaturas con sistema nervioso utilizaban el cerebro principalmente como guía de navegación, para acercarse a la comida y alejarse de los depredadores.
«Nuestros antepasados han elegido un nicho ecológico en el que el mundo es lo suficientemente lento como para hacer posible la supervivencia», escriben los investigadores. «De hecho, los 10 bits por segundo solo son necesarios en las situaciones más extremas y la mayor parte del tiempo nuestro entorno cambia a un ritmo mucho más pausado».
Esa manera de procesar la información de nuestro cerebro continúa inalterada hasta nuestros días. El equipo pone como ejemplo la capacidad de cálculo de un jugador de ajedrez. Los ajedrecistas son capaces de imaginar los potenciales movimientos futuros de las piezas y hasta jugar varias partidas simultáneas con los ojos vendados. Sin embargo, su cerebro solo puede pensar en una sola secuencia de movimientos cada vez, en lugar de estimar varias distintas al mismo tiempo.
Los investigadores sostienen que si nuestros cerebros evolucionaron a partir de estos sistemas simples para seguir caminos, dicen, tendría sentido que solo pudiéramos seguir un único camino de pensamiento a la vez.
Implicaciones preocupantes para nuestro futuro
Los investigadores afirman que los ordenadores, los robots y la inteligencia artificial pueden procesar la información mucho más rápido que nosotros. Además, su capacidad de cálculo no dejará de aumentar, mientras que nuestro hardware biológico se mantendrá tal cual está ahora mismo.
«La discusión sobre si los coches autónomos alcanzarán un rendimiento similar al humano en el tráfico ya parece pintoresca: las carreteras, los puentes y las intersecciones están diseñados para criaturas que procesan a 10 bits/seg», escribe el equipo. «Cuando por fin se jubile el último conductor humano, podremos actualizar la infraestructura para máquinas con cognición a kilobits/seg”.
El equipo cree que sistemas como Neuralink, el implante cerebral de Elon Musk que promete conectarnos directamente a las máquinas, tampoco aumentará nuestra velocidad cognitiva. Por muy rápidos que sean los ordenadores, dicen, nuestro viejo cerebro seguirá siendo un cuello de botella ineludible.
«Basándonos en la investigación aquí revisada sobre la velocidad de la cognición humana, predecimos que el cerebro de Musk se comunicará con el ordenador a unos 10 bits/seg», dice el artículo. «En lugar del haz de electrodos Neuralink, Musk podría limitarse a utilizar un teléfono, cuya velocidad de transmisión de datos se ha diseñado para que se ajuste al lenguaje humano, que a su vez se ajusta a la velocidad de percepción y cognición».
Fuente: elconfidencial.com