Los seis pasos con los que (casi) cualquiera puede hacerse astronauta
La industria espacial privada está revolucionando los viajes y el turismo espacial. A medida que cada vez más gente puede acceder a ellos, es necesario rebajar los requisitos y acortar las formaciones. Dentro de poco, casi cualquier persona con dinero para pagar el billete podrá ir al espacio
En su libro publicado en 1979, el escritor y periodista estadounidense Tom Wolfe describió a los astronautas como personas con “lo que hay que tener” (así se titula el libro), refiriéndose a que tenían que estar en la mejor forma física y mental para resistir los rigores y peligros de los viajes espaciales. En la época de las misiones Apolo, solo los pilotos experimentados tenían alguna posibilidad de entrar en el programa. Pero la idea de los viajes espaciales comerciales prometía que algún día no haría falta ser un astronauta profesional para ir al espacio.
Ese día casi ha llegado: en los próximos años habrá una serie de misiones para no astronautas. Este otoño, SpaceX planea lanzar al espacio Inspiration 4, la primera misión con tripulación totalmente civil, a bordo de su nave espacial Crew Dragon. La siguiente será Ax-1, la primera misión de la empresa Axiom Space, que quiere crear la primera estación espacial privada del mundo. Se supone que a principios de 2022 Axe-1 (lanzada por SpaceX) llevará a cuatro personas a la Estación Espacial Internacional (EEI o ISS, por sus siglas en inglés) donde permanecerán entre ocho y diez días. Más adelante ese mismo año, SpaceX planea llevar a otros cuatro civiles al espacio en una misión organizada por la empresa de turismo Space Adventures. Y luego está la misión muy destacada #dearMoon, en el que el multimillonario Yusaku Maezawa pagará por el uso del vehículo Starship para llevarlo a él y a otras entre siete y diez personas a un viaje alrededor de la Luna en 2023.
Mientras tanto, otras empresas como Virgin Galactic y Blue Origin planean realizar viajes mucho menos costosos al espacio suborbital, permitiendo a los clientes experimentar la microgravedad y contemplar una bonita vista de la Tierra durante unos minutos. Virgin Galactic planea realizar más de 400 vuelos al año, una combinación de viajes turísticos y misiones científicas para llevar a cabo experimentos e investigaciones en microgravedad.
Todas estas nuevas oportunidades harán que nos replanteemos lo que significa el entrenamiento de los astronautas. Y es que casi cualquier persona podrá ir al espacio, si tiene dinero suficiente.
La nueva era
Hace tiempo, prepararse para un lanzamiento era un proceso de dos años. Los primeros astronautas elegidos para el programa Mercury tenían que ser pilotos militares con títulos universitarios y 1.500 horas de vuelo a sus espaldas. También debían tener menos de 40 años y medir menos de 1,56 metros. Los programas Gemini y Apolo estaban abiertos a civiles, elevaron la barrera de la altura a 1,82 metros, aceptaban a solicitantes no mayores de 35 años y pusieron un mayor énfasis en la formación académica.
Como parte del entrenamiento para estos programas, los reclutas tenían que tomar clases de ciencia espacial e ingeniería de naves espaciales. Tuvieron que aprender algunas intervenciones médicas. Asistían a cursos de oratoria y se preparaban para los medios. Ah, y también se organizaban muchos entrenamientos en el aire, en tierra y bajo el agua para preparar física y mentalmente a los astronautas para el estrés y las experiencias a las que iban a enfrentarse.
Hasta hace solo un par de décadas, se necesitaba un historial médico casi totalmente limpio para poder entrar en el entrenamiento de la NASA. El director de entrenamiento para vuelos espaciales en el Centro Nacional de Capacitación e Investigación Aeroespacial (NASTAR), Glenn King, que ha entrenado a más de 600 personas para las misiones orbitales y suborbitales operadas por las empresas como Virgin Galactic, recuerda: “Si alguien decía: ‘Tengo migrañas ocasionalmente’, algo tan benigno como eso, suponía una descalificación automática y se acabó”.
Las futuras generaciones de astronautas privados no tendrán que pasar ni por la mitad de esos obstáculos. “Lo que hay que tener” ha cambiado. La FAA (Administración Federal de Aviación de EE. UU.) tiene pautas de seguridad poco estrictas sobre el entrenamiento de astronautas privados. El modo de abordar esas cosas realmente depende de las empresas, que lo harán como mejor les parezca.
King añade: “Lo que estamos viendo en la actualidad es básicamente un cambio de paradigma en el entrenamiento espacial. El sector privado toma en consideración a todas las personas de la sociedad general, con el deseo y el dinero para volar al espacio, para tener la oportunidad de hacerlo”.
” Para convertirse en un astronauta de la NASA hoy en día ya ni siquiera es necesario ser un excelente atleta”, asegura el director de operaciones y entrenamiento de Axiom Space, Derek Hassmann. Los requisitos físicos de la agencia son menos estrictos que nunca.
