Los secretos de la Luna: investigadores descubren misteriosas esferas de vidrio en muestras de hace 3.5 mil millones de años
Los astronautas del programa Apollo se aventuraron en la superficie de la Luna sin conocer realmente los secretos que el satélite natural de la Tierra les depararía. Uno de los hallazgos más sorprendentes fueron los pequeños gránulos de vidrio naranja brillante, que contrastaban con el paisaje monótono de rocas y polvo lunar. Estos pequeños objetos, de menos de un milímetro de diámetro, se formaron entre 3.3 y 3.6 mil millones de años atrás durante erupciones volcánicas en la joven Luna. Según Ryan Ogliore, profesor asociado de física en la Universidad de Washington en St. Louis, «son algunas de las muestras extraterrestres más sorprendentes que poseemos», describiéndolos como «cápsulas pristinas del interior lunar».
Un equipo de investigadores ha analizado estos gránulos utilizando técnicas microscópicas avanzadas que no estaban disponibles durante la época de los Apollo. El estudio, publicado en la revista Icarus, fue liderado por Thomas Williams, Stephen Parman y Alberto Saal de la Universidad de Brown. La investigación se basó, en parte, en el uso del NanoSIMS 50, un instrumento que emplea un haz de iones de alta energía para fragmentar pequeñas muestras de material para su análisis. Este dispositivo ha sido utilizado durante décadas para estudiar partículas de polvo interplanetario y otros restos del sistema solar.
Un vistazo profundo a los gránulos lunares
El estudio combinó diversas técnicas analíticas, incluyendo la tomografía de sonda atómica, la microscopía electrónica de barrido, la microscopía electrónica de transmisión y la espectroscopia de rayos X por dispersión de energía, para obtener una visión más detallada de la superficie de los gránulos. «Hemos tenido estas muestras durante 50 años, pero ahora contamos con la tecnología para comprenderlas completamente», afirmó Ogliore. «Muchos de estos instrumentos habrían sido inimaginables cuando se recolectaron los gránulos por primera vez».
Cada uno de estos gránulos de vidrio cuenta una parte de la historia del pasado lunar. Formados por erupciones explosivas que lanzaron material desde el interior hacia la superficie, cada gota de lava se solidificó instantáneamente en el vacío frío que rodea la Luna. Ogliore subrayó que «la existencia misma de estos gránulos indica que la Luna tuvo erupciones explosivas, similares a las fuentes de fuego que podemos observar en Hawái hoy en día». Por sus orígenes, estos gránulos presentan colores, formas y composiciones químicas que no tienen paralelo en nuestro planeta.
Los investigadores tomaron precauciones para evitar que los minerales en la superficie de los gránulos reaccionaran con el oxígeno y otros componentes de la atmósfera terrestre. Extrajeron los gránulos de las muestras más profundas y los mantuvieron protegidos de la exposición al aire durante todo el análisis. «Incluso con las técnicas avanzadas que utilizamos, estas fueron mediciones muy difíciles de realizar», aseguró Ogliore.
Los minerales, que incluyen sulfuros de zinc, así como la composición isotópica de las superficies de los gránulos, sirven como sondas del entorno de presión, temperatura y composición química de las erupciones lunares hace 3.5 mil millones de años. Análisis de los gránulos lunares de color naranja y negro han revelado que el estilo de las erupciones volcánicas cambió con el tiempo. «Es como leer el diario de un antiguo volcanólogo lunar», concluyó Ogliore.
Fuente: larepublica.es