Nadie entiende cómo volaba este dinosaurio, pero aparentemente lo hacía
El Archaeopteryx es uno de los dinosaurios más intrigantes que se conocen, especialmente por sus características distintivas de pájaro. Desde su descubrimiento hace unos 150 años, los paleontólogos se han preguntado si el dinosaurio del Jurásico Superior podía volar. Una nueva investigación sugiere que sí, pero su estilo de vuelo no se parecía en nada al de las aves modernas.
La investigación publicada hoy en Nature Communications es la primera en mostrar que el Archaeopteryx tenía la estructura ósea y los atributos físicos y requeridos para el vuelo activo, y estaba destinado a volar, aunque en ráfagas y distancias cortas. Pero, puesto que el dinosaurio ahora extinto presentaba una estructura ósea que no se ve en las aves modernas, los autores del nuevo estudio no están seguros de cuál era realmente el estilo de vuelo de Archaeopteryx.
El Archaeopteryx es la especie intermediaria por excelencia. Al igual que las aves modernas, tenía plumas a lo largo de sus largos brazos y gran parte de su cuerpo, pero también tenía dientes muy parecidos a los de las aves y una cola larga y huesuda. Además, los huesos de sus manos, hombros y pelvis no estaban fusionados como en el caso de las aves vivas, ni eran pequeños, razón por la cual el Archaeopteryx, que apenas medía medio metro de longitud, se considera una especie de transición entre los reptiles y las aves modernas. Como sabría decir cualquier niño de primer grado, las aves evolucionaron a partir de los dinosaurios, pero el camino tomado desde los dinosaurios hasta las elegantes aves que vemos hoy no está del todo claro, ni es obvio cómo surgió la capacidad de vuelo en los dinosaurios.
Es por eso que Archaeopteryx es una especie tan importante. Con 150 millones de años, posiblemente sea el dinosaurio volador más antiguo que conocemos. Desafortunadamente, los científicos no saben con certeza si este animal usaba sus alas para el vuelo pasivo o para el vuelo activo. Otra posibilidad es que el Archaeopteryx viviera en el suelo y que no volase en absoluto, usando sus alas para otra cosa, como atrapar presas, dar saltos o hacer exhibiciones sexuales.
De hecho, es difícil inferir sus capacidades físicas, estilos de movimiento y comportamiento de los fósiles tallados en roca. Obviamente, es útil comparar lo que vemos en los fósiles con los animales vivos que nos rodean, pero en algunos casos (en realidad en muchos casos), los animales existentes no tienen ni el más mínimo parecido con los dinosaurios, incluido el Archaeopteryx.
Para tener una mejor idea de las habilidades de vuelo de Archaeopteryx, los investigadores del Laboratorio Europeo de Radiación Sincrotrón en Grenoble, Francia, la Universidad Palacký en la República Checa, y varias otras instituciones, estudiaron la arquitectura del ala del dinosaurio en detalle. Usaron una técnica no invasiva conocida como microtomografía sincrotrón de contraste de fase, que permite a los científicos visualizar el interior de los huesos fosilizados en tres dimensiones sin dañarlos. Los investigadores se centraron en la parte media de los huesos del brazo, porque esas secciones se han relacionado con habilidades relacionadas con el vuelo en aves modernas. Luego tomaron sus resultados y los compararon con una serie de animales conocidos capaces de volar, incluidos los pterosaurios extintos y las aves vivas.
En el análisis final, los investigadores concluyeron que el Archaeopteryx exhibía una arquitectura física y una estructura ósea coherente con la capacidad de vuelo, y que estos rasgos se asemejan más a las aves que usan sus alas para volar distancias cortas en ráfagas, como los faisanes.
“Inmediatamente notamos que las paredes óseas del Archaeopteryx eran mucho más delgadas que las de los dinosaurios terrestres, pero se parecían mucho a los huesos de aves convencionales”, explicó el autor principal y científico del ESRF, Dennis Voeten, en un comunicado. “El análisis de los datos demostró además que los huesos del Archaeopteryx están más cerca de los de aves como los faisanes, que ocasionalmente utilizan el vuelo activo para cruzar barreras o esquivar depredadores, que de aquellos que se usan para planear y volar como los de muchas aves de rapiña y algunas aves marinas que están optimizadas para un vuelo duradero”.
Dicho esto, gran parte de la anatomía única del Archaeopteryx sugiere que utilizaba el movimiento de aleteo y una postura aérea que no se ve en las aves modernas. En cuanto a cómo podría haber sido su estilo de vuelo, los investigadores lo desconocen. Los estudios futuros tendrán que resolver esto.
“Las similitudes encontradas entre las secciones transversales de los brazos en una selección de especímenes del Archaeopteryx y las de foliares activos ocasionales como los faisanes modernos son importantes”, dijo a Gizmodo el Dr. Michael Pittman del Laboratorio de Paleontología de Vertebrados de la Universidad de Hong Kong. “Esto se debe a que estos rasgos geométricos se relacionan con la estructura y, por lo tanto, con la función de estos huesos del brazo”.
Pittman, que no participó en el nuevo estudio, dice que el Archaeopteryx debía tener un estilo de vuelo distinto debido a las grandes diferencias en la forma de sus huesos de hombro y brazo, en comparación con las aves modernas. Y, lo que es más importante, no tenía esternón, el hueso que ancla los principales músculos de vuelo de las aves vivas.
Lo más emocionante de todo es que este nuevo estudio muestra que los dinosaurios volaban hace 150 millones de años, y probablemente incluso antes, teniendo en cuenta las alas y la estructura ósea altamente desarrolladas del Archaeopteryx. Este animal estaba preparado para el vuelo, incluso si se trataba de distancias cortas. Los faisanes no vuelan como águilas o albatros, pero no están condenados al suelo. Cuando se asustan, los faisanes surcan el cielo a velocidades que alcanzan los 60-77 km/h), y cuando son perseguidos pueden superar los 96 km/h.
No sabemos si el Archaeopteryx fue tan habilidoso en el aire como el faisán moderno, pero gracias a este último estudio, estamos un paso más cerca de descubrirlo.
Fuente: es.gizmodo.com