Las empresas privadas se han inspirado en la NASA. King señala que el Centro NASTAR ya ha empezado a entrenar a algunos astronautas privados con discapacidades (algo que la Agencia Espacial Europea también planea para su propio cuerpo de astronautas). Uno de los miembros confirmados de la tripulación de Inspiration 4 es la asistente médica de 29 años del hospital St. Jude Hayley Arceneaux, que sobrevivió al cáncer de huesos cuando era niña. Su tratamiento incluyó una docena de sesiones de quimioterapia, así como la colocación de una varilla de titanio en su fémur izquierdo. Pero eso no le impedirá ir al espacio este otoño.
Los otros dos viajeros de Inspiration 4 serán elegidos mediante un sorteo y un concurso empresarial. Las personas que se inscribieron para el sorteo tenían que dar fe de medir menos de 1,98 metros y pesar menos de 113 kilogramos. El director ejecutivo de SpaceX, Elon Musk, ha comparado el viaje a la órbita con “un intenso viaje en la montaña rusa”, y que cualquiera que pueda manejar eso “debería estar bien para volar en Dragon”.
Eso algo simplista. Cuando un cohete gigante abandona la atmósfera de la Tierra, la persona a bordo experimenta altas fuerzas G durante varios minutos que harán temblar su cuerpo sin parar, y probablemente no podrá hacer nada más que permanecer atado con sus dientes apretados. Pero, lo que los grupos como la NASA, Axiom y otros consideran condiciones de salud descalificantes son la arritmia que podría causar insuficiencia cardíaca y la presión arterial alta que conlleva un riesgo elevado de sufrir un aneurisma cerebral.
Estos problemas no se pueden tratar en el espacio, lo que podría provocar complicaciones graves o la muerte. “Si existe algún tipo de afección médica que pueda causar que un miembro de la tripulación se ponga malo o quede incapacitado en órbita, tratamos de detectarlas”, asegura Hassmann. Pero si los médicos de vuelo creen que esos riesgos se pueden abordar adecuadamente antes del vuelo, es posible que no se descalifiquen.
El entrenamiento actual
En junio de 2019, la NASA y sus socios anunciaron que la EEI se abriría a visitas de ciudadanos privados. Para Axiom, se trata de una oportunidad para que sus astronautas aprendan cómo es viajar al espacio y vivir y trabajar en una estación espacial orbital. La empresa planea lanzar la suya propia en 2024.
Hassmann señala: “Estas misiones nos permitirán practicar todo lo que necesitaremos para la estación Axiom más adelante”. La misión Ax-1 estará dirigida por el antiguo astronauta de la NASA Michael López-Alegría. Con él estarán tres empresarios: Eytan Stibbe de Israel, Larry Connor de Estados Unidos y Mark Pathy de Canadá.
Para López-Alegría será su quinto viaje al espacio, después de años de entrenamiento profesional como astronauta con la NASA. Los otros tres viajeros son novatos totales en el espacio, aunque Stibbe fue piloto de combate y Connor (que tiene 71 años) recibió entrenamiento como piloto privado. Cada uno pagará 45 millones de euros por el viaje.
Estas tres personas comenzarán a entrenarse entre unos seis y siete meses antes del lanzamiento. Los profesionales de la NASA les enseñarán cómo es vivir y trabajar en la EEI, mediante simulacros para que aprendan a responder a varias situaciones de emergencia, como una pérdida de presión en la cabina. Algunas instalaciones en la NASA y en otros lugares pueden simular cómo es una cámara de descompresión para las personas con trajes espaciales. Pero gran parte de este entrenamiento es para asegurarse de que los astronautas se acostumbren a su nuevo hábitat. Aprenderán a realizar las funciones normales del día a día, como preparar comidas, cepillarse los dientes, ir al baño y prepararse para dormir. Aún tardarán algún tiempo en adaptarse a la microgravedad, pero por lo menos contarán con estrategias para que la transición sea más fluida.
Hassmann detalla: “Se trata de cosas simples, pero que cambian mucho en microgravedad. He trabajado con muchos astronautas de la NASA a lo largo de los años, y todos hablan de este período de adaptación, física y emocional, cuando llegan por primera vez al espacio. Nuestra tripulación solo tiene una misión de 10 días. Por lo tanto, lo mejor para todos sería prepararse al máximo posible antes del vuelo, para que se adapten rápidamente y se pongan manos a la obra en las cosas importantes para ellos”.
La tripulación de Axe-1 se entrenará para este entorno en el Centro Espacial Johnson, donde la NASA tiene una maqueta completa del interior de la EEI. También realizarán vuelos parabólicos que simulan el estado de ingravidez. En el futuro, Axiom quiere trasladar este tipo de formación internamente y centrarla específicamente en el entorno de la estación espacial propia de la empresa. Otros centros de formación, como NASTAR, tienen instalaciones de centrífuga humana que exponen a los alumnos a las altas fuerzas G experimentadas durante el lanzamiento y el reingreso.
La segunda parte del entrenamiento de Axe-1 tendrá como objetivo familiarizar a los astronautas con la nave espacial Crew Dragon, que los llevará a la EEI. Se acostumbrarán a cómo deberán sentarse dentro, interactuar con los paneles de control operativo y de los datos, etcétera. Esta parte estará coordinada por SpaceX principalmente desde sus instalaciones en California (EE. UU.).
