Los mitos más extendidos en el mundo sobre los eclipses solares
Este fenómeno natural ha sido relacionado con mitos y supersticiones en diferentes culturas
El mundo está a la expectativa del próximo eclipse solar anular que se podrá apreciar el próximo sábado 14 de octubre, después de las 11:00 a. m. en Colombia. La Luna ocultará la luz del Sol formando un anillo de oro alrededor del satélite natural.
Este fenómeno astronómico ha captado la atención de la humanidad desde hace milenios, pues que en pleno día el cielo se oscurezca no deja de ser inusual.
Que un dragón o un sapo se comieron el Sol o que es señal de que vendrán catástrofes naturales son algunos de los mitos que por años han girado en torno al eclipse.
Y es que antes de desarrollar la ciencia, los seres humanos se servían de las supersticiones para explicar aterradores fenómenos como la repentina noche en pleno día, el descenso de las temperaturas y el silencio de los pájaros durante un eclipse total de sol.
Durante la antigüedad en China, las personas golpeaban tiestos para asustar al dragón que se había tragado el sol. Los aborígenes australianos tenían un chamán que lanzaba piedras sagradas y bumeranes al demonio.
«En general, los eclipses solares, en la era precientífica eran considerados como un mal augurio», comentó Robert Massey, director ejecutivo interino de la Real Sociedad Astronómica de Londres a la AFP.
Algunas de esas creencias se mantienen hasta nuestros días en el imaginario colectivo. Las explicaciones sobre sus orígenes en menor medida, pero todavía hay quienes consideran que el suceso impacta directamente en varias personas o actividades.
Los mitos más conocidos sobre los eclipses solares
Muchas culturas explican los eclipses, tanto solares como lunares, como un momento en el que los demonios y los animales consumen al Sol o a la Luna, explicó E. C. Krupp, director del Observatorio Griffith en Los Angeles, California a ‘National Geographic’.
“Los vikingos vieron un par de lobos celestiales persiguiendo al Sol o a la Luna”, indicó por eso creían que cuando alguno de los lobos alcanzaba alguno de los orbes luminosos, un eclipse era el resultado.
“En Vietnam, una rana o un sapo se come la Luna o el Sol”, agregó Krupp, mientras que los miembros de la tribu Kwakiutl en la costa oeste de Canadá creen que la boca del cielo consume al Sol o a la Luna durante un eclipse.
El pueblo Batammaliba en Togo y Benin, África también tiene un mito y creen que el Sol y la Luna estaban peleando. Las personas “alientan a los orbes a que finalicen la pelea”.
“Lo ven como un momento de reunión y resolución de viejas disputas y enojos”, señaló Jarita Holbrook, astrónoma cultural de la Universidad de the Western Cape en Bellville, Sudáfrica. “Es un mito que se mantiene hoy en día”.
¿Las embarazadas corren peligro?
Más allá del origen de este evento, hay varias creencias populares de su supuesto impacto en las personas. Por ejemplo, una de las comunes es que las mujeres embarazadas y sus niños nonatos corren peligro.
El Instituto Milenio de Astrofísica explica que el mito habla de graves consecuencias para el feto, como labio leporino, deformidades, mudez o incluso el aborto.
En una versión menos trágica, este mito indica que si durante el eclipse la mujer se rasca alguna parte de su cuerpo, el bebé nacerá con manchas en la piel, que pueden ser rojas o negras.
«No existe ninguna conexión entre contemplar un eclipse, que sencillamente consiste en caer momentáneamente bajo la sombra de la Luna – como podríamos caer bajo la sombra de un gran árbol al caminar bajo él- y cualquier tipo de problema de desarrollo del pequeño no nato», apuntan.
Según el instituto, el origen puede estar relacionado con la cosmovisión Maya, pues en un eclipse la energía positiva emanada por el Sol peligra y los más amenazados serían quienes en esos momentos necesitan de la mayor cantidad de energía y calor para sobrevivir y dar vida a un semejante, como las embarazadas.
«En este contexto, la pugna cósmica que estaría detrás de la ocurrencia de un eclipse produciría que el niño no se desarrolle adecuadamente al carecer de la energía lumínica positiva», explican. «En esencia, todos los temores y las recomendaciones se remitían a que no es cosa buena mirar al Sol mientras lucha».
La comida no se daña por el eclipse
Hay un mito de que el eclipse solar daña la comida que se está cocinando y es una idea del todo falsa, pues no hay ningún tipo de radiación diferente emitida por el Sol.
De hecho, justamente lo que sucede durante un eclipse es que la Luna oculta el disco solar, bloqueando entonces los distintos tipos de radiación, luz visible, radiación UV, etc. que normalmente recibimos del Sol.
El Instituto Milenio de Astrofísica detalla que creencias de este tipo eran asociadas a la ocurrencia de eclipses solares por algunas culturas prehispánicas y es probable que sean heredadas.
«Por ejemplo, algunas poblaciones del bajo Yukón creían que durante un eclipse el Sol emitía una cierta sustancia sutil de influencia maléfica que corriendo por el suelo podría llegar a colarse hacia las casas y los implementos de cocina. Es por ello que durante un eclipse daban vuelta a platos, ollas y cuencos para evitar que estos se contaminaran, envenenando los alimentos que después se prepararan o sirvieran en ellos», cuentan.
Algo similar ocurría con los indios Alsea o Wintun norteamericanos que botaban la comida e incluso las reservas de agua, puesto que pensaban que estas se ensangrentaban por la muerte del Sol, pudiendo causar enfermedad si estas eran consumidas.
Fuente: eltiempo.com