A principios de octubre, la noticia de tres perros con pelaje azul en las cercanías de la zona de exclusión de Chernóbil sorprendió a la comunidad internacional. La imagen de estos perros, que parecían haber absorbido una sustancia de un tono completamente inusual, se esparció rápidamente por las redes sociales, dando lugar a especulaciones sobre una posible mutación genética derivada de la radiación de la zona. Sin embargo, lo que comenzó como un misterio digno de una novela de ciencia ficción se ha aclarado con el tiempo, y la realidad es mucho menos dramática de lo que imaginábamos.
El programa Perros de Chernóbil, impulsado por la organización sin fines de lucro Clean Futures Fundation, lleva años trabajando en la captura, esterilización y estudio de los perros que quedaron abandonados en la región tras el desastre nuclear de 1.986. Los especialistas, como Jennifer Betz, veterinaria de la organización, han sido muy claros y la teoría de que estos perros se han visto afectados por la radiación no tiene ningún fundamento científico.
Una explicación menos fantástica
El 6 de octubre de 2025, cuando los tres perros fueron avistados, la información que comenzaron a filtrar los expertos del programa fue que la causa del color no tiene nada que ver con una mutación genética inducida por la radiación. Aunque el color era sorprendente y poco común, todo parece apuntar a una explicación mucho más mundana. La veterinaria y su equipo sospechan que los perros se han revolcado en una sustancia viscosa y azul que se debió de acumular en su pelaje. Este líquido, según las hipótesis, provendría de un antiguo baño portátil cercano a la zona donde se encontraban los perros.
La sustancia en cuestión es probablemente un líquido utilizado en los baños portátiles, que contiene colorante, biocidas y otros productos químicos. Aunque la imagen de los perros azules causó revuelo, los expertos aclararon que el contacto con esta sustancia no representa un peligro para los animales, siempre y cuando no se la ingieran en grandes cantidades.
Desmitificando los rumores
Con la rápida difusión de la noticia, comenzaron a surgir teorías sobre una posible mutación genética vinculada a la radiación de Chernóbil. Algunas voces incluso acusaron a la organización de haber teñido deliberadamente a los perros para generar atención mediática. Sin embargo, estos rumores fueron rápidamente desmentidos por los responsables del programa. La veterinaria, que ha actuado de portavoz, dejó claro que en ningún momento se había alterado la apariencia de los animales a propósito. De hecho, explicó que el uso de colorantes en el programa de esterilización es completamente diferente y los veterinarios utilizan marcadores temporales de colores como verde, rojo o azul en la cabeza de los perros, pero estos desaparecen al cabo de unos días.
Además, la propia organización subrayó que no tienen ningún interés en difundir información falsa ni en llamar la atención de forma tan artificial. En sus propias palabras, “no tenemos tiempo para estas cosas”. La misión de Clean Futures Fund sigue siendo esterilizar a los perros y mantener bajo control la población de canes semiasilvestrados en la zona de Chernóbil, sin necesidad de recurrir a técnicas sensacionalistas.
¿Es una novedad? No, ya ha ocurrido antes
El caso de los perros azules en Chernóbil no es único. En 2021, en la ciudad rusa de Dzerzhinsk, también se dio aviso de la aparición de perros con pelaje azul brillante. En esa ocasión, los investigadores sospecharon que los perros se habían revolcado en una sustancia química de color azul pálido: el sulfato de cobre, un producto comúnmente utilizado en la industria. Al igual que en Chernóbil, el análisis mostró que los perros se encontraban en buen estado de salud y que el color no representaba un riesgo para su bienestar.
En agosto de 2017, en la ciudad india de Mumbai, aparecieron 11 perros teñidos de azul, causando gran alarma social. En este caso, tras el sorprendente color canino se encontraba una empresa de ropa y el vertido ilegal de tintes a un río cercano, donde los perros solían beber y refrescarse.
No son ‘superperros’
Los perros de Chernóbil, descendientes de los que sobrevivieron al desastre nuclear de 1.986, han sido objeto de numerosos estudios científicos en los últimos años. Estos animales han demostrado una notable capacidad para adaptarse a un entorno altamente contaminado, y algunos informes recientes han señalado la aparición de ciertas mutaciones genéticas que les permiten resistir la radicación en la zona. Sin embargo, esto no implica que los animales hayan desarrollado “superpoderes”, como algunos han sugerido en relación con los perros azules. En realidad, las adaptaciones genéticas observadas en los perros de Chernóbil son una respuesta natural a su entorno, pero no se trata de mutaciones extravagantes ni de efectos secundarios de la radiación.
Es importante no caer en la tentación de vincular cualquier fenómeno extraño ocurrido en la zona de exclusión con la radiación de Chernóbil, sin un análisis serio y fundamentado que lo respalde. Aunque la región sigue siendo un espacio de estudio para científicos de todo el mundo, las explicaciones simples y basadas en hechos verificables son las que realmente contribuyen a nuestro entendimiento sobre los efectos de Chernóbil en los animales y el medio ambiente.
Fuente: 20minutos.es


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