Misterio de la sirena momificada en Japón por fin se resolvió
Un grupo de investigadores identificaron el origen del extraño cuerpo tras meses de análisis
Una supuesta sirena de más de 300 años de antigüedad que estaba conservada en un reconocido templo en la ciudad de Asakuchi, Japón, y ha sido objeto de culto, fue motivo de investigación.
El objetivo era determinar el origen de esta pequeña momia con dientes afilados, dos manos, uñas y un rostro muy similar al humano que, además, tiene pelo en la frente.
La hipótesis que se manejaba indicaba que esta figura podría ser el cuerpo de un mono unido a la parte inferior de un pez, pero no resultó siendo el caso.
Hiroshi Kinoshita, miembro de la junta directiva de la Sociedad Folclórica de Okayama, Japón, se interesó en su origen y empezó encabezar el proyecto, el cual pretende descubrir la historia de esta momia.
Según explicó Kinoshita en la agencia de noticias ‘Pen News’, una popular creencia japonesa dice que ingerir la carne de una sirena es símbolo de inmortalidad.
“Hay una leyenda en muchas partes de Japón de que una mujer comió accidentalmente la carne de una sirena y vivió 800 años”.
Según dijo, esta leyenda llamada ‘Yao-Bikuni’ se ha hecho popular en la región en donde se encontró el cuerpo de la sirena.
Nunca se supo cómo llegó la presunta sirena al templo Enjuin, en Asakuchi. El medio local ‘The Asahi Shimbun’ habló con el sacerdote principal del templo, Kozen Kuida, quien exhibió la momia en una vitrina hace 40 años y posteriormente la guardó en una caja a prueba de fuego para protegerla.
Los resultados del análisis
Los investigadores de la Universidad de Ciencias y Artes de Kurashiki de Okayama, y de otras organizaciones, tomaron muestras de ADN de la momia para identificar su origen.
Utilizando un escáner CT hallaron que la momia no era un ser vivo.
«Basándonos en nuestro análisis y en la historia de la creación de momias en Japón, solo podemos concluir que la momia sirena probablemente fue hecha por el hombre», dijo a VICE World News por correo electrónico Takafumi Kato, paleontólogo que trabaja en el proyecto.
Se descartó la teoría de que fuera un mono pegado a un pez, pues no encontraron huesos de ningún tipo.
Lo que si encontraron fue papel, tela y algodón. Sin embargo, varias características sí son de origen animal, por ejemplo la parte inferior del cuerpo contenía espinas de pescado, la mandíbula y los dientes de la momia eran de un pez carnívoro, mientras que otras partes están cubiertos de piel de pez globo.
Los investigadores logran determinar que este objeto probablemente se fabricó a finales del siglo XIX, desmintiendo así que sea una momia real.
Fuente: eltiempo.com