Mewing: qué dice la ciencia sobre la técnica que promete modelar la mandíbula
Con Angelina Jolie y Bella Hadid mencionadas, esta práctica transformó una teoría en fenómeno en las redes sociales
La búsqueda de métodos naturales para mejorar la estética facial puso al mewing en el centro de atención, una técnica que promete moldear la mandíbula y tonificar los músculos del rostro mediante el posicionamiento correcto de la lengua. Popularizada en redes sociales como TikTok, donde acumula miles de millones de visitas, esta práctica fue asociada con figuras reconocidas como Angelina Jolie y Bella Hadid, lo que hizo crecer su fama.
Sin embargo, mientras sus defensores exaltan sus beneficios, la comunidad científica advierte sobre los riesgos y la falta de respaldo sobre sus efectos.
¿Qué es el mewing y para qué sirve?
El mewing es una técnica popularizada en redes sociales que se basa en el posicionamiento correcto de la lengua en el paladar superior para moldear la mandíbula, tonificar los músculos faciales y mejorar la salud bucal. Según sus seguidores, esta práctica puede ayudar a definir la mandíbula, mejorar la postura corporal, promover una mejor respiración nasal y prevenir problemas como la apnea del sueño.
Aunque inicialmente concebida para beneficios funcionales, su creciente popularidad está impulsada principalmente por sus supuestos efectos estéticos, con millones de visitas bajo el hashtag #mewing en plataformas como TikTok.
¿Quién es John Mew?
El Dr. John Mew es un ortodoncista británico cuya carrera estuvo marcada tanto por sus innovadoras propuestas como por la controversia. Mew desarrolló la técnica y promovió la ortotropía, un enfoque alternativo a la ortodoncia tradicional que busca soluciones preventivas para mejorar el desarrollo facial y evitar intervenciones quirúrgicas o extractivas.
Según Mew, el posicionamiento correcto de la lengua no solo influye en la alineación de los dientes, sino también en la salud respiratoria y el crecimiento de los maxilares. Esta técnica no se popularizó hasta el año 2012, cuando su hijo, Mike Mew, comenzó a difundirla en su canal de Youtube. No obstante, sus métodos generaron críticas dentro de la comunidad médica.
En 2017, el General Dental Council del Reino Unido revocó su licencia médica, argumentando que sus tratamientos carecían de suficiente evidencia científica y que sus críticas a la ortodoncia convencional eran inapropiadas. Pese a ello, su técnica ganó una enorme popularidad en redes sociales, impulsada por su sencillez y el atractivo de transformar la estética facial sin intervenciones invasivas.
¿Qué dice la ciencia sobre el mewing?
Pese a la popularidad de la técnica, el mewing carece de respaldo científico concluyente sobre sus efectos en la salud facial o bucal. Un artículo del Journal of Oral and Maxillofacial Surgery señala que, aunque puede fomentar un mejor posicionamiento de la lengua y una mayor consciencia corporal, no existen evidencias suficientes que confirmen cambios significativos en la estructura facial de adultos.
Además, estudios como el publicado en Oxford Academic destacan la importancia de entrenar hábitos de respiración y masticación en niños para prevenir problemas maxilares, pero no avalan específicamente el mewing como solución definitiva.
¿Cuáles son los riesgos de practicar mewing?
Aunque el mewing puede parecer inofensivo, forzar la lengua contra el paladar puede tener efectos adversos en la salud bucal. Entre ellos destacan:
Problemas en la articulación temporomandibular (ATM): el desequilibrio en esta articulación puede causar dolor, bloqueos y dificultad para abrir la boca.
Desplazamiento dental: la presión incorrecta puede provocar apiñamiento o separación de los dientes, afectando la mordida.
Desgaste del esmalte dental: la constante fricción de la lengua contra los dientes podría desgastar el esmalte, incrementando la sensibilidad y el riesgo de caries.
Dificultades en el habla y la deglución: la posición incorrecta de la lengua puede interferir con la pronunciación y la ingesta de alimentos.
Los expertos recomiendan consultar con un profesional antes de adoptar esta práctica, subrayando que el autodiagnóstico puede ser peligroso. Aunque su creador, el Dr. John Mew, impulsó una visión innovadora en el campo de la ortodoncia, su enfoque generó controversia entre los profesionales de la salud bucal.
Fuente: infobae.com