Crew Dragon funciona principalmente de forma autónoma, por lo que los miembros de la tripulación solo tendrán que hacer un par de cosas por su cuenta. Pero si algo sale mal, deben estar preparados para intervenir. En Axe-1, López-Alegría y Connor actuarán como comandante y piloto de la misión, respectivamente, y dirigirán el vuelo a la EEI. Por eso, ellos son los que deberán estar más familiarizados con el funcionamiento de Crew Dragon.
Aproximadamente un mes antes del lanzamiento, el entrenamiento se trasladará a Florida (EE. UU.), más cerca de la plataforma de lanzamiento. La tripulación pasará por una serie de ensayos sobre cómo será el día del lanzamiento, así como qué esperar cuando Crew Dragon regrese a la Tierra y caiga en el océano.
Finalmente, está el entrenamiento específico de la misión, organizado por Axiom. Cada miembro de la tripulación querrá hacer una gran cantidad de cosas mientras está en la EII: experimentos científicos, trucos para redes sociales, actividades publicitarias y más. Hassmann añade: “Tenemos un grupo aquí en Axiom que trabaja con cada uno de los miembros de la tripulación para diseñar su propio plan de órbita. Muchas veces estas personas no saben todo lo que pueden hacer allí arriba, y mucho menos lo que les gustaría hacer”.
Esto no difiere demasiado de lo que hace la propia NASA, pero está comprimido en un período de tiempo mucho más corto, sin una formación general sobre vuelos espaciales. Y, con el tiempo, Axiom espera realizar la mayor parte de este entrenamiento por su cuenta, sin la ayuda de la NASA.
Cambios en el horizonte
El régimen de entrenamiento al que se someterán los astronautas de Axiom es menos intenso que el de los astronautas de la NASA, pero sigue siendo bastante completo. A medida que los vuelos espaciales privados sean más comunes, el entrenamiento de los astronautas debería volverse más flexible. Eso será en gran parte gracias a las naves espaciales que básicamente vuelan por sí solas, en las que simplemente no habrá tantos sistemas con los que la tripulación tiene que interactuar. Hassmann añade: “Yo esperaría que la formación continúe evolucionando y sea más eficiente”.
Eso también significa que se dedicará más tiempo a capacitar a las personas para actividades y objetivos muy específicos durante la misión, como realizar un determinado experimento científico o grabar un vídeo coreografiado. La instructora principal de astronautas de Virgin Galactic, Beth Moses, detalla: “Los programas de entrenamiento han evolucionado para cubrir necesidades que históricamente no estaban presentes en el entrenamiento de astronautas. Hoy en día, las personas compran su tiempo en el espacio y deciden a qué lo dedicarán, y necesitan una formación personalizada para llevarlo a cabo”.
Todo esto debería favorecer otra tendencia importante: los entrenamientos cada vez más cortos. King añade: “En estos momentos estamos empezando a alejarnos del viejo paradigma del entrenamiento gigantesco de dos años estilo la NASA para poder calificar como astronauta. Creo que la industria comercial podría reducirlo a solo unos días de capacitación. Me parece que ahí es donde este sector se empezará a mover”. Eso será prácticamente un requisito si las empresas como Virgin Galactic y SpaceX se toman en serio la realización de docenas o centenares de misiones tripuladas al espacio cada año.
6 pasos para los astronautas privados:
- Conseguir un billete para viajar al espacio: con toda probabilidad, esto significará gastarse decenas de millones de euros en un asiento para una misión, pero alguien podría tener suerte y ser elegido para alguna de las misiones como la Inspiration 4 de SpaceX.
- Pasar las pruebas de salud: atrás quedaron los días de descalificación automática por cualquier problema médico, pero todas las empresas seguirán evaluando a los solicitantes para determinar si tienen una adecuada salud física y mental. Si tienen una enfermedad cardíaca por ejemplo, probablemente no pasarán las pruebas.
- Acostumbrarse al espacio: esto puede incluir participar en vuelos parabólicos que simulan el estado de ingravidez, exponerse a las fuerzas G a través de las instalaciones de centrífuga humana y aprender a realizar tareas simples del día a día en el espacio, como dormir, comer y usar el baño.
- Simulacros de emergencia: muchas cosas pueden salir mal en el espacio, como despresurización de la cabina o la necesidad de abortar la misión y regresar a la Tierra con poca antelación. Todos deben saber cuáles serían sus roles durante estos momentos de crisis.
- Aprender qué tienen que hacer en el espacio: los centros de entrenamiento trabajarán con los clientes para determinar qué tipo de actividades les gustaría hacer y ofrecerles instrucciones sobre cómo cumplir con esas tareas. Un científico podría querer aprender a realizar un experimento. Un turista querrá transmitir vídeos en directo a sus seguidores en la Tierra.
- Prepararse para el gran día: por último, los astronautas privados deben ensayar cómo sería el día del lanzamiento y asegurarse de ser totalmente conscientes de lo que ocurrirá y de lo que deberían hacer en caso de que algo cambie.
Fuente: technologyreview.es