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Un microcuásar permite describir la estructura de radiogalaxias lejanas

La primera descripción de la estructura de un microcuásar en forma de Z revela que se trata de una versión a escala reducida de una radiogalaxia alada, potencial fuente lejana de ondas gravitacionales.

La investigación al respecto del Instituto de Ciencias del Cosmos de la Universidad de Barcelona (ICCUB) y de la Universidad de Jaén, publicada en Nature Communications, concluye además en que no todas las radiogalaxias aladas serían fuente de ondas gravitacionales, al contrario de lo que se pensaba hasta ahora.

El microcuásar es un objeto astronómico alimentado por un agujero negro de masa estelar, mucho menor que los que forman las radiogalaxias, y que emite un chorro de radiación en direcciones opuestas.

En esta investigación «se ha podido determinar que la morfología en forma de Z del microcuásar estudiado, el GRS 1758-258, puede explicarse simplemente mediante interacciones hidrodinámicas con el medio circundante», apunta en un comunicado Josep Maria Paredes, del ICCUB.

Este resultado también se puede extrapolar a las radiogalaxias aladas, dado que estos objetos siguen las mismas leyes físicas. Hasta ahora se pensaba que dichas radiogalaxias debían su forma de X o Z exclusivamente a la fusión de dos agujeros negros, proceso por el cual se producirían ondas gravitacionales. Cuando estas ondas se generan a tanta distancia, no es posible distinguirlas individualmente y se forma un ruido de fondo de ondas gravitacionales.

«Nuestros resultados nos permiten llegar a la conclusión de que no todas las radiogalaxias aladas serían origen de ondas gravitacionales, como hasta ahora se había supuesto _explica Valentí Bosch Ramon, investigador del ICCUB_, dado que algunas de ellas deben su estructura a interacciones hidrodinámicas que no generarían este tipo de ondas. Teniendo en cuenta estos resultados, el fondo de ondas gravitacionales sería más débil de lo que ahora se pensaba», concluye el investigador.

Para poder determinar la forma de Z del microcuásar GRS 1758-258, se han realizado observaciones desde el conjunto de radiotelescopios Jansky Very Large Array de Nuevo México, en EE. UU. Los resultados se han sumado a todas las observaciones del mismo microcuásar realizadas en décadas anteriores. Uniendo todos estos datos ha sido posible alcanzar la sensibilidad necesaria para describir la forma de Z de GRS 1758-258 y deducir los procesos que lo forman.

El trabajo lo ha llevado a cabo un equipo de astrofísicos formado por los investigadores de la Universidad de Jaén Josep Martí y Pedro Luis Luque Escamilla, en colaboración con Josep Maria Paredes y Valentí Bosch Ramon, del ICCUB.

Fuente: Europa Press